Antes de empezar con
los
ejercicios, deben tener presente algunas cuestiones previas.
• Se debe inspirar el
aire lentamente por la nariz, de esta manera las partículas de polvo pueden
quedarse fácilmente retenidas en los pelillos de la nariz.
• Cuando note que el
aire ha llegado hasta el abdomen, suelte lo. Hágalo despacio, entreabriendo
ligeramente los labios para el cuerpo que el aire salga cómodamente.
• Haga sus ejercicios
al aire libre o con las ventanas abiertas.
• Realice los
ejercicios regularmente y comprobará que, poco a poco, la respiración se irá
volviendo más profunda sin tener que esforzarse para ello.
• Empiece con los
ejercicios lentamente. Escoja dos o tres ejercicios que para empezar, deberá
repetir dos veces, y que irá aumentando hasta llegar a cinco veces.
• Procure relajarse
unos minutos al terminar los ejercicios y observe su respiración.
Ejercicios de respiración para hacer de pie
![](https://www.enplenitud.com/imagenes/yogabanner_02_336x280.gif)
En la realización de
estos ejercicios es muy importante mantener una posición correcta. Póngase en la
posición que acostumbra sin forzar su cuerpo. Colóquese ante un espejo.
• Intente comprobar de
qué manera sus pies toman contacto con el suelo -uniformemente, con toda la
planta o más bien con las puntas, los bordes exteriores o el talón.
Procure dejar caer su
peso alternativamente sobre las puntas, el talón y los bordes exteriores, este
ejercicio no sólo favorece el riego sanguíneo sino que, además, le permitirá
encontrar enseguida la posición más idónea.
• y sus rodillas ...
¿están tensas?, ¿sufre calambres o por el contrario se mueven con soltura?
Presione lentamente con los dedos sobre cada una de sus rodillas y suéltalas
mientras intenta mover ligeramente las articulaciones.
De esta forma no sólo se
activarán las articulaciones de las rodillas sino también las articulaciones
tibio-tarsianas y las de las caderas.
• ¿Y su espalda? Tiene
una columna vertebral recta que se mueve libremente o está ligeramente inclinada
hacia la pelvis?
Contraiga los músculos de la región de la pelvis y de las caderas con fuerza y
vuelva a distenderlos lentamente. Repita estas contracciones y distensiones
varias veces, enseguida notará como la tensión y la distensión le proporciona
una agradable sensación de descanso.
Cuál
es la posición de sus hombros y su espalda
• Sus hombros descansan
firmemente sobre la columna vertebral? ¿Tienden a inclinarse hacia delante
impidiendo la expansión de la cavidad torácica y respiratoria? ¿Se mueven sus
brazos libremente?
Levante los brazos por
encima de la cabeza, estirándose todo lo que pueda. Abra y cierre sus manos de
acuerdo a estos movimientos, como si fuera usted una manzana que lentamente va
cayéndose del árbol. Mire hacia sus manos.
Lleve otra vez los brazos hacia al
cuerpo, agítelos ligeramente o déjelos balancearse. Con ello sus hombros y la
parte superior de su cuerpo se calentará y podrá moverse más fácilmente.
Mediante este «control
de la posición», que se debe realizar siempre antes de empezar los ejercicios,
usted establece contacto con el cuerpo, mientras se relaja y se activa todo su
sistema muscular.
• Primer ejercicio:
Colóquese de pie con
las piernas ligeramente abiertas y mantenga la cabeza suelta, los brazos caídos
y relajados a ambas partes del cuerpo.
Póngase de puntillas sin moverse de sitio
(véase la página 38) y respire profundamente hasta notar que el aire llega hasta
la cavidad abdominal. Al expulsar el aire vuelva lentamente a la posición
inicial.
Cuando haya realizado este ejercicio varias veces, advertirá que el
movimiento y la respiración van al mismo ritmo.
• Segundo ejercicio:
Póngase derecho, con
las piernas juntas procurando que las plantas de sus pies se apoyen por completo
en el suelo.
Levante la pierna derecha hacia delante todo lo que pueda, a medida
que el aire penetre en sus pulmones. Suelte el aire lentamente al colocar de
nuevo la pierna en la posición inicial. Vuelva a repetir este ejercicio con la
otra pierna y controle la
respiración.
• Tercer ejercicio:
Separe lentamente las
piernas procurando que sus rodillas estén sueltas y relajadas. Levante los
brazos lentamente por encima de la cabeza y respire profundamente.
Al bajar los
brazos, suelte el aire. Puede repetir este ejercicio tantas veces como crea
conveniente.
Ejercicio de
respiración de pie: Déjese elevar al ritmo de la inspiración del aire que debe
penetrar en la cavidad torácica y abdominal, sintiéndose más ligero y relajado.