Ser una persona XL, es decir tener unos cuantos kilos de más, puede ser un
verdadero desafío de a ratos, tanto en el plano físico como en el emocional y en
el social.
Agrega a todo esto la falta de opciones de vestimenta con algo de
onda y entonces posiblemente arribes a una terrible conclusión: ser XL y tener
estilo es algo imposible.
Por suerte te has equivocado. No es necesario que seas un palo de escoba para
llamar la atención y ganar admiradores.
De hecho, con algunos pocos consejos y
algo de imaginación, puedes convertirte en una experta del estilo, cualquiera
sea tu edad, talla, forma, o presupuesto (y disfrutar de los beneficios propios
de lucir una imagen refinada).
Aquí vamos:
Reconoce tu talla actual
Si bien no es un problema para algunos, para muchos es definitivamente el mayor
obstáculo. Embarazo, malas relaciones, problemas financieros, estrés laboral…;
los caminos que conducen al
talle XL son muchos, y generalmente terminan en el
mismo lugar: estar más gorda de lo que quieres estar. Ok. Convengamos que es
algo que simplemente sucede. Nadie debe ser juzgado.
Si quieres tener estilo y ser elegante (y gozar de la autoestima, las ganancias
incrementadas, y la mejora en las relaciones consecuentes) no ignores tu talle
actual ni juegues juegos contigo.
Evitar las balanzas y los espejos de cuerpo
entero, no salir de compras para no averiguar tu talle, pensar que con un buen
corte de cabello o unas uñas esculpidas nadie notará tu sobrepeso, son técnicas
para evitar la realidad, pero en ningún caso van a hacer algo bueno por ti.
Si estuvieras endeudada hasta la cabeza y quisieras escapar de tu situación, lo
primero que deberás hacer será conocer la cantidad total adeudada para poder
confeccionar un plan de pago a tus acreedores.
Puede que los números no sean
gratificantes, pero son sin dudas un punto de partida. Una vez que tengas el
“Punto A” podrás trazar tu camino hacia el “Punto B”. Ocurre lo mismo con tu
sobrepeso.
Cuando conozcas tu peso y tu talla actuales, entonces podrás comenzar a comprar
prendas que se ajusten armoniosamente a tu cuerpo en lugar de flamear ropas que
son muy grandes para tu cuerpo o debatirte dolor en diminutos trozos de tela que
te hacen ver como una salchicha alemana. Cuando sabes con qué tienes que lidiar,
todo el resto del trabajo se hace más sencillo.
Deshazte de las prendas que no te van
Va hasta tu armario y deshazte de todas las prendas que no vayan con tu cuerpo.
Están ocupando un valioso espacio.
Si tienes algunas ropas que quieres conservar
para cuando pierdas algunos kilos, almacénalas en otra parte (otro armario, una
caja debajo de la cama, cualquier otra parte).
Las únicas prendas que estarán en
tu guardarropas a partir de ahora son las que van con tu cuerpo de este
momento.
Otórgate un permiso para comprar nuevas prendas
¿Crees que no mereces ropas nuevas porque estás excedida de peso? ¿Andar en esas
gigantescas túnicas es para ti una suerte de castigo autoimpuesto por no haber
cumplido la dieta?
Si la respuesta a estas preguntas es “sí”, entonces algo anda mal. Piensa que es
algo como obligarte a hablar con el chico más lindo de la escuela justo el día
que tienes el grano más grande de tu vida en medio de la nariz.
Esto puede
acabar con tu autoestima puesto que en lo único que puedes pensar es en tus
defectos. Cuando cubras ese grano (o cuando compres prendas que te hagan sentir
mejor), podrás sacártelo de la cabeza y destinar tus energías a mejores causas.
Acentúa lo positivo
Ha llegado el momento de hacer un inventario de las cosas que te gustan y las
cosas que te disgustan de tu cuerpo actual. No vayas a decir “Nada”. Todos
tenemos algo único y hermoso.
Tal vez sea ese pelo siempre brillante, esa
sonrisa cegadora, esos senos provocadores, o esa piel de porcelana. Lo que sea.
Concéntrate en lo bueno. Luego acentúalo con colores, estilos, y formas
favorecedores.
Esconde lo negativo
¿Tienes grandes caderas? ¿La piel de tus brazos es fláccida? ¿Tu panza es
prominente? Entonces es conveniente minimizar aquellas áreas con colores y
formas disimuladores.
No te disfraces de vaca porque no te gusta tu parte de
atrás. En cambio, busca estilos que minimicen tu trasero y destaquen tu cuello
largo o tus sedoso cabello.
Apégate a tu nuevo estilo
Una vez que encuentres los estilos que mejor vayan con tu figura, úsalos (y
cómpralos) una y otra vez en diferentes encarnaciones.
Por ejemplo, un top
cruzado, un vestido cruzado, una chaqueta cruzada, etcétera. Apégate a aquello
que funciona. No uses lo que no va bien contigo.
Accesorios, a trabajar
Si no te sientes a gusto con tu figura, opta por algunas prendas y estilos
básicos que afinen tu cuerpo y luego recurre a los accesorios para definir tu
estilo.
Hermosos collares, bolsos, brazaletes, o zapatos pueden cumplir a la
perfección su trabajo de estilizarte y hacerte sentir chic.
Opta por una tendencia
Encuentra uno de los últimos gritos de la moda e incorpóralo a tu guardarropas
(como un bolso, una chaqueta, un brazalete, un pañuelo, o lo que sea).
No tiene
que ser algo costoso, pero sí debe ser actual y desde luego debe gustarte. Esto
servirá para mantener actualizado tu guardarropas, mostrará a los demás que
disfrutas del buen vestir, y te hará sentir parte del mundo de la moda más allá
de tu tamaño.
Ser de tamaño XL no supone que debas resignarte a vestirte mal. Hay muchas
opciones para los amantes de la moda de todas las tallas y formas.
Si no puedes
encontrar algo que te guste en el centro comercial, entonces búscalo en la
computadora. La Internet ahora nos permite tener cualquier artículo, de
cualquier parte del mundo, en tu puerta en unos pocos días.
La elegancia sobre todo
En cualquier caso, procura siempre buscar un estilo elegante. No debes ser una
mujer de talla perfecta para divertirte con las ropas y disfrutar de los
beneficios de una imagen elegante y refinada.
Simplemente debes determinar qué
va mejor con tu cuerpo, de modo que puedas cruzar la puerta de tu casa todos los
días sintiéndote genial contigo.
Recuerda: las personas te tratan de la misma manera en que tú te tratas. Si
crees que no mereces cosas buenas, entonces lo mismo pensarán los demás.
Así que ya sabes, trátate como la gema que eres y disfruta de la atención y el
reconocimiento de los demás y de ti misma, cualquiera sea tu talla.