Los productos
cosméticos son aquellos que actúan sobre la piel a través del contacto con la
superficie del cuerpo. Y en más detalle, las lociones cosméticas que el mercado
ofrece, y que se auto-promueven como reparadoras de la caída del pelo, no
siempre son saludables y efectivas.
Generalmente,
no están probadas clínicamente y sólo producen el engrosamiento del cabello,
haciendo parecer que tiene mayor volumen y creando cierto efecto de
rejuvenecimiento.
A cargo de la
eliminación de la suciedad eliminada por la secreción sebácea y de la aplicación
de otros elementos, están los champúes, que si bien no producen progresos en la
lucha contra la alopecia, siempre son importantes para mantener la salud del
pelo mientras se realiza otro tratamiento.
Propiedades de los champúes
Los avances
tecnológicos en el campo de la química, permiten la aparición de champúes que
están compuestos por diversos elementos que apuntan a las diferentes condiciones
del cabello, y cuidan aspectos como la irritación del cuero cabelludo, la
aparición de alergias, facilitar el peinado, y el tratamiento de la seborrea y
la caspa; y en general eliminan las grasas contaminantes a través de sus
componentes con propiedades detergentes.
Este elemento,
es naturalmente combinable con las grasas y produce su arrastre cuando se junta
con el agua. Esta propiedad de los detergentes se llama detergencia, que es-
junto al poder humectante y emulsionante- la principal característica de un
champú.
La humectación
es la propiedad que un producto tiene para impregnar una superficie determinada
y que, aplicada a los champúes, les permite penetrar más fácilmente en el pelo.
La emulsión es
una propiedad que permite una mejor disolución en el pelo en el caso de este
tipo de artículos cosméticos. A este respecto, la espuma es un factor que
aparece en ciertos detergentes al mezclarse con agua, aire y agitarse.
Para los
cabellos grasos, se indican los productos suaves, ya que al contrario de la
caspa, no existe una solución efectiva. Nota: evitar el agua demasiado caliente
y los masajes fuertes.
Las tinturas
La utilización
de tintes capilares en las mujeres es superior al 40% y según las últimas
estadísticas, viene aumentando rápidamente entre los hombres y en general en los
hogares, por la facilidad de su aplicación.
Sin embargo,
existen importantes contraindicaciones para su aplicación. Los tintes capilares
producen el deterioro de los tallos pilosos, dejándolos irrecuperables, y otros
inconvenientes que solo se pueden mejorar interrumpiendo su utilización por
completo.
Los tintes vegetales en cambio, no son problema comúnmente, salvo cierta
sensibilización que pueden aparecer a contacto. En todos los casos, siempre es
aconsejable consultar a un dermatólogo que nos aconseje qué producto es menos
peligros para nuestro cuero cabelludo.
Permanentes
y decolorantes
Habitualmente,
las “permanentes en frío” con tioglicolato determinan reacciones irritativas
tipo quemaduras, que pueden acabar en placas de alopecia. Si las permanentes se
aplican bien, no tiene por qué haber problemas.
Pero si no se respetan los tiempos recomendados por el fabricante, puede
aparecer, además de patologías alérgicas o irritativas, una alteración de la
estructura de los cabellos que hace que al peinarse o cepillarse se rompan con
facilidad en los días siguientes al ondulado permanente.
Otro producto
que se utiliza habitualmente sobre los cabellos son los decolorantes, que se
clasifican como “peligrosos” y que deben ser aplicados siguiendo ciertas
recomendaciones. El persulfato amónico, por ejemplo, produce dermatitis,
urticaria, rinitis y asma.
Y
si quieres aprender a resaltar tu belleza, inscríbete ahora en nuestro curso
gratis de Maquillaje, haciendo clic
aquí.