-Qué sábanas sucias está colgando en el tendedero! Está precisando de un jabón nuevo…¡si yo tuviese intimidad le preguntaría si ella quiere que yo le enseñe a lavar la ropa!
El marido miró y se quedó callado.
Algunos días después, nuevamente , durante el desayuno, la vecina colgaba sábanas en el tendedero y la mujer comentó con el marido:
-¡Nuestra vecina continúa colgando las sábanas sucias! ¡Si yo tuviese intimidad le preguntaría si ella quiere que yo le enseñe a lavar la ropa!
Y así, cada dos o tres días, la mujer repetía su discurso, mientras la vecina colgaba su ropa en el tendedero.
Había pasado un mes, la mujer se sorprendió al ver las sábanas siendo tendidas, y entusiasmada fue a decir al marido:
-¡Mira, ella aprendió a lavar la ropa¡ ¿Será que la otra vecina le enseñó? Porque yo no hice nada.
El marido calmosamente respondió:
-No, hoy yo me levanté más temprano y lavé los vidrios de nuestra ventana.
Y así es. Todo depende de la ventana, a través de la cual observamos los hechos.
Antes de criticar, verifique si usted hizo alguna cosa para contribuir.
Verifique sus propios defectos y limitaciones.
Debemos mirar, antes de todo, para nuestra propia casa, para adentro de nosotros mismos.
Enviado por Peter. ¡Muchas gracias!
Y si quieres superar tus temores y mejorar tu calidad de vida, te sugerimos inscribirte ahora en nuestro curso gratis de Superación Personal, haciendo clic aquí.