13 puntos clave a tener en cuenta en las actividades comerciales, según el feng shui

Las enseñanzas del Feng Shui pueden ser vitales para salvar, mejorar o mantener un negocio. Tenga en cuenta las siguientes recomendaciones que esta doctrina milenaria tiene para usted. 

1.      En un negocio todo debe complementarse y ser armonioso; de no ser así, habrá que corregirlo por medio de la distribución, la decoración y la ubicación. 

2.      Será necesario tener una brújula a mano o los planos del local en donde marque su posición con respecto a los 4 pun­tos cardinales y a sus 4 puntos intermedios. 

3.      En los planos se debe calcular el centro físico del local, para establecer el qi (centro vital) material, para colocar en este punto la caja, un lugar de descanso o un punto de encuentro. Dependiendo de las características del local, se puede establecer un qi más magnético para poner la caja, o un qi más eléctrico para colocar mercancía que se desee vender con mayor rapidez. 

4.      Independientemente de los puntos cardinales externos, cada negocio o comercio es un universo en sí mismo, donde, en cuanto entra el cliente, la puerta se convierte en el Sur y la entrada en Yin (femenino), el fondo de la tien­da se convierte en Norte y en Yang (masculino), lo que esté a mano izquierda en Oeste y en Yin, y lo que esté a mano derecha en Este y en Yang. Por eso el grueso de la actividad de los negocios está generalmente al fondo y a mano derecha. 

5.      Una vara de madera seca en forma de «Y» nos servirá para detectar los puntos magnéticos, los que atraen a la punta de la vara hacia el suelo; y los puntos eléctricos, que repelen la punta de la vara hacia arriba. Los puntos mag­néticos son puntos de atracción, y los eléctricos puntos de salida. Si la vara vibra hacia arriba y hacia abajo, nos está indicando una corriente subterránea, que es muy mala para el sueño, pero que es muy buena para mantener a los empleados y a los clientes activos. Si la vara vibra hacia los lados es señal de que hay una corriente eléctrica, radio­activa o magnética dispersadora, que molestará tanto a los clientes como a los empleados. 

6.      Si lo que se desea es un negocio activo y generador, hay que potenciar los puntos eléctricos. Y si lo que se desea es un negocio tranquilo y acogedor, hay que potenciar los magnéticos. 

7.      Hay que tener en cuenta que el negocio, la empresa o el comercio, por muy familiar que sea, no es un hogar, y si bien sí se le puede dar emotividad y hasta trato acogedor y familiar, no deben establecerse vínculos emocionales fuertes ni basarlo en la dependencia afectiva. De hacerlo así, como en realidad no es un hogar, aparece­rá tarde o temprano el conflicto. Un negocio tiene que ser, ante todo, pragmático, es decir, que se debe tomar lo que funciona e interesa prácticamente, y desechar lo que no funcione o no interese. Si el mismo negocio no funciona o no interesa, también debe dejarse y realizar uno que sí funcione e interese. No se debe pensar con el corazón, ni sentir con la cabe­za en ningún aspecto de la vida, pero mucho menos debe hacerse cuando hablamos de negocios, porque si se pien­sa con el corazón el negocio irá a la ruina, y si se siente con la cabeza, el negocio prosperará pero la vida personal, emotiva y familiar entrará en conflicto. 

8.      La luz es otro de los elementos indispensables, y nun­ca debe ser ni demasiado suave ni demasiado intensa, y, de ser posible, nunca debe ser completamente directa, ya que la luz da vida, es cierto, pero también se come los colores. Además, le resta solidez y ambiente al nego­cio, dándole un aspecto de descuido y hasta de desfa­chatez cuando la luz del sol o de una bombilla cae direc­tamente y desnuda sobre el local. Las luces siempre han de ser indirectas y sugerentes, y nunca descaradas y dema­siado abiertas, porque molestan al cliente y le dan poca seriedad y viso de confianza al vendedor. Lo demasiado iluminado da sensación de barato, o de que nos quie­ren vender algo barato como si fuera bueno y caro. Por eso sólo las baratijas aceptan con éxito este tipo de luz. Un área de producción y de trabajo debe estar bien ilu­minada, pero una zona de venta no lo debe estar tanto, porque el exceso de luz resalta los defectos y le quita mis­terio a la compra. La luz debe atraer, pero no desvelarlo todo. Por eso el Feng Shui recomienda el uso de lámparas, mamparas, biombos, cortinas y cristales ahumados en todo negocio, empresa y comercio. 

