El
riesgo de contagio con
VIH
de las Mujeres que tienen sexo Con Mujeres (MCM), es
el mismo que el de todos, depende de lo que hagan. Es posible que algunas de
estas mujeres se inyecten drogas, tengan sexo con hombres, intercambien sexo por
dinero o drogas, sean víctimas de abuso, tengan sexo con otras parejas o tengan
inseminación artificial.
Cabe recordar que la identidad sexual y la conducta sexual no siempre van de la
mano; por ejemplo, la mujer que se identifica a si misma como lesbiana puede
estar teniendo relaciones sexuales con hombres y no toda MCM se identifica como
lesbiana o bisexual.
En esta hoja informativa el término "MCM" encierra todas
las categorías anteriormente mencionadas, a menos que se use un término
específico.
Entre las personas que usan drogas intravenosas, las tasas de VIH entre la MCM
es mucho mayor a las que solo tienen sexo con hombres.
Un estudio a usuarias de
drogas intravenosas (UDIs) en 14 ciudades de los EEUU indicó que la mujer que
tenía una pareja sexual femenina estaba más propensa que las heterosexuales a
compartir agujas o jeringas, a intercambiar sexo por dinero o drogas, a carecer
de un techo y a contraer el VIH.
La
mujer que se identifica a si misma como lesbiana o bisexual y que además tiene
sexo con hombres puede tener un riesgo mayor de infección con VIH debido a la
forma en que su pareja masculina escoge parejas sexuales y al poco uso del
condón.
En una encuesta a mujeres lesbianas y bisexuales en 16 ciudades pequeñas
de los EEUU, de las mujeres que dijeron tener relaciones sexuales activas, el
39% reportó sexo con hombres gay o bisexuales y un 20% reportó sexo con UDIs.
¿Es posible la transmisión de mujer a mujer?
Hasta el momento sabemos que el riesgo de transmisión del VIH asociado con la
práctica sexual entre mujeres es bajo y sin definición. El VIH está presente en
el flujo vaginal y en la sangre menstrual, aunque la cantidad de virus no se ha
medido con exactitud.
El sexo de mujer a mujer incluye un sinnúmero de
actividades, lo que se desconoce es el nivel de riesgo que encierra cada una de
estas.
Se cree que el sexo oral, por si solo, presenta un riesgo relativamente
bajo, mientras que aquellas actividades que dañan las paredes vaginales ya sea
por compartir juguetes sexuales sin el uso de un condón o al introducir dedos
con heridas o con uñas largas o puntiagudas presentan un mayor riesgo.
Hasta hoy, no han habido estudios rigurosos que examinen los riesgos de
transmisión del VIH en cuanto a actos sexuales cunnilingus de mujer a mujer, sin
embargo ya se han reportado algunos de estos casos.
Solamente ha habido un
estudio de parejas lesbianas discordantes (una en la pareja esta infectada y la
otra no). A pesar de haber seguido muy de cerca a 10 parejas por un corto
período de tiempo, no hubo seroconversión (nadie se infectó).
¿Cuales son las barreras en la prevención?
El
factor económico, social y ambiental puede constituir una barrera para la
prevención. Las MCMs de bajo nivel económico, drogadictas, sin el entrenamiento
adecuado para desempeñar algún trabajo, sin un hogar estable, o sometidas a la
violencia, pueden estar recurriendo a la prostitución o estar teniendo sexo como
un método de supervivencia.
Las expectativas en torno a la heterosexualidad y las actitudes negativas que la
sociedad y la cultura imponen a la homosexualidad pueden estar contribuyendo al
incremento en las conductas de riesgo entre algunas MCMs.
En un estudio a
jóvenes lesbianas de San Francisco, CA, se descubrió que estas usaban alcohol y
drogas, tenían relaciones sexuales sin protección con hombres y experimentaban
la sexualidad con jóvenes gay como una forma de responder a las presiones
sociales.
¿Qué se está haciendo?
El
"Lesbian AIDS Project" (LAP) del GMHC de la ciudad de Nueva York ofrece
múltiples servicios a las mujeres VIH+ o VIH- que tienen sexo con mujeres.
El
LAP organiza grupos, ofrece talleres sobre sexo seguro y una línea de asistencia
telefónica. Las lesbianas que forman parte del personal y que poseen alto riesgo
de infección con VIH y las VIH+ están a cargo de educar a la comunidad, incluso
en las cárceles y en centros de rehabilitación.
