Era un día al aire libre, como tantos otros, y te untaste en tu bronceador con filtro solar para obtener un color caribeño. ¿Qué fue lo que conseguiste? Una horrorosa quemadura solar.

¿Qué salió mal? La respuesta a esta pregunta puede esconderse en tu botiquín. Ciertas drogas y otras sustancias pueden incrementar la sensibilidad de la piel a la luz ultravioleta y pueden ocasionar que la piel se queme en menos tiempo o una intensidad de luz solar menor que en situaciones normales.

Las quemaduras de sol son un tema serio. La exposición a los rayos ultravioletas es un factor de riesgo conocido del cáncer de piel.

La Sociedad Americana de Cáncer estima que habrá 62.000 nuevos casos de melanoma, el tipo de cáncer de piel más serio, en 2007. Asimismo, la tasa de mortalidad se ha incrementado en un 50% desde 1973.

Entonces, ¿cuáles son las medicaciones que exacerban el riesgo de quemadura solar y qué debes hacer para estar a salvo bajo el sol?

Los grandes conspiradores

• Diuréticos: La hidroclorotiazida pertenece a una clase de medicamentos llamados diuréticos y es usada para tratar la presión arterial. Funciona al hacer que los riñones eliminen el agua y la sal innecesarias del cuerpo a través de la orina.

·         Antibióticos: La tetraciclina es usada para tratar las infecciones provocadas por bacterias, incluyendo la neumonía y otras infecciones en las vías respiratorias; el acné; infecciones en la piel, los genitales y el sistema urinario; y la infección que causa úlceras estomacales (Helicobacter pylori).

Por su parte, el grupo de las quinolonas ha ganado preponderancia durante los últimos tiempos. Actualmente existen cuatro generaciones de quinolonas como antibióticos, entre los que se pueden encontrar como conocidos exponentes, ácido nalidíxico, ciprofloxacina, oxiflacina, moxiflacina y levofloxacina.
 
La ciprofloxacina, por ejemplo, es un antibiótico usado para tratar ciertas infecciones causadas por bacterias, como la neumonía; gonorrea; diarrea infecciosa; fiebre tifoidea; ántrax por inhalación (después de la exposición a una fuente de contaminación); y las infecciones a los huesos, articulaciones, la piel y las vías urinarias.

• Productos para el cuidado de la piel: el Retin-A o tretinoina se usa para tratar el acné. Promueve el despellejamiento de las zonas afectadas de la piel y limpia los poros.

  Si bien controla el acné, no lo cura, y puede ocasionar susceptibilidad exacerbada al sol. Lo mismo ocurre con el alfa hidróxido y con los productos de microdermabrasión, empleados para minimizar las arrugas y mejorar el tono de la piel.

• Medicaciones para el corazón: la amiodaranona se usa para tratar y prevenir arritmias ventriculares (frecuencia cardíaca anormal). Esta droga pertenece a una clase de medicamentos llamados antiarrítmicos y su función es disminuir la hiperactividad del corazón.
  
• Medicaciones para la diabetes: La glipizida se usa para tratar la diabetes tipo II (no dependiente de insulina), antes conocida como adulta, en particular en aquellas personas cuya diabetes no puede ser controlada con el régimen alimenticio.
  
• La glipizida disminuye el nivel de azúcar en la sangre al estimular la secreción de insulina por el páncreas y ayudar al cuerpo a usarla en forma eficiente.
  
• Antiinflamatorios no esteroides: este segmento tiene como protagonista a los analgésicos o aliviadores de dolor tales como el Ibuprofeno, Naxopreno, y la droga de prescripción Celebrex.
• Bálsamo del Perú: este ingrediente herbal es con frecuencia empleado en los productos perfumados y en las lociones aftershave. 

Fotosensibilidad

La sensibilidad exacerbada a la luz, o una reacción fototóxica, ocurre cuando los rayos ultravioletas interactúan con ciertos ingredientes en las medicaciones. Incluso cuando hayas dejado de tomar cierta droga, sus efectos podrían permanecer.

Dependiendo del tipo de droga, y de cuánto hayas estado tomándola, podría permanecer en tu sistema desde uno a cinco días. Para ser precavidos, siempre es bueno preguntar al farmacéutico acerca de los efectos del medicamento ante la exposición solar. 

No es necesario que salgas a exponerte al sol para experimentar las complicaciones de las medicinas. De hecho, fácilmente podrías sufrir quemaduras en un salón de bronceado.

En este sentido, ha habido algunos casos realmente lamentables, en los que las medicaciones jugaron un papel protagónico. 

Y hay otro factor poco conocido sobre los rayos UV: pueden penetrar el agua. Muchas veces, los nadadores no se dan cuenta de que se están quemando mientras permanecen en el agua, y sufren severos daños casi sin darse cuenta —o dándose cuenta cuando ya es demasiado tarde—. 

Factor de protección solar (FPS)

Existe un debate acerca de si los bronceadores con factor de protección proveen mayor resguardo que un protector solar de grado 15. Los bronceadores más poderosos suelen dar a las personas una sensación de falsa seguridad. 

Un FPS de 15 bloquea el 92% de los rayos UVB, mientras que un FPS 30 bloquea el 97%. Por lo tanto, un factor 15 estará bien para ir a la tienda o al almacén, pero para largas exposiciones —o si estás ingiriendo medicación— emplea el FPS 30. 

En cualquier caso, ya sea que estés comprando pantallas solares con FPS 15 ó 45, estás comprando protección contra los rayos UVB. Para protegerte de los rayos UVA, un producto debe contener uno de los siguientes ingredientes activos: óxido de zinc, dióxido de titanio, o avobenzona. El problema es que estos ingredientes no son estables por mucho tiempo.    

El ecamsule es una pantalla de amplio espectro, que es comercializada desde hace años en Europa y Canadá, y que ha sido aprobado recientemente en los Estados Unidos.

El bronceador, llamado Anthelios SX, contiene ecamsule, un ingrediente que es mejor para bloquear la radiación de los rayos ultravioleta tipo A, o UVA, que cualquier otro bronceador que se vende actualmente. Anthelios es un producto de la empresa de cosméticos francesa L”Oreal SA.

Tiene un factor SPF 15 de protección. El bloqueador contiene tres ingredientes activos, incluyendo ecamsule o Mexoryl SX. Mexoryl es un ingrediente activo que la empresa ha estado incluyendo en los productos que vende en Canadá y Europa desde 1993. 

Protección solar

Los dermatólogos recomiendan reaplicar la pantalla solar cada dos o tres horas y asegurarse de emplear una cantidad suficiente. En el mejor de los escenarios, las personas suelen usar la mitad de lo que necesitan.

Si aplicas una capa muy fina sobre tu piel, ésta quedará prácticamente desprotegida. La Sociedad Americana de Cáncer recomienda que un adulto promedio debe llenar su palma de protector para cubrir brazos, piernas, cuello, y cara. 

La clave para la correcta protección es reaplicar constantemente la pantalla. Asimismo, es importante untarse una hora y media antes de exponerse al sol. La pantalla solar se elimina con el sudor y el agua de la pileta o el mar. Recuerda también cubrir tus manos y tus pies. 

No obstante, los profesionales dicen que no es bueno confiar sólo en una pantalla solar, en tanto que lo apropiado es usar un gorro, una remera, y evitar los rayos reflejados de la arena, cemento y metal, que pueden alcanzarte aun cuando hayas bloqueado el sol con un paraguas.

Por último, procura mantenerte lejos del sol durante las horas pico —de 10 a 16 horas—.

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