Fondos garantizados: una inversión segura

No son pocas las personas que prefieren la seguridad de una inversión por sobre su rentabilidad. Atentos a este aspecto, muchas compañías financieras lanzaron al mercado los “fondos garantizados”. Aquí le explicamos que son y como funcionan.

Los
“fondos garantizados”
son un producto derivado de los fondos de inversión que mantienen las ventajas
fiscales de los primeros, pero incorporan además la posibilidad de conocer la
rentabilidad que mantienen.

Se tratan de fondos
administrados por compañías gestoras que asumen los riesgos de las perdidas de
una mala inversión (es decir, no se trasladan al cliente), a cambio de otorgar
un porcentaje (fijo o variable) menor al que podría llegar a otorgar la
inversión.

La forma de operar con
estos fondos garantizados, es similar a la de cualquier otro fondo de inversión,
pero además, se debe efectuar una suscripción a un número de participaciones
que, conforme pase el tiempo, acumulará intereses. Luego, la participación
inicial no se modificará, pero a la misma sumará los intereses ganados.

En el momento en que se decida retirar el dinero invertido, estos fondos le
darán su participación inicial junto con los intereses acumulados. Pero además,
el dinero que se ingresó inicialmente, (es decir el correspondiente al pago de
las participaciones), no pagará impuestos.

Sin embargo, estas participaciones poseen una fecha de vencimiento, y si bien la
mayoría de las gestoras ofrece la posibilidad de renovar la garantía de estos
fondos, no tienen la obligación de hacerlo, por lo que muchas veces es imposible
continuar obteniendo lo beneficios.

Por lo tanto, quienes posean participaciones
en estos fondos garantizados, están expuestos al posible vencimiento de su
garantía.

Si se decide (y es
posible) renovarlos, es factible que las gestoras cambien las condiciones de la
inversión, dependiendo del estado del mercado financiero de ese momento.

Pero para el caso de que la compañía gestora imponga modificaciones que el
inversor ya no considere atractivas para sus colocaciones, siempre esta la
posibilidad de solicitar el reembolso total de sus inversiones, con sus
correspondientes intereses, sin necesidad de pagar las comisiones por reembolso
(salvo que al ingresar se haya firmado un contrato donde figure lo contrario).

Según la ley, existe un plazo de un mes para tomar la decisión de retirarse.
Para esto, la compañía gestora debe proporcionar al inversor todo tipo de
información respecto a cualquier tipo de modificaciones realizadas, así como del
estado financiero actual de la inversión y de la compañía misma.

Sin embargo, la renovación de la garantía puede también ser automática. Si el
fondo contratado tiene este tipo de sistema, es importante que se recuerden muy
bien las fechas de vencimiento de las garantías, ya que de no comunicarse con la
compañía gestora para descontinuar su operatoria con el fondo, la renovación
será automática.

En ese caso, su dinero se reinvertirá en un fondo que puede no satisfacerlo, a
diferencia del inicial. Además, existe el riesgo de que esa gestora haya
modificado sus políticas de inversión de fondos garantizados, sin que el
inversor tuviera conocimiento de las mismas.