Una
encuesta realizada por el Centro de Estudios para la Nueva Mayoría da cuenta
que al 79 por ciento de los porteños les gusta el
Tango.
Los
hombres se declararon más tangueros que las mujeres, lo hicieron en un 82 por
ciento son hombres, mientras que las mujeres en un 76 por ciento.
A pesar de
esta preferencia, la mayoría no lo baila, sobre todo los hombres. El 41 por
ciento de los entrevistados lo baila, mientras que el 49 por ciento no, aunque
el 13 por ciento manifestó que le gustaría hacerlo.
De los que se consideraron
bailarines, el 18 por ciento pertenecen al sexo masculino y el 23 por ciento al
femenino.
El
trabajo de investigación pudo comprobar que cuanto más años se tiene, a más
personas les gusta el tango: al 71 por ciento de los tienen entre 30 y 39 años
les gusta la música ciudadana y para los mayores de 50 años, el porcentaje
asciende al 91 por ciento.
En
cuanto a los niveles de estudio de los 500 casos encuestados, se verificó que
tiene una mayor preponderancia entre quienes cursaron niveles primarios, el 83
por ciento elige la música urbana, bajando en el secundario a un 77 por ciento
y retrocediendo en el universitario a un 75 por ciento.
La
danza que atrapa a tanta gente, es un abrazo de tres minutos de duración. Y ¿qué
significan estos tres minutos de amor?
El tango representa lo que nosotros somos
y cómo nos movemos. Simboliza al argentino en su propia esencia: manifestando
el amor, el odio, una forma de mirarse; al argentino característico de una época.
A la hora de elegir música ciudadana, el Tango, gana por mayoría.
Pero
el tango no es sólo una preferencia de los porteños, también tiene larga
trascendencia en el exterior. Desde las primeras décadas de este siglo se ha
afincado en América Latina, en Francia, Japón y Finlandia.
En 1985, penetró
en Estados Unidos y Europa, y luego fue creciendo en casi todo el mundo, abriéndose
academias de tango-danza en Norteamérica, España, Italia, Alemania, y
numerosos países más.
Afuera, tiene gran repercusión por su carácter
seductor. En Angola y Turquía, “La Cumparsita” es la música que se utiliza
para la Marcha Nupcial.
Desde
su nacimiento, en el último cuarto del siglo pasado, el Tango pasó por
distintas etapas: su historia transitó por la marginación, su posterior
crecimiento y esplendor, hasta el desplazamiento del gusto masivo, a partir de
la década del 50´. Se lo marginó en un principio porque se le adjudicaba un
gusto promiscuo.
En
estos momentos, asistimos a un resurgimiento del folklore urbano rioplatense,
tanto en nuestro país como en el extranjero, y sobre todo desde que contamos
con La ley del Tango, sancionada el 14 de Agosto de 1996 por el Congreso de la
Nación.
La
norma legal declara al tango y a todas su manifestaciones artísticas, tales
como su música, letra, danza y representaciones alusivas, “parte del
patrimonio cultural” de la Nación.
La importancia de la Ley, es que está
dirigida a fortalecer la protección del patrimonio cultural, la incorporación
gradual del Tango a las artes y las ciencias y su enseñanza, y el apoyo a empresas que decidan invertir en el área
de la música ciudadana.
Otro
aspecto que explica la adhesión masiva al tango es el profundo sentimiento de
libertad que da y que la gente siente, creando y dando a su aparato expresivo su
propia personalidad, superando siempre todo lo que ha podido aprender de la técnica.
Además,
el corte es simplemente una detención, de quietud, una demostración de fuerza.
La quebrada también es una quietud quebrando el cuerpo.
¿El
hombre tiene el lugar de mayor poder dentro de la danza?.
No,
en algunos momentos el hombre va proponiendo, pero la mujer también lo puede
hacer. La creatividad de los bailarines hace que ninguno sepa qué va a hacer un
segundo después, no tiene previsto cómo continuar. Va creando instante a
instante.
El
tango es una música que se siente. Además, en una era de aceleración tecnológica y científica, y de globalización mundial (lo que ocurre en
el exterior repercute en cada país al estar relacionados), que provoca un
estado de indefinición en los pueblos, una de las respuestas que están dando
es revalorizar sus propias culturas locales.
Quienes
han tenido la oportunidad de viajar se han sentido emocionados al escucharlo en
un lugar muy lejano de esta tierra. Eso es el Tango, puro sentimiento autóctono.
Por eso no parece extraño que tanto mayores, como niños y jóvenes, lo incorporen con tanta sabiduría. Nadie puede dudar que al
Tango lo llevamos en la piel.