Has encontrado el antiguo manuscrito de tu tatarabuelo, y te embarga una
importante emoción ante los descubrimientos que puedes sacar de tan valioso
documento.
Sin embargo, sólo en cuestión de segundos te invade el mayor
desánimo. Lamentablemente, no entiendes una sola palabra.
Ya sea que recién estés comenzando o hayas hecho investigaciones por años, todos
podemos apreciar el valor de un buen archivo.
Al mismo tiempo todos somos
conscientes de la importancia de volver siempre a la fuente o documento original
dado que la copia del archivo puede estar incompleta o contener errores.
Por
suerte todos somos conscientes de esto. ¿Lo somos realmente?
¿Qué es lo que haces en primer lugar al momento de crear un archivo? A decir
verdad, es bien posible que no hayas pensado en lo que implica crear un buen
archivo.
Pues bien, el hecho de poder leer antiguas escrituras hechas a mano es aquí una
cuestión fundamental.
No ser capaz de leer antiguas escrituras puede ser un
verdadero problema, incluso para los investigadores experimentados.
A veces,
asumimos que por el hecho de saber leer y escribir seremos capaces de leer
cualquier cosa. No obstante, leer antiguas escrituras puede desafiar nuestras
creencias, e incluso contradecirlas.
De hecho, es preciso que debamos aprender a
hacerlo. La mejor forma de mejorar tu capacidad de leer antiguas escrituras es
seguir las siguientes guías y luego practicar, practicar y practicar.
No entrar en pánico
La primera regla es, simplemente, no entrar en pánico. Recién cuando tengas
éxito en esta empresa podremos avanzar hacia cosas más complejas.
Mientras que
no es necesario tener un posgrado en historia ni años de experiencia, sí es
importante para cada principiante comprender que la autodisciplina y la
paciencia son requerimientos fundamentales para leer antiguos documentos.
Cuando leemos, la mayoría de nosotros reconocemos formas y símbolos, y
reconocemos las palabras en la página, pero no necesariamente leemos cada letra
que hay en ella.
Cuando estás leyendo o transcribiendo un documento antiguo es
importante cambiar este abordaje y leer letra por letra. Si no miras letra por
letra será mucho más factible que malentiendas o hagas alguna presunción
incorrecta en cuanto a lo que crees que es una palabra.
Simplemente recuerda
bajar la velocidad de lectura y observar qué es lo que hay en realidad en ese
trozo de papel.
Alfabeto de muestra
Cuando te topas con una carta que es poco clara, el primer paso es continuar
leyendo y buscar otras letras que sean similares a aquellas que estás tratando
de descifrar.
Busca palabras comunes y corrientes, como las utilizadas para
designar fechas o meses, en donde todas las cartas son más o menos predecibles.
Después de hacer esta lectura adicional, regresa a la palabra que te está
trayendo problemas y ve si consigues asignarle significado. A veces, simplemente
es cuestión de familiarizarse con la escritura de alguien.
Si estás trabajando
con varias páginas escritas por la misma persona, tal vez quieras crear un
alfabeto de muestra basándote en su escritura para usar como referencia y
agilizar el trabajo.
El problema puntual
Si estás transcribiendo un documento o archivo que tiene únicamente un nombre en
una página, de seguro no tendrás mucho contexto con el cual comparar.
En este
caso, es de ayuda considerar qué letras lucen parecido y reducir las
posibilidades mediante un proceso de eliminación. Por ejemplo, si estás
intentando descifrar una letra que tiene una “cola” o desciende por debajo de la
línea de escritura, considera qué letras del alfabeto se encuadran en esta
descripción.
Efectivamente, éstas son: q, y, p, g, y j. De esta manera, habrás
eliminado al resto del alfabeto de las posibilidades. A partir de aquí, podrás
determinar si una letra tiene más o menos sentido en el contexto de las letras
que la acompañan.
El mecanismo también te será de ayuda en el caso de letras que suelen
confundirse con otras. Por ejemplo, la L mayúscula se confunde a menudo con la S
mayúscula. Otros ejemplos son:
T y F
T, G, y Y
I y J
K y R
O y Q
P y R
U y W
Adivinando…
Si todavía tienes problemas, puedes intentar adivinar la palabra. En este
sentido, puede ayudarte el pronunciar las opciones en voz alta.
Simplemente
asegúrate de no engañarte con lo que dices; es muy sencillo hacerlo y llegar a
pensar que lo escrito coincide con lo que dices si no tienes la disciplina de
leer letra por letra.
Esto es mucho más difícil de hacer cuando se transcriben
nombres y fechas en lugar de un documento entero, ya que no hay contexto alguno
que permita evaluar la certeza o la falta de certeza de tus intentos.
Segundas opiniones
Si todavía tienes problemas, entonces busca a alguien que eche un vistazo al
documento o tómate un descanso y vuelve más tarde. A veces, unos ojos frescos o
una nueva perspectiva pueden hacer la diferencia.
Una de las ventajas de la
tecnología es que incluso cuando te encuentres solo, puedes mostrar el documento
a través de la cámara web a aquellos que tengan interés en ayudarte.
Los secretos del texto
Finalmente, es también importante recordar que, más allá de cualquier regla,
cada escritura es única e individual.
La ortografía no es igual para todos y los
dialectos locales pueden afectar la forma en que se escriben ciertas palabras.
Cualquiera sea el desafío, con un poco de paciencia, disciplina y práctica,
puedes hacer que cualquier texto te cuente sus más preciados secretos.
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