Entrevistando a la abuela: consejos para recabar datos de fuentes orales

Las mujeres suelen saber mucho sobre la vida hogareña y la historia de la familia. Siga estos consejos para saber cómo entrevistarlas.

A diferencia de los hombres, que guardan
generalmente toneladas de documentos, muchas mujeres se interesan más en
capturar sus historias sin necesidad de archivos oficiales.

En un principio, muchos genealogistas aficionados
suelen entrevistar a sus parientes femeninos, con preguntas como por ejemplo
cuando y donde nacieron, los nombres de sus padres, los nombres y las fechas de
nacimiento de sus hermanos y abuelos, y cuando y donde éstos últimos
fallecieron. Luego, estos datos se clasifican y archivan, pero todo termina
siendo un proceso algo aburrido y monótono.

Además, es común que nuestros parientes no se
sientan cómodos al ser entrevistados, y consultados sobre cuestiones íntimas.
Por lo tanto, sería importante utilizar una metodología distinta.

En vez de preguntar quién, donde, y
cuando
, se les debe preguntar por qué, cómo, y qué:

• ¿Como fue su día de bodas?

• ¿Cómo la preparó su madre para la noche de la
boda?

• ¿Cuáles eran las cualidades positivas de su
madre?

• ¿Cuáles eran las cualidades negativas?

• ¿Cómo encontró su madre a su padre?

• ¿Cuál es su mejor recuerdo de su madre o de su
abuela?

• ¿Como recuerda usted misma/o a su madre o a su
abuela?

• ¿Cómo solía llamarlas?

• ¿De que otra forma las llamaron?

• Narre una historia que caracterizaría o
mostraría qué clase de mujer eran su madre o su abuela.

Ningunas de estas preguntas se pueden contestar
con un simple "sí" o "no". Estas preguntas requieren que la persona piense la
respuestas y le provea información que usted no podría encontrar en ningún
documento. Además, esta información es mucho más interesante que fríos nombres y
fechas.

Sus objetivos para la entrevista

La primera pregunta que usted necesita formularse
—sí, a usted mismo— es "¿Cuál es mi objetivo al efectuar entrevistas orales de
la historia de las mujeres de mi familia?" ¿Es su objetivo "lograr saber cosas,
cualquier cosa"? ¿O bien saber como era su vida diaria, desde la mañana hasta la
noche?

Tenemos que comenzar con hechos básicos —que, cuando, y donde
sucedieron los hechos-, al efectuar nuestras investigaciones genealógicas;
pero se debe tener presente que, probablemente, se podría encontrar toda esa
información en un documento, algo que podría ayudar a comenzar la investigación.

Lo qué usted no encontrará en los documentos son
los pensamientos, las sensaciones, y las motivaciones de su madre y abuelas; es
decir el porqué, cómo, y qué. Éstas son las cosas que hacen a una
persona única, y se irán a su tumba cuando mueran.

Preparándose para la entrevista

Siempre prepare, antes de la entrevista, un
formulario con preguntas que usted quisiera realizar, incluyendo el porqué
sucedió, cómo ella se sintió al respecto, y qué cosas pasaron?

Él cuestionario se puede subdividir en estas
categorías:

• Antecedentes familiares

• Niñez

• Juventud

• Mediana edad

• Adultez

• Narraciones como padres

• Nietos

• Acontecimientos históricos

• Preguntas generales, experiencias inusuales,
filosofía de vida, y valores personales

• Preguntas específicas para parientes judíos,
negros, y europeos

Las preguntas deben ser hechas en orden
cronológico, pero se debe estar preparado para desviarse si las personas toman
rumbos inesperados.

Comenzando la entrevista

Antes de comenzar la entrevista, se debe explicar
a la entrevistada, que no todo el material será utilizado para la investigación
familiar, y que tendrán la oportunidad de ver y aprobar todo lo que se escriba
antes de que se publique o se distribuya a otros miembros de la familia.

