Como hacer una entrevista genealógica efectiva

Cuando se comienza una entrevista de carácter genealógico es imprescindible tener en cuenta ciertos detalles que con el correr del tiempo pueden revelarse cruciales para obtener el resultado deseado.

Registrando
la información

Cuando
se toman los apuntes, fechar la primera página. Escribir el nombre del
entrevistado, el nombre de quien dirige la entrevista, y donde se realiza el
encuentro.

Años
después, cuando sus nietos encuentran las notas querrán saber estos detalles.
Guardar la entrevista en un cuaderno de notas en la sección indicada para esta
información
o por el nombre familiar para poder encontrarlos al instante.

En
caso de querer almacenarlo en una computadora, trasladar las notas a su
procesador de textos, entrando en ellos por el nombre de la familia para la
recuperación fácil, o al lugar apropiado en su software genealógico.

Qué
y cómo preguntar

Es
fundamental preguntar por las personalidades y las apariencias físicas de sus
antepasados. Averiguar si eran de buen corazón, callados o bulliciosos, su
apariencia física detallada, y no sólo cuando y donde nacieron.

Si
se habla de una mujer averiguar el apellido de soltera, e indagar sobre la
historia familiar antes del casamiento. Las preguntas ayudan a la familia a
recordar, y esto es aún más importante en el caso de las personas mayores que
pueden confundir la historia real con alguna imagen que haya quedado en su
recuerdo.

Puede
pasar que los recuerdos no vengan a la mente con rapidez, en esos casos es mejor
no presionar sobre la respuesta, sino cambiar el tema y dejar que la respuesta
salga por una sucesión de recuerdos diferentes.

Muy
pocas veces se consigue toda la información en un solo día, en general los
intervalos son fuente de descanso para la mente y una vía para recapitular con
claridad.

Sin
embargo, muchas veces el “no lo recuerdo” puede ser una cortina que el
consultado ha impuesto para no traer al presente hechos que quizás en su época
fueron vergonzantes.

No es bueno presionar sobre eso, sobre todo porque el
“gran secreto” puede tratarse solo de un casamiento hace cien años que poco
significa para la historia en si y que puede trabar la fluidez en el dialogo
posterior.

Asegurar
simplemente que lo que se quiere saber de su familia es por el interés sobre
sus raíces. Estos obstáculos pueden retardar una búsqueda, pero conseguir la
información puede ser crucial para el éxito.

Puede
ser que la persona averiguada se haya casado por segunda vez y esto complique la
búsqueda de su lápida. Sea paciente.

Haga las mismas preguntas a varios
parientes; es probable que usted consiga la información deseada a tiempo,
aunque es difícil obtener siempre los detalles enteros de la familia.

¿Será
cierto?