¿Los niños deben hacer deberes en vacaciones?
Durante los meses de verano, hay mucho tiempo libre para los niños pequeños que han comenzado hace poco la primaria.
En el caso de los adolescentes, hay quienes
no han llegado a cumplir con las expectativas académicas y tienen que dedicar el
tiempo de descansa a recuperar las asignaturas perdidas.
Estudiar aunque no haga falta es una buena oportunidad para no perder el ritmo y
acercarse a las materias que no gustan demasiado desde un lado más positivo.
“Como todo en la vida, hay que encontrar el equilibrio justo.
No sería correcto abrumar a los hijos con tareas de lengua y matemáticas durante todos los días de las vacaciones, pero tampoco es adecuado dejar que se dediquen al ocio durante todos los meses de descanso.
Lo mejor que se puede hacer es establecer una rutina para que los niños sepan
que cada día deben dedicar una media hora a alguna actividad académica”,
aconseja la psicopedagoga española Letizia Campos Rivero.
Es importante que los ejercicios que se lleven a cabo sean impartidos de modo
relajado y divertido. “Si es verano, aprovechar el ambiente agradable y
colocar una mesa si se tiene espacio en el jardín o en la terraza donde los
pequeños puedan desarrollar sus labores.
También se pueden llevar las materias al ámbito de la piscina. Practicar
matemáticas como un juego, sin libros ni lápices. Hacer cuentas, sumar, restar y
multiplicar puede ser muy divertido y tomado como un juego que se practica entre
amigos o entre padres e hijos.
El niño aprende de todo aquello que lo rodea. No hay necesidad de sentarlo frente a un escritorio y encerrarlo en una habitación para que haga los deberes.
Hasta la materia más compleja, se puede practicar con alegría y en un ambiente
divertido, pero esto depende de la creatividad e imaginación de los adultos”,
comenta la profesional.
Resulta de mucha utilidad preguntar a la maestra de los hijos cuáles son las
materias que deben reforzar para centrarse en las debilidades de los niños y
llegar al comienzo del curso siguiente con un mejor nivel.
“Está comprobado que los pequeños que dedican al menos una media hora diaria
a ejercitar alguna asignatura comienzan en mejores condiciones el ciclo lectivo,
de mejor humor, sin los miedos clásicos que presentan los niños con problemas de
aprendizaje ya que se sienten más confiados y seguros”, relata la
psicopedagoga.
Es importante que los padres no hagan comentarios negativos respecto de las
asignaturas. “Hay ciertos mitos que tienen que desestructurarse por el bien
de los hijos. Leer no es aburrido ni una obligación.
Las matemáticas no son difíciles ni un monstruo que acecha a los más débiles.
La aceptación dependerá de cómo se presente el tema a los hijos para que las
materias sean vistas como un estímulo y un desafío positivo o una verdadera
tortura”, argumenta la especialista.
Cómo lograr que los niños hagan los deberes
Leer todas las noches un poco. “Dejar que el niño elija la temática para
partir de una base positiva y de estímulo. No obligarlo a leer, sino acercarlo
al poder que tiene la lectura desde la fantasía e imaginación”, comenta la
psicopedagoga española.
Elegir un ambiente adecuado y relajado para practicar cuentas. “Si se puede
contar con un espacio al aire libre, mucho mejor ya que un sitio abierto ayuda a
relajar la mente y aliviar las tensiones que se originan con determinadas
materias”, aconseja la experta.
Salir de la rutina habitual y proponer visitas a los museos, excursiones
culturales y paseos por la naturaleza. Todas estas actividades son beneficiosas
y a los hijos los atrapará. Son maneras frescas para seguir aprendiendo sin
darse cuenta y con placer.
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