Compartir piso sin conflictos

En momento de crisis, compartir piso puede ser la solución. Claves para optimizar la convivencia y sobrevivir al intento

Vivir con
otras personas
no es fácil. “El
entorno familiar es el primer acercamiento
con las necesidades y gustos de alguien que no es uno mismo.

Llevarse bien con
los padres, hermanos y demás familiares es un aprendizaje que se logra con el
tiempo y a medida que se conoce a todos los miembros de la familia.

Los vínculos
afectivos ayudan a que este proceso no sea tan notorio ni doloroso, pero al
salir de este entorno nos podemos encontrar que la vida nos ha llevado a tener
que convivir con amigos, o incluso gente desconocida, una modalidad que se da
mucho entre estudiantes”,
explica la psicóloga y socióloga española María
Irene Folch.

Depende
de la educación y costumbres que se han recibido en la niñez y adolescencia,
reaccionaremos mejor o peor a determinados impulsos.

“La vida en familia y la
relación con sus integrantes resulta clave para saber cómo será uno en el futuro
”,
comenta la especialista.

Aspectos
a tener en cuenta para que la convivencia funcione

·
Amabilidad y educación: aunque no se conozca a los demás habitantes de la casa,
siempre es bueno saludar cuando se los vea por primera vez en el día y antes de
irse a acostar

·
Limpieza: es fundamental compartirla y es uno de los puntos más conflictivos en
la relación de compañeros de piso. Organizar qué días cada uno se encargará de
dicha labor. Los ambientes públicos del hogar deben dividirse justamente.

·
Reglas claras: desde el principio es bueno y saludable establecer ciertos
límites: determinar si se puede fumar, beber, hacer fiestas hasta altas horas de
la noche o llevar acompañantes.

·
Solidaridad: no necesariamente hay que convertirse en mejores amigos. A veces
puede ocurrir, pero no siempre es así.

De todos modos, esto no quita que haya
que comprender al otro en determinados momentos y ayudarlo si se puede. Lo que
hoy le ocurre a uno, le puede suceder al otro mañana.

·
Respetar el ambiente y elementos del otro: no invadir los espacios privados ni
utilizar elementos del otro como cepillos de dientes o demás objetos sin
permiso.

Lo más
importante para que la relación funcione es establecer reglas y ceñirse a ellas.
Los disturbios más frecuentes que ocasionan peleas y disgustos son aquellos
relacionados con el irrumpir en el espacio ajeno y provocar situaciones
incómodas.

Momentos
molestos al compartir piso

· Un
amigo puede quedarse a dormir una noche, pero si lo hace por semanas o meses es
un abuso y no caerá bien al resto de compañeros. Dejar en claro esta situación
cuanto antes es lo que se debe hacer.

·
Llegar a la casa y encontrar todo hecho un desastre. Es mejor encargarse
diariamente de la cocina que dejar que se acumule la vajilla de quince días.

· El
baño es uno de los sectores de la casa que mejor se deben cuidar.

· Los
ruidos molestos son un incordio para quienes deben levantarse temprano. Quienes
comparten piso no siempre tienen los mismos horarios.

Algunos estudian y
trabajan a la vez. Duermen durante el día o por la noche. Llegar a un acuerdo en
cuanto a ruidos y visitas es la mejor alternativa.

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