Sabes
que ya estás viejo cuando…
Te empieza a gustar la música de acordeón.
Sentado en una banca del parque, un boy scout viene y te ayuda a cruzar las
piernas.
Cuidar tu jardín se convierte en la parte más importante de tu vida.
Siempre buscas en la radio, la estación de música suave.
Estás dormido, pero a tu familia le preocupa que puedas estar muerto.
Tu compañía de seguros te manda su calendario de cortesía, mes por mes.
En las cafeterías, te quejas que su gelatina es muy dura.
Tu sillón tiene más opciones que tu automóvil.
Te cansas caminado las escaleras hacia abajo.
Empiezas tus oraciones con “en esta época”.
Volteas a ambos lados antes de cruzar un salón.
Llegas a la conclusión que tu peor enemigo es la gravedad.
El número de tu documento de identidad tiene 2 dígitos.
La gente llama por teléfono a las 9:00 p.m. y preguntan “¿Te desperté?”
Vas a una fiesta en una casa con jardín, y te interesa más el jardín.
Te das cuenta que tu boca promete cosas que tu cuerpo no puede cumplir.
El mesero te pregunta cómo quieres tu carne cocinada y tú contestas en
pedacitos.
Una estampilla de correo, ahora cuesta más que cuando ibas al cine de pequeño.
Tus juguetes de la infancia están en un museo.
La mayoría de tus compañeros de trabajo nacieron el mismo año de tu último
ascenso.
La ropa que guardaste hasta que volviera estar de moda, está de moda otra vez.
Todas tus películas favoritas volvieron a salir en color.
Tienes más cabello en tu nariz y orejas que en la cabeza.
Tu auto, que compraste nuevo, es ahora de colección.
Usas calcetines negros con pantuflas.
La risa, el remedio más
barato
Va
una viejita al médico para confirmar si tiene Alzheimer y le dice al doctor:
Doctor, ¿Qué me puede decir de las pruebas?
Y el doctor le responde:
Le tengo una noticia mala y una buena. La mala es que tiene Alzheimer.
Y la viejita le pregunta:
¿Y la buena?
El doctor responde:
La buena es que al rato se le olvida.
Dos viejitas están merendando y una le dice a la otra:
Esta leche no está buena.
Y la otra le responde:
Y mañana Navidad.
Una
señora de 80 años tuvo una cita con un señor de 85. Al regresar a casa su
nieta le preguntó que cómo le había ido, a lo que la abuela le contestó:
¡Tuve que darle una bofetada!
La nieta pregunta enojada:
¿Por qué, se quiso propasar contigo?
No, al contrario, yo pensé que ya se había muerto.
Una paciente de sesenta años le pregunta al doctor:
Oiga doctor, cuando subo la pendiente para llegar a mi casa me fatigo muchísimo,
¿Qué me aconseja tomar?
Y el médico le responde:
Un taxi, señora.
Una
viejita esta afuera de una casa queriendo tocar un timbre, pero no lo puede
tocar porque no lo alcanza, de repente llega un señor y muy amablemente se
ofrece:
Señora, buenos días, ¿En qué puedo ayudarle?
Por favoorr jooven, aayudeme a tocarr el timbree.
Señora, con mucho gusto, le respondió.
Ya señora, y ¿ahora qué?
La viejita le responde:
¡A correr!
Se encuentran dos amigos y dice uno:
No sé qué hacer con mi bisabuelo, se come las uñas todo el tiempo.
Al mío le pasa igual, y le quite la maña en un momento.
¿Cómo? ¿Le amarraste las manos?
No, le escondí los dientes.
Llega un encuestador del asilo de ancianos del pueblo y toca a la puerta de una
casa. Sale un viejito como de 90 años.
¡Buenos días, señor!, deseo entrevistar a la persona de mayor edad de esta
casa.
Sí como no, permítame, se voltea y grita: ¡Mamaaaaaá necesitan a mi
abueliiiiitoooo!
Un asmático sube con problemas 5 pisos, llama a la puerta le abren y dice:
Doctor, tengo mucha asma, ¿Qué me recomienda?
Fácil, no fume, no beba, descanse y cómprese unos lentes.
Y, ¿qué tienen que ver los lentes con el asma?
Son para que encuentre la casa del doctor, que está abajo, yo soy albañil.
La
cerca
Una anciana pareja estaba celebrando su 50 aniversario de boda, por eso
decidieron volver al pequeño pueblo donde se habían conocido por primera vez.
Sentado junto a ellos estaba el policía local que sonreía mientras hablaban.
"Recuerdas la primera vez que hicimos el amor, fue sobre ese prado que está
al otro lado de la carretera, cuando te puse contra la valla? ¿Por que no lo
hacemos otra vez por los viejos tiempos?" Salieron del café y cruzaron
hasta el prado.
El policía se sonrió, pensando que romántico era, y pensó que lo mejor era que
le echase un vistazo a la pareja, por si acaso se hacían daño. El viejecito
tomó a su mujer cuando estuvieron desnudos y la apoyo contra la cerca.
El policía, que seguía mirando, no podía creer lo que veía: con la vitalidad
de una jovencita, la mujer se movía violentamente de arriba abajo, mientras el
marido se convulsionaba como un salvaje. Siguieron durante un buen rato hasta
que los dos cayeron al suelo exhaustos. Mas tarde el policía se acerco y les
dijo:
"Ha sido la forma de hacer el amor más bonita que había visto en mi vida.
Debieron ser una pareja muy salvaje cuando eran jóvenes".
"No realmente" dijo el viejecito, cuando nosotros éramos jóvenes,
esa cerca no era eléctrica".