Dos
mujeres mayores estaban manejando un automóvil grande, las dos apenas podían
mirar por encima del tablero.
Después de andar un tramo, llegaron a una
esquina, la luz del semáforo estaba en rojo pero ellas pasaron igual. La mujer
del asiento de acompañante se dijo a sí misma pensando "debo estar
perdiendo la vista, podría jurar que acabamos de pasar una luz roja."
Unos
minutos más tarde, llegaron a otra esquina y la luz era de nuevo roja y de
nuevo ellas pasaron sin parar. Esta vez la mujer del asiento del acompañante
estaba casi segura que la luz había sido roja pero estaba muy preocupada porque
creía que estaba perdiendo la vista.
Se empezó a poner nerviosa y decidió
prestar mucha atención al camino y a la próxima esquina ver qué estaba
pasando.
En la siguiente intersección, la
luz era definitivamente roja y siguieron
de largo igual. Se volvió a la
otra mujer y le dijo: ¡Cristina! ¡Acabamos de pasar tres luces rojas seguidas!
¡Podrías habernos matado! Cristina se volvió a ella y dijo: "Oh, ¿estoy
manejando?"
Efectivamente
ha envejecido cuando suele contar…
Tengo
dos cirugías de
by pass
Un
reemplazo de cadera
Rodillas
nuevas
Lucho
contra el cáncer de la próstata y la diabetes
Soy
medio ciego
No
puedo oír nada más suave que un motor de avión
Tomo
40 medicaciones diferentes que me hacen marear y sentir irritable
Tengo
ratos de demencia
Tengo
una circulación pobre
Apenas
puedo sentir mis manos y mis pies
Ya
no puedo recordar si tengo 85 o 92 años
He
perdido a todos mis amigos.
Pero…
¡Gracias a Dios, todavía tengo mi carnet de conductor!
Un
momento para mayores…
Dos
hombres
estaban una mañana tomando un desayuno en el café de la esquina.
Ignacio notó algo raro sobre la oreja de Carlos y dijo: “Carlos, ¿sabes que
tienes un supositorio en tu oreja izquierda? "¿Yo tengo un
supositorio?".
Se lo arrancó y lo miró fijamente. Entonces dijo: Ignacio, me alegro que hayas visto esta cosa. Ahora sé donde está mi audífono."
Tres
señoras mayores
estaban discutiendo los percances de la avanzada edad. Una
dijo: "a veces me encuentro con un frasco de mayonesa en mi mano delante de
la heladera y no puedo recordar si necesito guardarlo o empezar a hacerme un
sandwich."
La segunda señora acotó: "sí, algunas veces yo me encuentro al final de
los escalones y no puedo recordar si tenía que subir o bajar."
La tercera
respondió: "bien, me alegro de no tener ese problema; toco madera" y
golpeó sus nudillos en la mesa. Luego dijo: "alguien toca a la puerta, yo
abro!"
Cuando
mi abuela
estaba por sus años ochenta, decidió mudarse a otro país y fue
a un doctor a hacerse un chequeo.
El médico le preguntó cómo estaba y ella
comenzó a enumerar sus quejas: "esto me duele, eso está tieso, yo estoy
poniéndome más lenta, me canso por cualquier cosa…"
“Usted
tiene que entender que las cosas se empiezan a deteriorar. Después de todo, ¿quién
quiere vivir hasta los 100 años?" dijo el médico. "Cualquiera que
los tenga."
Un
hombre, mientras celebraba su cumpleaños número 100, estaba siendo
entrevistado por un cronista del diario local. "Y, ¿a qué atribuye su
longevidad?" le preguntó el reportero. El centenario contestó, "me
aseguro de levantarme todas las mañanas." El reportero confundido preguntó,
"Y ¿cómo lo hace?" El hombre contestó, "bebo seis vasos de
agua antes de acostarme.”
LAS
GRANDES VERDADES DE LA VIDA
· Hay siempre mucho de qué estar agradecido si se toma tiempo para
buscarlo. Por ejemplo, yo puedo estar aquí sentado pensando qué bueno es que
las arrugas no te lastimen.
· Razones para sonreír: cada siete minutos de todos los días, a alguien
le tira un tendón en una clase de aerobic.
· Las familias son como la torta de chocolate con nueces… principalmente
dulce, y con pocas nueces.
· La edad madura es cuando usted decide comprar cereal porque tiene fibras,
no por el juguete.
· Mientras usted más se queja, más tiempo Dios le permite vivir.
· Usted sabe que está envejeciendo cuando se inclina para atar sus zapatos
y se pregunta qué más puede hacer mientras está allí.
Adaptado
de “Oh my aging funny bone… Age as
sage”
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