9.      Un negocio debe estar bien ventilado siempre, pero nunca debe haber corrientes de aire, y mucho menos si éstas son demasiado frías o demasiado calientes. El viento no debe entrar nunca directamente en un negocio. Obviamente, los sistemas de ventilación deben estar en perfecto estado de funcionamiento y limpieza. El Feng Shui le da mucha importancia al aire, por­que si bien es cierto que es aliento de vida, también es vehículo de enfermedades y malestares. Un mal aire está lleno de dardos envenenados, flechas emponzoñadas y espadas cortantes.  

10.  En cuanto a la decoración, los negocios deben tener, y de hecho la tienen, una personalidad propia, pero más allá de esta personalidad deben estandarizarse y no sorprender demasiado al cliente. Una cadena de bancos o una cadena de hamburgue­serías pueden y a veces deben marcar un estilo innovador, sin temor a sorprender demasiado al cliente, ya que todas sus franquicias o sucursales tendrán el mismo aspecto, y eso dará el estándar indispensa­ble para llegar a la masa. Los cuadros, la pintura de las paredes, los detalles y la decoración en general deben ser repetitivos, más no monó­tonos, es decir, que la decoración, aspecto y ambiente de un negocio, empresa o comercio debe ser algo que el clien­te identifique inmediatamente como algo familiar y cono­cido, algo que siempre ha estado o estará ahí como refe­rente personal, algo, en fin, que le dé confianza. El porcentaje de personas originales es muy reducido, tan reducido que no vale la pena crear un negocio para ellas.  

11.  Las relaciones entre empleados, patrones, proveedores, colaboradores y clientes deben ser profesionales, y no familiares ni emocionales, aunque pertenezcan a la misma familia. La organización debe estar claramente jerarquizada y cada uno de los participantes debe sacar un provecho o beneficio material de la relación. El jefe debe ser quien lleve la batuta por encima de todo y de todos, y los demás deben cumplir a rajatabla su función particular, y entre todos ellos debe reinar el entusiasmo, la actividad y la vocación de ser útiles y de colaborar. Se debe animar y reconocer la labor, pero no se debe caer en lazos emocionales de ninguna índole. Todos esta­rán más felices y funcionarán mejor si se les reconoce su trabajo y se les paga bien por ello, que si se les da mucho amor y poco dinero 

12.  La aspiración siempre debe ser la más alta, pero el Feng Shui nos enseña que se debe ir paso a paso y ascendiendo coherente y congruentemente. La audacia es buena y has­ta necesaria, pero siempre desde una base sólida, con capa­cidad de respuesta y siempre como trampolín para subir otro peldaño de la escalera. Los trabajos alimentarios, aquellos que se hacen bajo mínimos, deben ser siempre temporales, y teniendo otra meta como verdadero objetivo. El conformismo suele ser moneda corriente entre los empleados, pero debe estar prohibido entre las personas que ponen un negocio. Si no se pretende crecer ni ser el mejor del ramo, tener un negocio es igual o peor que ser un empleado mal pagado. Todo negocio mediocre está condenado al fracaso, y sobre todo en estas épocas. Por tanto, hay que habituarse a luchar para mejorar, y no para ir matando el tiempo. Venderse demasiado barato implica tener que rebajar aún más el precio. Si esto se hace con la vista puesta en una mejora, el volumen puede suplir el bajo precio duran­te un tiempo; pero si se hace como sistema de negocio o de vida, la ruina está garantizada, tarde más o tarde menos en llegar. 

13.  Todo negocio, comercio o empresa tiene que acoplarse a un mercado y a un ambiente, a un nivel y a unas expectativas, o bien, romper y ser completamente dife­rente, creando un mercado y un ambiente propios, subien­do el listón y teniendo como límite el infinito. Si un negocio es demasiado lujoso para una zona, cae­rá en picada; sin embargo, un negocio demasiado vulgar puede tener cierto éxito comercial en una zona de lujo, sobre todo si no está demasiado a la vista. De cualquier manera ambos están destinados al fraca­so, o a cambiar a una zona más adecuada a sus pretensiones. Todo negocio que esté basado en lo tradicional debe mantener dicha línea por mucho que se modernice, mien­tras que un negocio que nazca moderno tendrá que refor­marse constantemente para mantener su línea de moder­nidad. Aquí, el Feng Shui señala sim­plemente los valores del Yin y el Yang, los opuestos com­plementarios que todo negocio debe tener en cuenta para funcionar, ya que tendrá que irse fusionando y comple­mentando constantemente, tanto por dentro como por fuera, para mantener el equilibrio y la armonía, y hacerlo crecer y mejorar positivamente.  

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