Una distinguida joven en un vuelo
desde Madrid pregunto al sacerdote sentado junto a ella:
'Padre, ¿puedo pedirle un favor?' -'Por supuesto. ¿Que puedo
hacer por ti?'
-'Bueno, compre una
secadora de pelo electrónica muy cara para regalar a mi madre en su cumpleaños,
la cual aun esta en su caja, sellada, y su precio esta muy por encima de lo que
puedo declarar en la Aduana , y temo que me la confisquen.
¿Hay alguna manera
de que usted pueda pasarla por la Aduana por mi? ¿Bajo su sotana tal vez?'
-'Me encantaría
ayudarte, querida, pero debo advertirle ¡No mentiré!' -'Con su honesta cara,
Padre, nadie dudara de usted.'
- Cuando llegaron a
la Aduana , ella permitió que el cura se adelantara a ella.
- El oficial
pregunto, 'Padre, ¿tiene algo que declarar?' -'Desde el tope de mi cabeza hasta
mi cintura, nada tengo que declarar.'
- El oficial pensó
que era una respuesta extraña, así es que pregunto, '¿Y que tiene usted que
declarar de la cintura al piso?'
-'Tengo un
maravilloso instrumento designado para ser usado por una mujer, pero el cual,
hasta la fecha, no ha sido usado.'
- Muriéndose de la
risa, el oficial dijo, 'Adelante, Padre. El próximo!'
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