¡Puntualidad!

¿Tienes idea del tremendo efecto que tiene la puntualidad en nuestra eficacia personal, y en nuestra autoestima?

En 1787, Levi Hutchins, un joven relojero de 26 años vivía en Concord, Nueva Hampshire. Se había impuesto a sí mismo la regla invariable de levantarse a las cuatro de la mañana en cualquier estación del año, a fin de llegar siempre puntual a su trabajo. Pero a veces se quedaba dormido.  

Por aquellos días la gente confiaba en el sol para despertarse. Pero claro, a las cuatro de la mañana el sol no había salido todavía. El relojero miró sus estantes llenos de relojes, y tuvo una inspiración.  

Lo sabemos porque escribió: “La idea era que un reloj fuera capaz de despertarme. Conseguir que una campana sonara a una hora determinada fue lo más sencillo del mundo”. Así, sencillamente, en su afán de ser puntual, Levi Hutchins inventó el despertador. Nunca se preocupó de patentarlo o de fabricarlo en alguna cantidad para su venta. Lo único que le interesaba era no dormir más de la cuenta.  

Hoy, 218 años después, la puntualidad es quizá más importante aún que entonces. Y quizá también en nuestro medio, mucho menos escrupulosamente practicada. He escuchado toda clase de bromas para disfrazar la impuntualidad.  

En México, si se nos cita a las 7:00 “P.M.”, y llegamos a las 8:00, podremos aducir en tono festivo ¿no dijeron “Puntualidad Mexicana”?. En Honduras se le llama “hora hondureña”, En Costa Rica “hora tica”, y en República Dominicana “hora dominicana”.  

Pero debemos comprender que la puntualidad hace tanto por mostrar respeto por los demás, como por mostrarlo por nosotros mismos. Influye en nuestra autoestima en una forma decisiva. Podemos dar excusas que incluso puedan ser aceptadas, pero en nuestro interior, aún inconscientemente, sentiremos el peso de no hacer lo correcto.  

La única forma de eliminar el hábito de la impuntualidad, es comenzando a ser puntuales. Y usted y yo haremos muy bien en hacerlo. No debemos aceptar el supuesto de que los demás no lo son y que por ello no vale la pena. Dejemos que nuestro ejemplo ayude a establecer esa magnífica costumbre. 

LO NEGATIVO: No solamente ser impuntuales, sino además no percibir la necesidad del cambio. Enfocarnos a encontrar pretextos para justificarnos. 

LO POSITIVO: Dar la importancia que tiene a la puntualidad. Tener una percepción cabal del tremendo efecto que tiene en nuestra eficacia personal, y en nuestra autoestima. 

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