A
nadie le gusta envejecer. Lamentablemente, por el momento es imposible combatir
el paso del tiempo y las posibilidades de viajar por el mismo son inexistentes.
Nuestra edad no la podemos controlar, por lo cual los años nos caen
inevitablemente.
Sólo queda entonces una solución: aceptar nuestra edad y disfrutarla. Pero, ya
que contra la edad real no podemos hacer nada, sí podemos combatir los efectos
estéticos de la acción del tiempo; tratando de mantener nuestro aspecto
juvenil y lozano, a través de prácticas médicas seguras, desarrolladas con
este fin en mente.
La
dermatología cosmética (rama especializada en este área, además de pensada
para solucionar problemas estéticos causados por accidentes, operaciones, etc.)
es en estos días una de las ramas de la medicina que más beneficios económicos
reporta a los especialistas y a las clínicas.
En todo el mundo, miles de dólares se gastan en intervenciones faciales que
buscan negar (o disimular lo mejor posible) el paso del tiempo en la piel.
Parte de esto se basa en que los efectos de estas operaciones son inmediatos
(algo no despreciable en estos tiempos donde impera la impaciencia), aunque
temporarios y las mejoras totalmente notables a simple golpe de vista.
La
piel, espejo de los años
Como
se ha dicho anteriormente, no hay forma de realmente detener el paso del tiempo.
Aún no se ha encontrado el implemento científico que permita la detención del
mismo. Pero podemos combatir y tratar de revertir sus efectos estéticos más
importantes.
Y
la piel es la parte más visible de este proceso de envejecimiento, ya que está
siempre a la vista.
Por
suerte, hay a la venta muchos productos que colaboran en esta lucha,
productos que se venden en farmacias (algunos con receta, otros sin necesidad de
ella) y que se aplican directamente sobre la zona a tratar.
Por
un largo tiempo ya, se ha sabido que el proceso de remover las células viejas
de la piel (las cuales, al morir, se sueltan, algunas desprendiéndose
totalmente) para permitir que aparezcan las jóvenes y en mejor estado de salud,
ayuda a combatir los efectos estéticos de la edad.
En
los años ochenta, apareció con fuerza, volviéndose toda una moda, la
utilización de ácidos alfa extraídos de frutas para despegar estas células
muertas que se empeñan en permanecer unidas a la piel saludable, sin decidirse
a alejarse definitivamente del cuerpo. Estas células son las que crean muchos
de los signos más antiestéticos del paso del tiempo.
Pero,
mientras que la terapia con ácidos de fruta permite la eliminación de estas células
muertas y colabora en cierta medida, las células viejas o enfermas necesitan de
una exfoliación mecánica para ser completamente removidas.
Aquí es donde se empieza a hablar (y popularizar) de la microdermoabrasión
como método, ya que este, mecánicamente, remueve (exfolia) las células mas
viejas de la superficie para permitir que se vean las capas más jóvenes.
Procedimientos
Populares
Es
cierto que cuando uno escucha hablar de dermatología cosmética, lo primero que
se le viene a la mente son costosas operaciones estéticas, con estiramientos,
liftings y otras por el estilo. Pero también es cierto que, hoy en día, esas
no son los tipos de operación más comunes, sino que están muy por debajo de
las tres más importantes: las inyecciones de toxina botulínica tipo A, las inyecciones de colágeno
y la microdermoabrasión.
Esta
ultima, de la cual hablaremos en detalle, ya que es la que realmente nos
interesa a los efectos de este articulo, es un procedimiento de exfoliación de
la piel que, obviamente, elimina las capas superiores de células muertas o
envejecidas de la piel, gracias a una maquina que arroja un finísimo spray
sobre la piel del paciente.
Este
spray está formado por un granulado de cristal, que cumple la función de
exfoliar la piel, eliminando con su roce (como si la estuviese erosionando) las
capas avejentadas y dejándola con un aspecto mucho más joven, suave y
brillante.
Precio
y Valor
La
microdermoabrasión es un procedimiento desarrollado a fines de los años
noventa como una alternativa segura a las riesgosas y no demasiado consistentes
formas de “despellejado” que existían en esos momentos.
Si
bien hoy en día la microdermoabrasión es una de los procedimientos más
comunes de la medicina estética, esto no quiere decir que es barato. Además,
hasta hace poco solo se podía realizar en lugares especializados. Y estos
lugares no eran para nada económicos.
Los precios oscilaban entre los 150 y los 500 dólares la sesión; y en general
eran necesarias varias sesiones (entre seis y nueve) para dar por finalizado el
tratamiento.
Para
peor, si bien el método es efectivo y seguro, con resultados finales
satisfactorios, luego de un tiempo (a causa de los efectos normales del tiempo,
y los procesos físicos y químicos propios del cuerpo) los resultados empiezan
a desvanecerse, para ser recuperados solo con más sesiones en el centro
especializado.
Además, muchos de los que utilizan la máquina no son realmente personal
especializado o médicos, con lo cual el riesgo de mal uso siempre está
presente. Por ello, conviene averiguar el tipo de especialistas que trabajan en
el centro antes de comenzar el tratamiento.
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