Las
manchas
Una
verdad sobre la piedra y que es uno de los puntos en su contra más importantes
(es más, es probablemente el punto que más molesta de la misma, con lo cual es
el principal argumento de los enemigos de usarla para decorar) es que la piedra
se mancha. Y no sólo se mancha, lamentablemente, sino que también se marca con
el tiempo (con marcar nos referimos a puntos faltos de lustre que pueden
aparecer en las superficies de la piedra pulida).
Y
la verdad es que ninguna de las piedras, ni siquiera aquellas consideradas las más
fuertes o las más resistentes (como es el caso del granito que es el ejemplo más
clásico a usar) se salvan de esto.
Lamentablemente
nada hay que pueda evitar este problema. Los selladores y los lustradores sólo
le dan una capa de humedad a la piedra, que sirve de protección, pero que no
podrá evitar de ninguna forma que se produzcan las manchas o la falta de
lustre. O sea, no es que sean inútiles. Si se nos cae algo sobre la roca, si
hemos pasado un sellador o algún tipo de lustre, tendremos más tiempo para
limpiarlo antes de que se produzca un daño.
Igualmente,
no deberíamos hacernos demasiado problema, ya que pese a que es casi imposible
evitar el manchado y el deslustre, en general podremos solucionarlo con un poco
de trabajo, aun si son grandes manchas. Es más, si son pequeñas, es probable
que no sólo no molesten, sino que tal vez hasta le den un toque distinto y
queden realmente bien.
¿Piedra
o cerámica?
¿Qué
es más costoso, la piedra natural o la cerámica? ¿Qué cuesta más trabajo?
¿Qué lleva más tiempo de instalación y con cual de las dos tendremos que
planificar más? Hagamos una breve comparación.
En
cuanto a la instalación, lo cierto es que no es mucho más difícil de instalar
la piedra natural que la cerámica. Algunas circunstancias particulares pueden
hacerlo un poco más complicado, como el tema que comentábamos antes del grosor
de las lozas, lo cual también puede generar que tengamos que tomarnos un tiempo
un poco más largo para hacer la planificación. También dependerá de qué tan
complicado sea el patrón de colocación que usemos. Pero en general se puede
decir que no es mucho más complicado.
En
cuanto al costo, tampoco es muy superior. Es más, si el trabajo es simple,
puede llegar a ser inferior levemente. Pero cuanto más complicado sea, teniendo
en cuenta de nuevo lo comentado en el párrafo anterior, más costos puede
llegar a salirnos, ya que llevara más tiempo.
El
resto del trabajo es el mismo, con la diferencia de que la piedra en general es
más pesada para ser trabajada. Pero el procedimiento y la colocación
propiamente dichas son iguales.
Tomémonos
un tiempo para elegir correctamente la persona con la que trabajaremos, la que
hará la instalación, y no deberíamos tener problemas ni encontrar las cosas más
complicadas que con la cerámica.
Combinaciones
No
hay ningún problema en mezclar los diseños de piedra natural con cualquier
otro tipo de material que deseemos utilizar. Las únicas limitaciones son las
del buen gusto, es decir, lo que quede bien y lo que quede mal a la vista.
Las
posibilidades de las que disponemos son infinitas. Piedra mezclada con cerámica,
con vidrio, con espejos, con madera… Todo es posible y no tenemos que tener
miedo de probar e intentar, al menos, imaginar una combinación que no este
prevista por ningún arquitecto.
Calculando
la cantidad
Esto
es bastante sencillo de hacer y no se diferencia demasiado de la forma en que
calcularíamos la cantidad de cualquier otro material que necesitásemos
utilizar.
La
piedra se suele vender por metro cuadrado en láminas, por lo que lo que
necesitamos hacer es simplemente utilizar la matemática un poco y deducir cuántos
metros cuadrados necesitaremos para cubrir la superficie.
Esto
se hace con una simple multiplicación, teniendo que tomar las medidas del
cuarto (tanto a lo largo como a lo ancho) y multiplicando los dos números (la
medida de ancho y la medida de largo). Luego tendríamos que hacer una
aproximación hacia el número exacto más cercano y aumentar el valor
conseguido en un diez o quince por ciento, para no tener problemas en caso de
roturas o reemplazos posteriores de partes que puedan haber sufrido algún
deterioro. Pensemos además que siempre es bueno tener un extra, para no tener
que salir luego a conseguir más cantidad de un mismo lote, algo realmente difícil.
El
mismo procedimiento se hace con las paredes.
Un
ejemplo: Si tenemos un piso que
mide tres metros y sesenta centímetros de ancho por cuatro de largo,
multiplicamos tres metros sesenta por cuatro (lo que nos da catorce metros con
cuarenta centímetros), redondeamos al número exacto más cercano (catorce
metros) y agregamos un quince por ciento más (dos metros y diez centímetros).
El resultado final nos indica que necesitaríamos un total de dieciséis metros
para cubrir todo el piso (una vez más, después de agregar el porcentaje extra,
redondeamos a un número exacto).
Siempre,
por supuesto, si estamos trabajando por losas o pedazos, podemos dejar que la
persona que va a hacer el trabajo de instalación calcule las cantidades por
nosotros, especialmente si le tenemos cierta confianza.
Las
juntas
Las
piedras en el piso van separadas por una junta, generalmente de lechada de
cemento. Como en la mayor parte de las opciones que dimos hasta el momento, la
elección es solamente suya.
Las
piedras templadas pueden ser unidas de forma muy cercana, sin separación prácticamente.
Las otras suelen tener una separación. Pero todo es una cuestión de gustos y
no hay una regla a seguir.
El
tamaño de las baldosas
Este
depende del tamaño del proyecto que vamos a hacer. Tengamos en mente, sin
embargo, que baldosas grandes ayudan a dar la sensación de que el ambiente es más
grande, así que si estamos trabajando en un lugar muy chico, es probable que
queramos usar baldosas de gran tamaño.
En
general, la gente piensa que si el área es más chica es mejor usar baldosas más
chicas, para hacer una mejor instalación. Esto no es así, sino que cualquier
tipo de baldosa se puede instalar perfectamente. Sólo tengamos en mente que la
baldosa chica achica el espacio y la grande lo agranda.
Patrones
Los
patrones que podemos utilizar para la colocación de las baldosas son muchos.
Encontraremos una gran cantidad de patrones ya pre-diseñados, que podremos
elegir si lo deseamos. Pero si no estamos conformes con ninguno de ellos lo
mejor es hacer uno propio, aleatorio, utilizando diferentes tipos y tamaños de
baldosas para su realización.
Si
el patrón está prefijado, es más fácil de colocar y mucho más fácil
calcular la cantidad de material a utilizar. Pero no tengamos miedo de trabajar
un poco más para lograr los efectos que deseemos. Después de todo, mejor que
quedemos totalmente conformes con el resultado final que que no tengamos que
trabajar tanto pero lo odiemos.
Un
buen truco es disimular las juntas de las baldosas usando un color parecido al
de la piedra para ellas. Esto disimula patrones de colocación muy esquemáticos
y resalta a la piedra propiamente dicha, que es lo más hermoso de todo.
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