–
Un campesino pasa frente a una lápida que dice: Aquí yace un abogado, un hombre
honrado, un hombre íntegro. El campesino se persigna y dice asustado: ¡Vírgen
Santísima, enterraron a tres hombres en la misma fosa!
–
Un abogado tomaba el sol en un parque, cuando se le acerca una señora y le
pregunta:
¿Qué hace?
Aquí robándole unos rayitos al sol.
Usted abogado, siempre trabajando a toda hora, ¿No?
– A un avión se le averió un motor en pleno vuelo, así que el piloto ordenó a la
tripulación hacer que los pasajeros se abrocharan los cinturones y se prepararan
para un aterrizaje forzoso. Dejó pasar unos minutos y preguntó a una azafata si
ya estaban todos listos. Esta respondió:
Sí, todos, menos un abogado que sigue repartiendo sus tarjetas.
–
Resulta que murió un Ingeniero y se fue a reportar a las puertas del Cielo.
San Pedro vio su archivo y dijo:
-Tu no estás en mi lista.
De modo que el Ingeniero bajó a la puerta del infierno y le dieron alojamiento
inmediatamente.
Poco tiempo pasó y el Ingeniero se cansó de padecer las miserias de Infierno, y
se puso a diseñar y construir mejoras.
Al cabo de unos meses ya tenían aire acondicionado, inodoros con drenaje,
escaleras mecánicas, equipos electrónicos, redes de telecomunicaciones, etc.
El ingeniero se hizo con una muy buena reputación.
Un día Dios le habló al Diablo por teléfono y, con tono de sospecha, le dijo:
– ¿Y qué tal van las cosas por el Infierno?
El diablo le pasó el dato inmediatamente:
– Estamos a todo trapo. Tenemos aire acondicionado, inodoros con drenaje,
equipos electrónicos y mi nueva dirección de e-mail es:
[email protected],
y todo esto se lo debo a un ingeniero muy diligente que me ha caído
últimamente… .
– ¿QUÉ??? ¿Tienes un Ingeniero? Eso es un error, nunca debió haber llegado allí
un ingeniero. Me lo mandas para acá inmediatamente
-¿Estás loco?….. Me gusta tener un Ingeniero en la organización y me voy a
quedar con él eternamente.
-¡MÁNDALO PARA ACÁ O TE DEMANDO!! -le gritó Dios.
El diablo, con la visión nublada de la tremenda carcajada que soltó, le contestó
a Dios:
– Sí, cómo no, y,… solamente por curiosidad, ¿de dónde vas a sacar a un
abogado?
– Un vieja solterona llama a la oficina de un abogado y
le dice a la
recepcionista que quiere hablar con un abogado acerca de preparar un testamento.
La recepcionista le sugiere hacer una cita para que acuda a la oficina a ver al
abogado. Afligida, la mujer explica:
"Tiene que entender, señorita, que yo he vivido sola casi toda mi vida;
raramente le veo la cara a alguien y no me gusta salir de mi casa.
¿Hay alguna posibilidad que el abogado venga a mi casa?"
La chica de la recepción habla con el abogado y éste acepta entrevistarse en
la casa de la solterona. Cuando el abogado llega a la casa de la mujer, su
primer pregunta fue:
"¿Cuáles son sus propiedades y cómo desea distribuirlas en el testamento?"
"Aparte de los muebles y los artefactos eléctricos que usted ve aquí, tengo
una cuenta de ahorros de US 50,000 – 56.000 Euros – 9.317.000 pesetas".
"¿Y qué piensa hacer con el dinero?", le cuestiona el joven abogado.
"Bueno, como ya les expliqué, yo he vivido una vida muy recluida. La gente
del barrio no saben ni quién soy yo. Me gustaría apartar 45 mil para el
funeral".
"Con un funeral así de grande de seguro que hasta en las noticias la van a dar a
conocer. Pero, dígame, que piensa hacer con los otros US 5,000 ?"
