Los mejores juegos para estimular la inteligencia emocional
Hasta los dos años, los bebés tienen la oportunidad de construir los circuitos neuronales que determinarán su temperamento natural y su forma de afrontar las diferentes situaciones que se le presenten a lo largo de su vida. Por ello, es fundamental, rodearlos de experiencias que ayuden a desarrollar su inteligencia intrapersonal e interpersonal, fundamentalmente, a través de actividades lúdicas. En este artículo, te presentamos algunos ejemplos.
Juegos para estimular la inteligencia interpersonal
Uno de los juegos que más disfrutan los niños a estas edades, son los juegos de imitación, por ello, jugaremos a imitarnos los unos a los otros en el aula. Podemos imitar sólo movimientos o gestos faciales o jugar a imitarnos utilizando todo el cuerpo. También, podemos reproducir sonidos de animales después de que lo haya hecho un compañero.
Otro juego muy interesante es el de colocar todas las fotos de los niños en el suelo del aula y pedirle a cada uno que nos ayude a buscar la de otro de sus compañeros, de esta forma, estaremos ayudándole a familiarizarse con sus compañeros de aula y facilitaremos el desarrollo del hábito de prestar atención a los detalles característicos de las caras de las otras personas, reforzando sus habilidades para comunicarse de forma no verbal.
Algo muy divertido es jugar a recrear escenas sociales. A estas edades, los niños aún no son capaces de jugar con otros niños, sino junto a ellos. Pero una forma de ayudarles a acercarse y cooperar con sus compañeros es recrear situaciones que ven en un pequeño fragmento de un programa infantil, como por ejemplo, Pocoyo.
Simplemente, se trata de dejar al alcance de la mano de los niños materiales o instrumentos similares a los que utilizó el personaje del programa infantil para jugar con los otros personajes e invitarlos a jugar con sus compañeros. Así estaremos preparándolos para jugar con los otros, y con ello, a ser más sociales.
Juegos para estimular la inteligencia intrapersonal
Una forma muy divertida de ayudar al niño a desarrollar la autoconciencia es el jugar de cara a un espejo. Podemos colocarle juguetes con ventosas en la superficie de una pared con espejos para que los separe o podemos preparar una zona sin reflejo, ocultándola por ejemplo tras una cortina.
Un juego muy divertido a esta edad puede ser el presentar pequeños retos a los niños en el aula de psicomotricidad, de forma que los animemos a tirarse a una colchoneta desde una altura determinada, con o sin ayuda. Para aquellos niños que demuestren conductas de miedo, colocaremos “muletas” como escalones, más cojines o los “acompañaremos” en la acción de saltar. Con esta actividad, lo que conseguiremos es ayudarlos a conocerse mejor ante los retos y los estimularemos a afrontar nuevos desafíos.
La inteligencia emocional también se desarrolla en casa
No sólo es cierta esta frase, sino que según la mayoría de las investigaciones en psicología evolutiva, son los padres y en especial, las mamás, las que más responsabilidad tienen en la construcción de la inteligencia emocional de sus hijos, y lo hacen fundamentalmente a través del diálogo tónico.
El diálogo tónico es el patrón rítmico característico, tanto corporal como verbal, que utilizan las madres con sus bebés desde el momento en que éstos nacen. Se caracteriza por sonidos agudos, suaves, muchas cosquillas y muecas divertidas y exageradas.
Los niños que establecen una comunicación tónica positiva con su madre, poseen un apego seguro, son niños abiertos y muy comunicativos. Por el contrario, los niños cuyas madres son menos juguetonas o comunicativas, son más miedosos, retraídos y poco comunicativos.
Por ello, una forma de asegurar un desarrollo óptimo de la inteligencia emocional es invitar a los papás y mamás a que hagan muchas, muchas carantoñas a sus hijos, pasen tiempo simplemente mirándose y jugando a imitar la sonrisa, a hacerse cosquillas o realizar suaves masajes con materiales suaves como pelotas blanditas.
Como te habrás dado cuenta, es muy fácil desarrollar la inteligencia intra e interpersonal con un poco de organización, tanto en casa como en el aula. Pero lo fundamental es practicar mucho y todos los días, sobre todo, antes de los dos años. Así, después de esta edad, será más fácil educar a los niños y niñas, porque serán más prosociales y estarán más seguros de si mismos.
Por Jenny
Guerra Hernández
www.facilmente.org
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