Estaba trabajando, sentado en
mi escritorio, cuando me acordé de una llamada telefónica que tenía que hacer.
Encontré el número telefónico y lo marqué.
Me contestó un tipo
malhumorado diciendo:
- Hola!!?
- Soy Rodrigo Sanz, ¿podría hablar con Veronica Bartolini, por favor? -dije
amablemente.
De repente sentí que me colgaba el teléfono. No podía creer que existiera
alguien tan grosero. Después de esto, volví a buscar en mi agenda el número de
Veronica por si me había equivocado al marcar.
Efectivamente, el error era que
ella había traspuesto los dos últimos dígitos de su número. Después de hablar
con Veronica, observé ese número erróneo todavía sobre mi escritorio.
Decidí llamar de nuevo al "pibe" aquel. Cuando la misma persona descolgó no
esperé a que contestase y le dije:
- Eres un Hijo de puta!!!
Y colgué rápidamente.
Inmediatamente escribí junto a su número telefónico la palabra "Hijo de puta" y
lo dejé en mi listado telefónico.
Cada par de semanas, cuando tenia un mal día, lo llamaba, él contestaba y yo le
decía
- Eres un "Hijo de puta".
Esto me servía de terapia contra el estrés y me hacía sentir realmente mucho
mejor.
Unos meses después, la compañía de teléfonos introdujo el servicio de
identificación de llamadas, lo cual me entristeció porque tuve que dejar de
llamar al "Hijo de puta".
Entonces, un día tuve una idea, marqué su número
telefónico, escuché su voz diciendo:
- ¿Hola?
y me cambié de identidad:
- Hola, le llamo del departamento de ventas de la compañía de teléfonos para ver
si conoce el servicio de identificador de llamadas.
- ¡No! -Y me colgó el teléfono, como de costumbre. Rápidamente lo llamé de nuevo
y le dije:
- Eso es porque eres un Hijo de puta.
La razón por la cual les cuento esta historia, es para mostrarles que si hay
algo que realmente molesta, siempre se puede hacer algo al respecto:
sencillamente, marque el 825 48 63.
(Siga leyendo, esto se pone mejor . . .)
Un mes después, estaba yo esperando con mi coche a que una anciana saliera de la
playa de estacionamiento de "Shoping Los Gallegos"..
La anciana se estaba tomando mucho tiempo para sacar el auto de su espacio en el
estacionamiento. Incluso llegue a pensar que nunca se iría.
Finalmente su coche empezó a moverse y a salir muy lentamente. Dadas las
circunstancias, decidí retroceder mi auto un poco para darle a la anciana todo
el espacio que necesitara:
"¡Grandioso!", pensé, "finalmente se va..."
Inmediatamente, apareció un Ford negro en sentido contrario y se abalanzó sobre
el hueco que había dejado la anciana y por el que yo estaba esperando. Comencé a
tocar la bocina y a gritar:
- ¡ No puede hacer eso! ¡Yo estaba aquí primero!.
El tipo del Ford simplemente
se bajó, cerró el coche y se fue hacia el centro comercial ignorándome como si
ni siquiera me hubiera escuchado.
Ante su actitud pense:
- ¡Este tipo es otro "Hijo de
puta", con toda seguridad hay una gran cantidad de hijos de puta en el mundo . .
.!".
Fue entonces cuando vi un
letrero de "SE VENDE" en la ventana trasera de su Ford.
Entonces anoté su número telefónico y me fui a buscar otro estacionamiento.
Un par de días después, estaba sentado en el escritorio de mi casa y acababa de
soltar el teléfono después de mi terapia marcando el 825 48 63 (diciendo "Eres
un Hijo de puta"), cuando vi el número del tipo del Ford negro y pensé: "Debería
llamar también a este otro "hijo de puta". Después de un par de timbradas,
alguien contestó y dijo:
- ¿Hola?.
- ¿Hablo con el señor del Ford negro para la venta?, - le pregunté yo.
- Sí, habla Ud. con él.
- ¿Podría decirme dónde puedo ver el coche?
- Sí, por supuesto. Vivo en la Calle Tucuman esquina San Lorenzo, frente a la
estacion de servicio, es una casa amarilla y el coche esta estacionado siempre
en la puerta.
- ¿Cuál es su nombre?, - Pregunté.
- Mi nombre es Gustavo Garcia, me contestó.
- ¿Qué hora sería apropiada para encontrarme con usted, Gustavo?
- Me puede encontrar en casa por las noches.
- Escuche Gustavo, ¿puedo decirle algo?
- Sí, claro, - me respondió.
- ¡Gustavo, eres un Hijo de puta de la hostia!, - y colgué el teléfono.
Después de colgarle, incluí el teléfono de Gustavo Garcia en la memoria de mi
teléfono. Por un momento las cosas parecían estar saliendo muy bien para mí.
Pero ahora tenía un problemilla: tenía dos "hijos de puta" para llamar.
Después de una semana de llamar al par de "hijos de puta" y colgarles, la cosa
ya no era tan divertida como antes. Este problema me pareció muy serio y pensé
en una solución.
En primer lugar, llamé al
"Hijo de puta 1".
Un tipo grosero me contestó:
- Hola
y entonces yo le dije
- Hola Hijo de puta, - pero no
colgué.
Entonces, el Hijoputa me
dijo:
- ¿Estás ahí?.
- Síííííííííí, - le dije yo.
- Deja ya de llamarme, - me dijo
- Nooooooooo.
- A ver, ¿cuál es tu nombre, desgraciado?, - preguntó.
- Gustavo Garcia.
- ¿Y en dónde vives?, volvió a preguntarme.
- En la Calle Tucuman, esquina San Lorenzo, frente a la estacion de servicio, es
una casa amarilla y tengo mi coche, un Ford negro, estacionado en la puerta, -
le dije.
- Voy para allí ahora mismo, Gustavo. ¡Tú sí que eres un hijo de puta!
- ¡Ya puedes ir rezando lo que sepas, cabrón!
- ¡¡Uuuuuf, sí?? ¡¡Que miedo me das, Hijo de puta!!", y colgué el teléfono.
Inmediatamente después, llamé al "Hijo de puta 2". El tipo contestó:
- Hola?
- ¡Hola Hijo de puta!, - saludé.
- Si te llego a encontrar, eres un..., - me dijo.
- ¿Y tú qué, hijo de puta?
- ¡Te voy a patear las tripas!.
- ¿Síííí? Bueno, esta es tu gran oportunidad. Voy para tu casa, ¡Hijo de puta!,
- y colgué.
Finalmente, tomé el teléfono y llamé a la policía. Les dije que estaba en la
Calle Tucuman y San lorenzo y que iba a matar a mi novio homosexual tan pronto
como llegara a la casa.
Luego hice otra llamada rápida a "Teleocho informa" para
reportar al noticiero que iba a comenzar una guerra de pandillas en la Calle
Tucuman esquina San Lorenzo.
Después de hacer esto, me subi al coche, pase por un kiosco, compre una bolsa de
golosinas y me fui a hasta Tucuman y San Lorenzo para ver el espectáculo.
¡¡¡Fue glorioso!!! ¡¡¡Observar a un par de hijo de putas pateándose enfrente de
6 coches de policía y un movil de exteriores filmando el suceso para que despues
pueda ver la repeticion en el noticiero!!! ¡¡¡Fue una de las mejores
experiencias de mi vida !!!
Asi que... la proxima vez que suene el telefono... sé amable.
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