Manual del buen besador
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Besar es una parte vital del proceso amatorio. Cuando los humanos besan, se
dispara la actividad tanto a nivel cerebral como de las glándulas suprarrenales,
resultando en una estimulación nerviosa y una excitación sexual en todo el
cuerpo.
Tus glándulas suprarrenales producen noradrenalina, generando sentimientos de euforia, y adrenalina, haciendo que tu corazón parezca a punto de estallar de alegría, y que tu cuerpo entero tenga esa sensación de entrega y satisfacción.
Mientras todo esto sucede:
- Los órganos amatorios del hombre y de la mujer son inundados de sangre.
- Las hormonas invaden todo el cuerpo, incrementando la excitación y la sensación de bienestar.
Adicionalmente –y este es un punto importante–, los labios de la mujer son
también una zona erógena.
Ellas tienen una gran concentración de terminaciones
nerviosas en los labios, de modo que es seguro que se va a morir de deseo si te
dedicas a besarla por algunos instantes.
Sin embargo, es necesario señalar que los besos no son sólo parte de la entrada o el precalentamiento, sino que son una herramienta altamente útil y placentera que debe ser usada durante toda la sesión amatoria.
Cuando llega el momento de darle el primer beso a una mujer, puedes darlo a
entender en forma indirecta, usando la técnica de la “Evaluación del beso”.
Es
así como funciona: cuando sientas que el momento y el ámbito son adecuados para
el beso, sugiere: “¿Cómo evalúas tu habilidad para besar del 1 al 10?
Puede que ella responda o puede que se quede callada, pero en el 95% de las oportunidades, en ese preciso instante, ella abrirá su boca y tú podrás tomar la iniciativa y acercarte.
Otra técnica es buscar esa señal no verbal, con la que ella intentará decirte:
“Bésame de una vez por todas, hombre de mis sueños”.
En pocas palabras, cuando
te encuentres en ese momento en que sus rostros y sus labios están demasiado
cerca (después de haber estado platicando animadamente), presta atención al
instante en que sus labios queden ligeramente entreabiertos (y el mundo parezca
detenerse), tal vez en busca de una bocanada de aire que apague el fuego de sus
entrañas, y bésala suavemente.
Tip adicional: es posible que ella cierre los
ojos cuando se encuentre lista para recibir tu beso.
Por si acaso, haz esto con tu mujer o novia también, no solamente con tu amante ocasional de esta noche.
A medida que avances, concéntrate no en besarla, sino en cepillar tus labios
contra los suyos.
Puedes estar seguro de que ella va a derretirse y que en menos
de lo que imaginas ambos estarán besándose como si no existiera un mañana.
Continúa en este patrón algunos momentos, siempre con lentitud y suavidad. Luego abre la boca, y espera su lengua. Una vez que la punta de su lengua entre en tu boca, imita lo que ella haga.
Lo que debes saber sobre los besos
El arte del beso difiere de muchas otras actividades amatorias, pues es una de
las pocas en la que debes dejar que la mujer tome la iniciativa.
Cuando nos
referimos a otras actividades, como salir a comer o penetrarla, tú deberás tomar
la iniciativa. Pero, de nuevo, no en el arte del beso.
Una de las cosas más detestadas por una mujer es un sujeto que introduce su lengua en su boca antes de que esté lista para ello. Simplemente relájate y disfruta del momento del beso, e imita lo que ella haga.
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