"Pues como nunca he sido casada y nunca me he acostado con un hombre. Yo quiero
usar el resto del dinero para hacer arreglos con un hombre para que se acueste
conmigo. ¿Usted cree que me pueda conseguir a alguien?"
Esa noche, cuando el abogado le estuvo contando a su esposa la petición tan
rara que había hecho su nueva clienta, la esposa le insinuó lo mucho que podrían
hacer con los US 5,000 extras. Después de convencerlo, acuerdan que él iba a
ganarse ese dinero, no sin antes advertirle:
"Te voy a llevar a la casa de la solterona mañana tempranito, y te voy a esperar
a que termines".
La mañana siguiente, la mujer lo llevó a la casa de la solterona y lo esperó.
Pasaron tres horas y como el esposo no salía, la mujer, desesperada, comenzó
a tocar la bocina del carro. El esposo se asoma por la ventana y le grita:
"Ven a recogerme mañana; ya la convencí de que la alcaldía la entierre en
una fosa común para que así sea gratis el entierro..".
–
Va un abogado con su hijo a su hacienda ganadera. El hijo le pregunta al
abogado:
Papá, papá, todo lo que veo a mi alrededor es ganado.
¡No hijo, es robado!
–
Se encuentran dos abogados y uno le dice al otro: ¿Vamos a tomar algo?
Bueno… ¿de quién?
– El perro de un abogado entra a la carnicería del lado y se come un filete
frente al carnicero. Este, indignado, va a la oficina del abogado y le pregunta:
Si un perro se mete a mi carnicería y se come un filete ante mis propios ojos,
¿Tengo derecho a demandar que el dueño del perro me pague el filete?
¡Por supuesto que sí!
Entonces, ¡Págueme los 5.000 pesos del filete que se comió su perro!
El abogado saca un billete de 5.000 pesos y se lo entrega sin objeciones al
carnicero, quien se devuelve a su negocio, apenado por haber desconfiado del
abogado. Una semana después, el carnicero recibe una cuenta de cobro del abogado
por 50.000 pesos correspondientes a la consulta.
– Un abogado fiscal a un abogado defensor
Abogado fiscal: ¡ Usted es un tramposo !
Abogado defensor: ¡ Y usted es un mentiroso !
El juez, golpeando a su escritorio ordenó:
Juez: Ya que los abogados se identificaron plenamente, prosigamos con el
juicio….
– Un amigo a otro amigo
Amigo 1: Después del divorcio a quién le quedo la casa?
Amigo 2: A mi mujer
Amigo 1: Y los hijos ?
Amigo 2: A mi
Amigo 1: Y tu fortuna?
Amigo 2: A mi abogado
–
Llegaron al cielo un abogado y un Papa. El primero fue llevado a una magnífica
habitación con calefacción y bien adornada. Al Papa le tocó una celda estrecha y
fría, y al protestar le explicaron:
Es que éste es el primer abogado que se salva, en cambio papas tenemos más de
cien.
– El abogado a su cliente:
Abogado: Ha sido declarado inocente gracias a mi defensa. Pero, en confianza,
dígame: ¿ Fue usted quién robo el banco ?.
Cliente: Doctor, yo lo había robado, pero después de oír su defensa ya no estoy
muy seguro.
– El abogado a su alumno:
Abogado: Señor Londoño. Quiere definirme lo que es un fraude?.
Alumno: Un fraude es algo así como si usted me rajara en esta materia al final
del semestre.
Abogado: Por que ?.
Alumno: Porque según el código penal, se hace reo de fraude aquel que se
aprovecha de la ignorancia de otro para ocasionarle algún daño.
-Perdone Sr. abogado, ¿Cuál es su minuta por una consulta?
$100 por tres preguntas.
¿No le parece mucho?
Sí. Ahora hágame la tercera pregunta.