En
San Francisco, CA, el Lyon Martin, un Centro de Salud para mujeres, adiestró a
mujeres lesbianas/bisexuales para que diseminaran información sobre sexo seguro
en los bares de mujeres, clubs de baile y clubs de sexo.
Cariñosamente conocidas
como las "SLUTS del sexo seguro" las educadoras están empeñadas en abrir los
ojos de estas mujeres por medio de dramatizaciones, ofreciendo consultas a nivel
individual, y repartiendo condones y lubricante.
Un
programa de alcance comunitario en Hollywood, CA, dirigió sus esfuerzos a los
UDIs gay, bisexuales, lesbianas y transexuales que operaban desde la calle.
Basado en el modelo de reducción de riesgo, el programa ofreció grupos de apoyo,
consejería impartida por miembros del mismo grupo, servicios de referencia y
paquetes preventivos con equipo de higiene.
En
Guatemala, se abrieron las puertas de un local que sirve como centro de libre
expresión libre de alcohol, drogas o sexo para lesbianas, travestis, y hombres
gay/bisexuales. La Casa de la Cultura patrocina talleres de creatividad, clases
de artesanía, fotografía, literatura, clases de Inglés y Francés.
Se realizan
conferencias y mesas redondas sobre temas tales como la violación de los
derechos humanos, la actitud de la iglesia católica ante los gay y las
lesbianas, como mantenerse VIH-, y los aspectos legales del SIDA.
¿Qué queda por hacer?
Es
necesario desarrollar estudios sobre prácticas y riesgos sexuales, escogencia de
parejas, y sobre las características demográficas de las MCMs. Para que la
intervención sea eficaz se deben tomar en cuenta la identidad y el
comportamiento sexual y el tipo de actividad en cuanto a las drogas
Tomar en
cuenta la identidad sexual de las mujeres que tiene sexo con otras al diseñar
mensajes de prevención puede ser un elemento crucial.
Los proveedores de servicio y el personal de salud tienen que ser sensibilizados
ante las necesidades de las MCM y ser capacitados para asesorar las conductas de
riesgo no solo desde el punto de vista heterosexual. Muchos proveedores de
servicio asumen que las mujeres VIH+ son todas heterosexuales.
Si una mujer dice
haber tenido sexo con un hombre, la mayoría no pregunta si han tenido sexo con
una mujer. Asimismo, si una mujer reporta uso de drogas intravenosas, la mayoría
no procede a preguntar sobre el comportamiento sexual, asumiendo el uso drogas
como riesgo principal.
Esto no solo afecta el cuidado médico y la educación que
las MCMs puedan recibir sino que además se documentan erróneamente los
comportamientos de riesgo. Por lo tanto las tasas de VIH entre las MCM son
incorrectas.
Como grupo, las MCM han estado invisibles en el sistema de clasificación del
CDC. Mientras que en las categorías de grupos de riesgo masculinas se incluyen a
los hombres que tiene sexo con hombres, el uso de drogas intravenosas y el
contacto heterosexual entre otras, la categoría MCM aún no existe.
Actualmente
se están haciendo esfuerzos para identificar más claramente a las MCM dentro del
sistema de vigilancia del CDC. Al obtener información actual de los casos de
SIDA entre las MCM se va a poner en claro la necesidad de aplicar programas de
prevención en esta población.
Todavía no se sabe cual es el mensaje más efectivo para las MCM. Algunos grupos
opinan que es necesario centrar el enfoque en la causa del riesgo de infección
de la mayoría de las MCM-el uso de drogas y el sexo con hombres-en vez de un
enfoque en los riesgos de transmisión de mujer a mujer.
La educación y el
alcance comunitario deberán centrar sus objetivos en la limpieza de las agujas o
en el uso de nuevas agujas y en el uso del condón y lubricante al tener sexo
anal con hombres, además de establecer un mensaje más claro sobre las relaciones
sexuales entre mujeres.
Es
inconcebible que a 15 años del flagelo del VIH, aún no exista información
acertada sobre los riesgos que indiquen lo que se debe o no hacer sexualmente
entre parejas femeninas. Un programa de prevención completo utiliza muchos
elementos para proteger del VIH a la mayor cantidad de personas posible.
La
mejor forma de proteger a las MCM radica en asesorar adecuadamente los factores
de transmisión para poder reportar los casos de manera adecuada.
Fuente: UCSF Center for AIDS Prevention Studies