Hubo
una vez un mayordomo que tuvo un sueño fascinante. Vio en él, con extraordinaria
claridad, el más hermoso castillo que imaginarse pueda.
Contó a su Rey
la maravillosa visión con tal entusiasmo, que impresionó al monarca tanto, que
éste decidió ponerle al mando de trescientos esclavos y darle cuantos materiales
hicieran falta, para convertir en realidad el formidable sueño. Pasó un año, y
el Rey llegó de visita a la construcción.
Encontró
sumamente ocupados a todos. Grandes pilas de piedras, arena y maderas,
evidenciaban que aquella gente se preparaba para la gran obra. Vino luego el
verano, después el otoño, y más tarde el invierno.
Cuando las nieves se derritieron y con la primavera el campo se llenó nuevamente
de flores, el Rey visitó otra vez el proyectado castillo. ¡Y quedó perplejo! La
situación era caótica. Si bien la actividad era intensa y los esclavos movían
rápidamente los materiales de un lado a otro, notó que ni siquiera los cimientos
estaban marcados.
Cuando el mayordomo llegó, aún en sus ojos brillaba la chispa del iluminado,
pero lucía algo confundido. El Rey que era un hombre sabio, supo que algo
marchaba mal. Y decidió ayudar a aquel voluntarioso servidor… que no producía
resultados. “Déjame ver los planos, analicémoslos juntos”.
El pobre mayordomo sonrió. “No tengo planos, excelencia, el sueño está tan
claramente en mi mente que no me hacen falta”. El Rey comprendió la falla.
“¡Necio! ¿Como puedes pretender construir un castillo sin planos?
¡Inmediatamente cesas de estar a mi servicio! ¡Vete que no quiero verte jamás!”
¿Estará usted
acaso cometiendo el mismo error del desdichado mayordomo? Porque es posible que
también usted tenga el sueño de “hacer algo grande e importante de su vida”.
Debe entonces saber que se calcula que sólo una de cada cien mil personas tiene
sus metas por escrito.
¿Cree usted que estas personas tendrán una ventaja
decisiva sobre los demás? ¿Quiénes serán los realizadores y quienes los que se
quedarán solamente en soñadores? ¿Piensa usted que le ayudaría tener sus
“planos” elaborados e impresos?
LO
NEGATIVO: Tratar de convertir nuestros sueños en realidades, sin un
plano.
LO
POSITIVO: Enfrentarnos a un papel y plasmar ahí, por escrito, nuestras
metas. ¡Ese será el plano que convertirá nuestros sueños en realidades!
Y
si quieres vencer tus
miedos y mejorar tu autoestima y calidad de vida, te sugerimos
inscribirte ahora en nuestro curso gratis de
Superación Personal, haciendo clic
aquí.