–
Un abogado no sabe sumar:
Si le preguntas cuanto es 2 + 2, él responde, ¿cuanto
quieres que sea?
–
Una maestra pregunta a los chicos sobre los trabajos que realizan sus padres
para ganarse la vida.
-A ver… Pedro: ¿A qué se dedica tu madre?
-¡Es doctora, señorita!
-¡Bravo! ¿Ven? ¡Una profesional! Eso indica que las
mujeres han ganado un lugar en la sociedad!… ¿Y tu papá, Elenita?
-Él es cartero, señorita!
-Cartero! Qué oficio tan sacrificado… es realmente
admirable. ¡Los carteros son muy necesarios!
-¿Y tu papá, Jaimito?
-¡Mi viejo toca el piano en un prostíbulo, señorita!
-Aaahhh, ya veo… (dice la maestra avergonzada) Bueno,
vamos a ver cuánto estudiaron de geografía, saquen una hoja… (todo para
cambiar de tema y que el resto no le preste atención al asunto)
Más tarde, terminada la clase, la maestra va a pedir
explicaciones al padre de Jaimito, que la atiende muy cordialmente…
-Mire, yo no quiero meterme en su vida privada, pero
Jaimito anda diciendo que usted toca el piano en un prostíbulo y quiero aclarar
ese tema… Exijo una explicación!
-Claro! ¿Y cómo cuernos quiere que le explique a mi hijo
de siete años que soy abogado???!!!
–
Un abogado está parado ante San Pedro, quien lee un listado de sus pecados:
1- Defender a una compañía que produjo la destrucción de
una ciudad completa por contaminación ambiental habiendo pruebas contundentes de
la culpabilidad de la misma.
2- Defender a un peligroso asesino, obviamente culpable,
por ser un buen cliente y ofrecer una paga sustanciosa.
3- Recargar las cuentas de los clientes, etc, etc, etc…
El abogado, en pos de defenderse, le dice a San Pedro:
-¡Eh, está bien! ¡Acepto los cargos! ¿Pero qué hay de las
obras de bien que he hecho en mi vida?
San Pedro mira en otro listado y dice:
– Sí, es cierto, veo que en una oportunidad le dio 10
centavos de más a su lustrabotas… es eso cierto?
– Cierto!
-Y aquí ¡veo que en otra ocasión le dio 5 centavos a un
mendigo… es eso cierto?
-Si señor!
Entonces San Pedro mira al ángel que tiene al lado y le
dice:
-Está bien! Consíganle 15 centavos y díganle que se vaya
al infierno!!!!
–
Un abogado se compra un BMW nuevito y sale a mostrárselo a los otros abogados en
el tribunal. Llega y estaciona sobre la derecha, abre la puerta para salir y en
ese momento pasa un camión y le arranca la puerta limpita. El abogado se baja y
empieza a putear y maldecir como un loco. Agarra su teléfono celular y llama a
la policía, que llega muy pronto. Comienza otra vez con las puteadas:
– Mi coche recién sacado del concesionario!, este animal bestia!, hijo de puta,
me arranca la puerta!
Sigue así hasta que el policía le dice:
– Pero señor, ¿como puede ser Ud. tan materialista?, ¿no se ha dado cuenta que
el camión, cuando se llevo la puerta, también le arranco el brazo desde el codo?
El abogado se mira el muñón atónito y dice:
– Nooo! ¿Donde está mi Rólex?!
–
Un abogado se muere y se va al cielo, llega y toca la puerta. En eso sale San
Pedro y le dice:
– ¿Tu quién eres?
– Yo soy abogado y bueno pues me han mandado al cielo. -responde al abogado. –
No, no! tu no puedes entrar acá.
– ¿Pero como que no puedo entrar?, ¿tu quién eres para decirme que no puedo
entrar?
– ¿Cómo?!… yo soy San pedro, el que decide si entrás o no.
– A ver, ¿dónde está tu título que dice que eres San pedro el único que puede
dejar o no entrar al cielo?
