Pensar que dejar de hacer las cosas que
disfrutamos como estar con la familia o salir con amigos por “trabajar” fuera
del horario laboral, equivale a decir que uno no sabe cómo la tecnología hoy
puede trabajar para nosotros.
La pobreza, es una suma de horas mal
utilizadas. Nunca, ese tiempo desperdiciado va volver.
La clave no está en tener una agenda
ocupada, la intensidad puede llevar a odiar esa rutina. El tiempo libre estimula
creatividad, hay que evitar agobiarse y agobiar al otro.
Hoy en día, el trabajo se mide en
resultados, no en horas que uno se pasa en la oficina. Hay que tener actividades
extra, fuera de la oficina, pero también hay que procurar dejarse tiempo para el
ocio.
Tener una agenda ocupada no nos asegura
tener un progreso financiero. El salario es algo del momento, hoy esta, y mañana
no lo sabemos.