Cómo utilizar un cuadro para terminar de decorar nuestro ambiente

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La decoración de las paredes es un arma de doble filo. Puede lograrse una armonía que termine de beneficiar la vida de un ambiente o puede arruinar circunstancialmente todo lo que habíamos planeado. De todos modos nada es definitivo, todo es posible de mejorar conociendo la gran cantidad de variantes que nos ofrecen los cuadros...

Al
pensar en que tipo de obra debemos ubicar en una pared, es importante tener
definido, que tipo de ambientación se quiere lograr. Desde un
óleo original,
una lamina, una reproducción, un grabado hasta un retrato familiar o una foto
personal pueden ser variantes válidas para vestir un lugar.

Una
obra original de una autor clásico puede ser además de un detalle de calidad
una inversión a largo plazo. Pintores contemporáneos categorizados como
modernos pueden lograr el efecto deseado para nuestro ambiente. Y he allí la
diferencia.

El costo de un original está en aproximadamente $2000 y $10000, en
cambio una reproducción o una lamina puede lograr el mismo efecto, dependiendo
del objetivo que se tenga en la decoración, y salvando las diferencias.

Un
cuadro de un pintor consagrado y clásico como Benito Quinquela Martín está
valuado en un mínimo de $15,000. Pero adaptándose a un presupuesto mas chico y
manteniendo el mismo estilo pictórico marítimo, se pueden conseguir obras de
Osvaldo Imperiale (discípulo del anterior) en aproximadamente la mitad.

Así
como con estos artistas, con todos los clásicos, se pueden conseguir laminas o
grabados, que están en un precio muchisimo mas accesible, y que dependiendo de
la meta establecida, pueden vestir perfectamente una pared.

Los cuadros pueden
ser empleados para la colocación de un ambiente por su forma y color o por sus
propios valores artísticos, pero siempre deben ser tratados en relación con la
habitación donde van a ir puestos.

En
las paredes donde apoyen
muebles, los cuadros deberán guardar una relación
estrecha con estos. Irán colocados formando un conjunto y armonizarán
fundamentalmente en la proporción, forma y estilo. Los materiales y el color
pueden hacer juego o ser contrastantes.

Muchas
veces se dice que para poder salir, hay que primero entrar. Bueno, para poder
darle valor a un espacio ocupado, debe dársele importancia también a los
espacios vacíos y entre si, lograr la armonía.

No
es bueno para la decoración de una pared, tener un amontonamiento de elementos
como tampoco es aconsejable colocar un cuadro de pequeñas dimensiones en una
pared amplia. El contraste, la eficacia, y la armonía son los mejores
consejeros.