Invirtiendo a los
treinta años
En los treintas, la mayoría de las personas están en relaciones permanentes, y
muchos ya tienen hijos y han conseguido comprar una casa.
El foco en este
período se concentra en reducir la hipoteca, posiblemente renovando y, siempre
que sea posible, intentando pasar a una mejor propiedad.
Las personas en esta situación deben considerar un seguro de ingresos,
especialmente debido a la creciente tendencia por parte de las empresas de
responder a las crisis
con constantes reducciones.
Cuando menos, una persona en esta condición deberá tener cuidado de no
sobre-exigirse financieramente y, en cambio, mantener cierto dinero disponible
para las posibles emergencias.
Esto bien podría involucrar el retraso de
renovaciones. Asimismo, deberá asegurarse de que las facilidades de su hipoteca
le permitan disponer de más dinero rápidamente en caso de necesitar fondos en un
apuro.
Desde luego, algunas personas en sus treinta estarán libres de familia y de
hipotecas. Este grupo podría intentar recuperar el tiempo perdido mediante una
herramienta de inversión más agresiva, como puede ser un fondo de acciones o un
préstamo de margen para financiar un porfolio de inversión directa en acciones.
Por otra parte, habrá un grupo más osado que querrá optar por inversiones
incluso más agresivas, como contratos futuros o contratos por diferencias.
En
cualquier caso, será recomendable que estos instrumentos se utilicen con una
alta dosis de precaución, dado que manipulados en forma equivocada pueden
ocasionar grandes pérdidas.
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