¿Para qué sirve la genealogía?

Cómo me picó el bichito de la genealogía y hasta donde llegué para desentrañar los secretos familiares.

 

Mi
hobbie es la genealogía, porque en algún lugar debía "meter" mi
ocio creativo (al mejor estilo del ocio griego).

Además
también me sirvió para saber verdad o mentira sobre una vieja tradición
familiar que hablaba de un pasado judío, por lo cual en mi casa se comía
distinto y se mantenían valores que no eran moneda corriente.

Así
empezó la historia. Hoy, después de más de 32 años, poseo un archivito donde
se puede rescatar algún dato interesante, al margen de haber concluido un árbol
genealógico que se remonta al año 350 d.c., que es lo mismo que decir 62
generaciones (en mi caso particular).

No
se pueden imaginar qué divertido es saber quien fue mi abuelo número 39, o la
alegría de conocer la historia de mi abuelo 58, les garantizo que es una
satisfacción incomparable.

Mi
ancestro fue Don Diego Lópes Camelo, que llegó de "arribada por
fuerza", en 1611. Esto lo comprobé después de investigar muchos años.

En
la Argentina se afincó en la zona norte, por lo cual hay una estación
ferroviaria que recuerda a uno de sus nietos.
Es una historia larga de contar, pero hace apenas tres o cuatro años, apareció
un trabajo de un investigador llamado Sabán, donde habla de las familias
argentinas
descendientes de judíos. Allí menciona a los López Camelo y a otros tantos.

Y
así fue como la tradición familiar tuvo explicación, nombre y apellido.