Son muchos las personas
que comparten este singular hobbie, y se las puede encontrar a lo largo del
mundo entero. Pero pocas de ellas saben que el origen de estos sacapuntas tuvo
que ver con un ingenio de los primeros fabricantes, para pagar menos impuestos.
Las colecciones de
sacapuntas, tienen su origen en España, país donde se comenzaron a fabricar.
Pocas personas se interesaban en ellos como elementos de colección, hasta que a
principios de los años setenta, cuando la empresa valenciana Beniparell, situada
en la comarca de L’Horta, comenzó a fabricar ciertos objetos en miniatura.
En un principio esta
fábrica no tenía la menor intención de producir sacapuntas, pero cuando sus
miniaturas fueron catalogadas por el gobierno como objetos de lujo, y por ende
gravadas con un alto impuesto, los directivos decidieron añadirles un
sacapuntas, para que sus productos entren dentro de la categoría “herramientas”,
con la diferencia de estar “adornadas”.
De esta forma, los
sacapuntas fueron mucho más que una simple herramienta, y comenzaron a ser
guardados por un gran número de personas.
La primera serie de sacapuntas con objetos en miniatura, constaba de 53 modelos
distintos. Quienes más los consumieron en un principio, fueron los escolares
(¿serán los coleccionistas de hoy?) que podían llevar a la escuela un
instrumento que además les servía para jugar.
En vistas del gran éxito que tuvieron, muchas otras empresas comenzaron a
fabricar otros modelos. En primer lugar, fueron las mismas empresas valencianas,
pero luego comenzaron a hacerlo los productores que poseían fábricas en Hong-Kong,
Taiwan y China, a un precio mucho más bajo aunque con peor calidad.
Así, de esos 53 modelos iniciales, se han pasado a fabricar más de medio millón
de sacapuntas distintos, que no sólo han modificado sus diseños originales, sino
también los materiales utilizados.
Materiales y
modelos
En
un principio, los sacapuntas eran fabricados con un material
consistente en una aleación de diferentes metales, al que se lo denominó
calamina.
Luego, existían tres tipos de acabados finales: o bien se cromaba la
pieza, o bien se la pintaba, o bien se cubría su superficie con una lámina de
cobre (estos últimos fueron los más buscados). Cuando se comenzaron a fabricar
en los países orientales, se utilizó el plástico inyectado.
Pero no solo los
materiales han cambiado. También los diseños han experimentado una amplia
variación. En un principio, los tipos de objetos tenían que ver con objetos
domésticos, como herramientas, máquinas, y diversos aparatos electrónicos,
incluyendo también armas. Más adelante, fueron muy populares los trenes y
automóviles, y, a partir del Mundial ’82, aquellos que tenían como referente el
deporte.
En la actualidad, sus modelos son de lo más diversos: signos del zodiaco,
automóviles, monumentos, animales, próceres, países, etc., aunque, como
contrapartida, estos diseños pasaron de tener acabados casi artesanales, (que,
como señalamos, de no ser por el sacapuntas que incluían podrían ser
considerados artículos de lujo), a otros más “seriales”, que son fabricados
completamente con maquinas.