Tenga
presente que usted no es el dueño/a de la memoria de la persona, por lo que no
puede utilizar la información que un pariente le confía, según su propia
discreción. Consiga el permiso por escrito para utilizar el material, si usted
planea publicar o distribuir la entrevista.

También intente poner cómodos a sus entrevistados,
diciéndoles que no es necesario que tengan que contestar a todas las preguntas
que se le formulan. Si es demasiado personal, solo deberían decirlo, para no
continuar sus respuestas.

Y si más adelante se arrepienten de haber dicho algo,
deben saber, previamente, que todo eso puede no ser incluido. Generalmente, una
vez que las entrevistadas renuentes vean que no se las fuerza a decir lo que no
desean (suele tener que ver con recuerdos dolorosos, como la muerte de
parientes), empiezan a sentirse más cómodas y a ser mas abiertas para la
entrevista.

Una entrevista no debería durar más de una o dos
horas. Si se alarga, sería fastidiosa tanto para usted como para la
entrevistada. Si solo puede estar con el pariente durante un día, debe efectuar
recreos permanentes durante esos tiempos, puesto que una entrevista tan intensa
como esta, puede durar de seis a ocho horas.

Como es usted quien está conduciendo la
entrevista, debe saber escuchar. Haga una pregunta, espere y escuche la
respuesta. El impulso de interrumpir —para clarificar un dato o hacer otra
pregunta— es grande, pero no debe ser tenido en cuenta . Anote su consulta y
vuelva luego a ella.

No interrumpa ni corrija nada al narrador. Aunque usted
pudo haber documentado una prueba que contradice la historia que está
escuchando, deje a su pariente contarla según la forma en que ella recuerda el
acontecimiento. Usted puede anotar luego la discrepancia. Muestre interés en lo
que ella está diciendo asintiendo con su cabeza, usando expresiones faciales
apropiadas, o de vez en cuando diciendo "aja, aja".

Preguntas personales

Las mejores preguntas son las más personales,
aquellas que puedan ser levemente embarazosas o que pueden hacer que el narrador
ríe o grite.

Éstas son las preguntas que nadie ha tenido la valentía de hacer, y
las respuestas que usted no encontrará registradas en ningún lado, excepto,
quizás, en un diario íntimo. Obviamente, no es bueno comenzar la entrevista con
una pregunta como "Dime que hicieron tú y el abuelo para controlar la natalidad
en los años 40". O, "Háblame sobre el accidente automovilístico en que murió tu
hijo".

Usando la historia oral

¿Qué hacer con la entrevista después de recoger el
testimonio de su madre o abuela? En primer lugar, necesitará transcribir las
cintas o, si usted no tomó notas durante la entrevista, deberá tomar notas desde
las cintas.

Tenga presente que si usted deja la entrevista como cinta de audio o
video, no será tan útil para sus descendientes. La tecnología cambia demasiado
rápido, y la vida útil de una cinta de audio o video es solo de diez años, antes
de que se comience a deteriorar. Las fuentes impresas siguen siendo el recurso
mas útil para preservar la historia.

Sepa que la trascripción de las cintas es una de
las cosas más aburridas y desperdiciadoras de tiempo. Algunas personas prefieren
tomar notas de la cinta de audio o video, y, recién después, transcribir solo lo
que les es de mayor interés al escribir los antecedentes familiares.

Una vez que se transcriba la entrevista, habrá
muchas formas de incorporar los detalles en sus antecedentes familiares.

Alguna
gente prefiere incluir transcripciones textuales de entrevistas en sus libros de
familia, mientras que otras prefieren reunir un relato más narrativo. También se
podrían incluir detalles de la entrevista en el encabezamiento de las
fotografías de su álbum familiar.

La entrevista oral es divertida para todos 

Para usted, es maravilloso poder recabar
testimonios inéditos de su familia, y para las entrevistadas, es muy
reconfortante tener a alguien interesado en ellas y su vida, siendo además muy
catártico para relajarse, recordar el pasado, y poder contarlo. Al entrevistar a
las mujeres de su familia, usted podrá asegurarse de que ellas tendrán sus vidas
registradas, y serán recordadas por siempre.