La
cerámica, proviene de la arcilla calentada al horno. El metal o el contenido
mineral, es lo que crea su color básico. La arcilla puede ser tener muchos tipos
de colores, como por ejemplo rojo, amarillo, blanco, marrón o gris. La cerámica
se suele utilizar para fabricar artículos menos costosas.
Materiales
El
nombre que se les suele dar a los objetos hechos con la
arcilla más barata, es
el de “arcilla roja”, los cuales pueden ser fabricados con un molde, o
simplemente moldeados a mano. Como este tipo de material es frágil, quebradizo y
puede dañarse fácilmente, se lo suele cubre generalmente con un esmalte, para
tapar los grandes poros de la cerámica, que absorben los líquidos.
La
“arcilla amarilla” es una cerámica inglesa o norteamericana, echa en base a
barro, y usada comúnmente para objetos de cocina, como por ejemplo tazones o
fuentes.
Por su parte, la “arcilla marrón o gris” es un producto hecho en base a
tierra y arcilla refinadas, con otros ingredientes gaseosos. La mayoría de estas
cerámicas tienen un color que va del gris claro al marrón, y son muy durables, y
bastantes livianas cuando ya están horneados.
Tipos de diseño
Las
cerámicas
de salpicón y esponja, fueron producidas durante el siglo
diecinueve, y utilizadas sobre todo para la decoración. Las cerámicas de
salpicón tienen la forma de lozas de barro, pero salpicadas con una arcilla
coloreada, generalmente de azul o rojo.
Las cerámicas de esponja son una loza de
barro hecha para el uso diario. Son aún más antiguas (y pesadas) que las
cerámicas de salpicón, y suelen estar adornadas con toques de color aplicados
con una esponja.
Otra variedad de cerámica es la de hierro, que se fabricó a principios del siglo
diecinueve, también llamada Piedra China o Norteamericana, o Granito Blanco. Es
muy resistente y gruesa, pero sin imperfecciones, con lo que puede ser muy buena
para hacerle inscripciones, y fue utilizada con frecuencia para los servicios de
grandes cenas o artículos de mesa comerciales.
La
mayoría de los objetos artísticos de cerámica, norteamericanos y europeos de
finales del siglo diecinueve, se trabajaron con cerámica antes que con
porcelana. Este tipo de objetos eran también muy naturalistas y orgánicos, tanto
en color como en forma, (por eso, la mayoría eran hechos a mano).
Los artistas y las escuelas de la cerámica
Algunos de los objetos en cerámica más reconocidos del siglo diecinueve, fueron
de artistas tales como Charles Volkmar, Chelsea Keramic, Lonhuda, George Ohr,
Grueby Faience, Adalaide Alsop Robineau y Artus Van Briggle. Además, existían
fabricas y escuelas que fueron muy famosas por la calidad de sus producciones en
cerámica, como por ejemplo la Universidad de Rookwood, de Weller y de Newcomb.
Los productos en cerámica de Charles Volkmar, están adornados con paisajes y
animales, lo cual demuestra su entrenamiento como pintor. Chelsea Keramic se
convirtió en la artista de objetos de cerámica de Dedham, e hizo todo tipo de
artículos para mesa, en azul y blanco.
Muchos de los mejores artistas de cerámica, fueron entrenados por Rookwood,
sobre todo para hacer las lámparas firmes, las chimeneas, los azulejos de pared
y muchos otros ítems para el hogar, inusuales hasta ese momento.
Lonhuda, por su parte, fue muy conocido por sus cristales con esmalte marrón en
cuerpos amarillos, que imitaban las imágenes y cerámica de los nativos
americanos.
Weller fue uno de los escultores de cerámica más importantes del mundo, y
fabricó todas las cerámica en verde, con esmaltes y aceites de Jacques Sicard.
George Ohr, fue un excéntrico artista que se autoproclamaba como genio, e hizo
miles de piezas de cerámica, sin repetir un solo diseño, con una gran variedad
de técnicas.
La
Universidad de Newcomb, entrenaba mujeres artistas, y cada pieza realizadas por
ellas está marcados con las iniciales de la universidad, de su diseñador y de su
tipo de alfarería. Grueby Faience fue una fábrica muy reconocida para sus
objetos artísticos de cerámica y sus azulejos arquitectónicos.
Marcas
Uno de los grandes placeres de la cerámica, es que a menudo tienen marcas muy
reveladoras. Una sola marca en un pedazo de cerámica, puede revelar el país y, a
menudo, la fábrica en la que fue producida, así como el año en que fue hecha.
Las marcas pueden incluso decirle el mismo mes en que fueron realizados.
Las marcas se imprimen generalmente bajo el esmalte, usando la técnica de sello
o de transferencia. Así, se las puede encontrar situadas en el fondo o en la
parte posterior de cualquier objeto.
A veces también se pintan encima o debajo
el esmalte. Si una pieza no tiene ninguna marca, podría no ser muy vieja, ya que
era común que a fines del siglo diecinueve y veinte, no tuvieran ninguna marca.
Valor
El
valor de un objeto de cerámica, depende mucho de su estado. Un florero, un tazón
o una fuente con grietas, son útiles solamente como piezas de muestra, ya que no
puede ser utilizados o vistos desde todos los ángulos, lo cual les quita
bastante valor.
Por lo tanto, el hecho de que se trate de piezas viejas no significa
necesariamente que tengan mucho valor. Los objetos ornamentales, como por
ejemplo los floreros o las figuras, son a menudo más valiosos que las piezas de
uso, como las tazas y los platillos.
Aunque todos los objetos de cerámica son frágiles, si estos están dañados en
cualquiera de sus partes, los coleccionistas sólo los tomarán en el caso de ser
piezas realmente muy raras, por lo que las grietas en las piezas comunes,
destruyen literalmente su valor.
Por otro parte, si usted encuentra una pieza cuyos diseños estén impresos e
inscriptos en su superficie, ésta será generalmente menos valiosa que aquellas
con diseños pintados a mano.