Es por ello que he decidido compartir con usted los mitos más populares sobre
las várices a fin de analizarlos para ver si se trata sólo de creencias o si
bien, lejos de ser mitos populares, son afirmaciones certeras.
Mito 1: "Las mujeres tienen más probabilidades de padecerlas que los hombres"
Es cierto que las mujeres son más propensas a desarrollar várices, no obstante,
las mismas pueden presentarse tanto en mujeres como en hombres.
Lo que sucede aquí es que las mujeres están mejor informadas sobre este tema y
por ello, ante los primeros signos de várices, acuden inmediatamente al médico
con el fin de realizar un tratamiento para prevenirlas y combatirlas mientras
que los hombres, generalmente desconocen cuáles son los signos de las várices y
este desconocimiento hace que las mismas pasen inadvertidas por un principio y
con el tiempo se agraven.
Hay un solo tipo de várices que no padecen los hombres:
las
venas varicosas vaginales. Éste tipo de várices se desarrolla
muchas veces en la etapa del embarazo y aparecen en la zona de la vulva o la
vagina.
Conclusión:
Estadísticamente las mujeres son más propensas a desarrollar várices, sin
embargo, esto no significa que todas las mujeres tendrán várices ni que los
hombres están exentos de padecer esta condición.
Mito 2: “Todas las mujeres desarrollan venas varicosas durante el embarazo "
Es cierto que hay un porcentaje de mujeres embarazadas tienden a desarrollar
várices durante la etapa del embarazo pero esto no implica que una mujer tenga
várices por el simple hecho de encontrarse en la etapa de gestación.
De hecho, muchas mujeres pasan por el embarazo y el parto sin desarrollar ningún
tipo de várices.
Mito 3: “El hecho de
permanecer de pie por largos períodos de tiempo puede colaborar con la aparición
de las várices "
Si bien no existe una evidencia que sea 100% certera que compruebe que el hecho
de estar parado por largos períodos de tiempo puede favorecer la aparición de
las várices, lo que sí puede suceder es que una persona que permanece de pie por
mucho tiempo puede tener problemas circulatorios.
Lo que hay que tener en cuenta fundamentalmente es que las várices están
íntimamente ligadas a la genética.
Esto implica que si en su familia hay antecedentes de personas que hayan
padecido de várices, sin dudas usted tendrá mayor propensión a padecerlas en
alguna etapa de su vida.
Mito 4: "Las várices, al no
presentar problemas de salud graves, no necesitan ningún tipo de tratamiento"
En la mayoría de los casos, las várices superficiales no afectan la salud ni
provocan ningún tipo de incomodidad o dolor, por lo que no requieren un
tratamiento médico.
No obstante, las mismas pueden resultar realmente desagradables y antiestéticas
y esto afecta la autoestima de la persona que las padece.
Es por esta razón existe un sinnúmero de tratamientos, tanto propios de la
medicina tradicional como de la medicina alternativa que tienen como objetivo
prevenir y combatir las várices y ayudarlo a recuperar la confianza en usted
mismo y su autoestima.
Mito 5: "Las várices están íntimamente vinculadas con factores genéticos”
En este caso no se trata de un mito sino de una realidad. Las várices están
íntimamente vinculadas con la genética.
Existen muchas familias en las que más de uno de sus miembros padecen esta
condición, esto demuestra que hay un patrón genético que colabora con su
aparición.
De este modo, si sus padres, hermanos o familiares cercanos tienen várices, es
probable que usted las desarrolle en algún momento de su vida.
No obstante, esto no es algo automático, de hecho existen muchas personas que a
pesar de que en su familia hay antecedentes de várices, no las padecen en toda
su vida.
Espero que con esta explicación acerca de los mitos y realidades sobre las
várices usted tenga más en claro la veracidad de estas afirmaciones.
Si padece de várices puede optar por un tratamiento natural a base de
ejercitación específica, alimentación adecuada, cambiando su estilo de vida y
optando por terapias naturales capaces de minimizar su apariencia y prevenir el
desarrollo de las mismas de un modo muy sencillo.
Por
Estefanía Garret – Especialista en flebología. Autora de “Várices Nunca Más”, un
método que promete
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