La
flaccidez se produce por el deterioro de las fibras de elastina y colágeno de
la dermis, que son las responsables de mantener la firmeza y
elasticidad de la
piel.
El
efecto antiestético puede ser empeorado por la pérdida del tono muscular.
Es
un fenómeno que se asocia con la edad, suele comenzar a hacerse evidente entre
los 30 y 35 años, y se hace más pronunciado hacia los 40.
Este
es el tipo de flaccidez habitual, asociada con la edad y que se da en todas las
mujeres.
Un
caso particular es el que se produce cuando se agrega una gran disminución del
peso corporal.
El
tratamiento varía en cada caso, en función del grado, ubicación, antecedentes
y estado de salud de cada persona.
Es
necesario tener en cuenta que las opciones que se enumeran a continuación lo
son sólo a titulo informativo y de orientación. El diagnóstico y opciones
terapéuticas para cada persona en particular sólo pueden ser establecidas por
la consulta a un profesional especializado de su confianza.
En
los casos incipientes o de menor intensidad, puede ser suficiente una combinación
de:
-Dieta:
rica en fibras e
hidratos de carbono compuestos: cereales, frutas y verduras, y
pobre en azúcares simples y grasas.
-Ejercicios:
como caminar, subir escaleras, ejercicio muscular con sobrecarga, y gimnasia
localizada cuando el problema se concentra en piernas, abdomen y brazos
-Masajes
-Tratamiento
localizado con aparatos electrónicos (su efectividad no está fehacientemente
comprobada)
-Tratamiento
cosmético con cremas reductoras y afirmantes.
Tenga
en cuenta que NO existe ninguna solución milagrosa ni hay “cura” científicamente
comprobada. Algunas de las cremas que se ofrecen en el mercado podrán ayudarla,
y otras serán una perdida de tiempo y de dinero. Desconfíe de quienes le
prometen milagros.
En
los casos de mayor intensidad puede ser necesario recurrir a intervenciones estéticas,
que dependen de la ubicación y gravedad del problema. Siempre tenga en cuenta
que se trata de una CIRUGÍA, y que toda cirugía tiene riesgos que hay que
asumir. Pregúntese: ¿vale la pena?, ¿es de confianza el cirujano?.
No
se entregue en manos del primero que le resulta “encantador” y que le
promete el oro y el moro.
Entre
las opciones existentes se encuentran:
-Liposucción
ultrasónica, que además de retirar grasa provoca un contracción de la piel
(no sirve para todas las zonas porque quedan cicatrices a la vista)
-Aplicación
de siliconas (en el caso de las mamas)
-Combinación
de soft laser, peeling, mesoterapia y máscaras biotensoras (para el caso del
cuello)
-Extracción
del exceso de piel y grasa (dermolipectomia), que puede ser la única opción en
los casos de gran disminución de peso.
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