– Un ratito. -le dice y se va corriendo a buscar a Jesús y le cuenta pues que en
la puerta había un abogado que quería entrar al cielo y que como él no quería
entonces le había pedido su título que por favor salga. Entonces sale Jesús:
– Bueno hombre al parecer tú no puedes entrar al cielo porque estamos llenos de
abogados y ya… ya no pues.
– ¿Cómo que no hay sitio, tu quién eres para que no me dejes entrar?
– Yo soy Jesús el hijo de Dios y te digo que ya no puedes entrar al cielo.
– ¿Cómo que hijo de Dios? ¿cuál Dios?, haber enséñame tu partida de nacimiento,
¿dónde dice que eres el hijo de Dios?
Entonces Jesús va a buscar a Dios…
– Pa, pa… allá afuera hay un abogado que quiere entrar al cielo, primero le
pidió su título a San Pedro, luego me pidió partida de nacimiento para ver si
soy hijo de Dios… ¿qué hago?
– Ya, ya, ya… déjalo entrar nomás, no vaya ser que me pida partida de
matrimonio…
–
Era un abogado tan tonto que le preguntaron si quería hacerse Testigo de Jehova
y respondió diciendo que no había visto el accidente, pero que todo era
negociable.
– Se encuentran dos amigos y uno le pregunta al otro:
– ¿Cómo hago para saber que va ser mi hijo cuando grande?
Y el amigo responde:
– Encerralo durante un mes en una pieza con un libro, un fajo de billetes, y un
banano; si lo encontrás leyendo el libro va ser poeta o escritor, si lo
encontrás contando los billetes va ser economista o contador, y si lo encontrás
mirando el banano va ser agricultor.
Al mes se vuelven a encontrar y el amigo cuenta:
– Hice lo que vos me dijiste y al abrir la puerta lo encontré sentado en el
libro, contando la plata y comiéndose el banano.
Y el amigo le exclama:
– ¡Va a ser abogado!
– En que se parece el Derecho al fútbol?
En que todo se hace a las patadas y de vez en cuando un cabezazo.
– Un padre reúne a sus tres hijos (un médico, un cura y un abogado) alrededor de
su lecho de enfermo, con el fin de hacerles el siguiente encargo:
– Hijos míos, ahora que estoy pronto a morir quiero pedirles que tomen estos
sobres, que contienen US$10.000 cada uno, para que los depositen en mi tumba al
momento de morir. Esa es mi última voluntad.
Luego del entierro del padre, los tres hermanos se reúnen y dice el médico:
– Debo confesarles que me siento mal con mi padre, pues de los US$10.000 sólo
deposité US$7.500, es que el consultorio necesitaba unas mejoras y no me pude
resistir.
A esto replica el cura:
– Yo tampoco cumplí con el encargo de mi padre pues de los US$10.000 sólo
deposité US$5.000, es que la iglesia se estaba cayendo y sentí que con esa plata
algo podría hacer, perdónenme.
Y el abogado dice:
– Son ustedes muy malos hijos, han incumplido la voluntad de mi padre, sólo a mí
me bendecirá; yo me quedé con los US$10.000, pero en el sobre que deposité en la
tumba puse un cheque con cargo a mi cuenta personal.
– Cuando vaya a utilizar los servicios de un abogado, fíjese muy bien en el
vestido que está usando y en su apariencia general, con el fin de tomar algunas
precauciones.
Si es pulcro y aseado, se preocupa más por la cuenta que por su caso.
Si es descuidado, es porque tiene demasiado trabajo para buscar mejores
ingresos.
Y si se viste muy pobre y desaliñado es porque su habilidad no le alcanza para
ganar suficiente dinero.
– Un respetable profesor de Derecho le dice a sus alumnos:
Recuerden muchachos, lo más importante cuando se es abogado es saber que algunos
casos se ganan y otros se pierden, pero en todos se cobra.