Camelias y azaleas: flores otoñales

Todos se alegran ante la llegada de la primavera, la estación de las flores. Pero existen dos especies que se pueden disfrutar durante el invierno y que les brindan color a balcones y jardines: las camelias y las azaleas.

Sólo hace
falta saber elegir la variedad adecuada y cuidarlas como ellas se lo merecen.



Las camelias


Existen muchas variedades de camelias. Se caracterizan en
general por tener un follaje muy denso, persistente, de color verde oscuro y
poseen hojas gruesas que las hacen resistentes.


Tienen unas flores muy llamativas y su crecimiento ocurre en
una época del año donde pocas plantas florecen: otoño e invierno. Si se las
cuida adecuadamente se puede lograr tener una floración desde el mes de mayo
hasta septiembre.


Son pequeños arbustos que llegan hasta los 3 metros de alto
y 1 metro y medio de diámetro.


Entre las diferentes especies la más utilizada en jardinería
es la Camelia japónica. Estas provienen
del este y sur asiático. Dentro de esta se divide en diferentes
categorías: Alba plena, Finlandia, Pink Perfection, Nuccios Pearl, Elegans
Supreme, Hawai, Wilson, Dream Girl, Hi-No-Maru, Grand Slam, Crisantemum Petal,
etc.


La diferencia se da por el color de la flor que van desde el
blanco hasta el rojo más intenso. Y además varían sus formas. El tamaño de la
flor puede ir de los 6 a los 12 centímetros.


Para su plantación se necesita de un suelo muy fértil,
ácido, húmedo y con buen drenaje.


Esta planta requiere media sombra, es decir sol a la mañana
pero protegiéndola siempre de los fríos intensos del invierno. Para esto se
puede utilizar un producto denominado “mulch” que además de proteger las raíces
contra las heladas, conserva la humedad del suelo y aporta materia orgánica.


A pesar de ser una planta fuerte, puede ser infectada por
pulgones, cochinillas y gorgojos, sobre todo si se la tiene en un lugar muy
sombrío y cerrado. Para evitarlo se la debe colocar en lugares luminosos y
ventilados, además de pulverizarla con insecticidas apropiados.


¿Cómo cultivarlas?


·


Hay dos opciones: si
el suelo tiene buen drenaje conviene hacer hoyos en la tierra de lo contrario
conviene plantar en montículos:



1.



A la hora de hacer un
hoyo, éste debe ser del doble del tamaño del pan de tierra y se rellena con
tierra mezclada con pinocha hasta un poco más de la mitad. Luego se coloca la
planta adentro del hoyo siempre teniendo en cuenta que quede de la misma
profundidad que tenía en la maceta. Luego se rellena el hoyo con tierra
orgánica, se apisona y se riega bien.




2.

En el caso del
montículo, este procedimiento consiste en realizar un hoyo de la mitad del
tamaño del pan de tierra, luego se hace lo mismo que en el caso anterior, pero
en este caso la planta queda en un montículo a 15 centímetros por encima del
nivel de la tierra. Luego se ahueca el montículo en su parte superior para
formar una concavidad que recoja el agua. Se llena esto con agua hasta empapar
la tierra y así el suelo se asienta.




3.

Si se la quiere
plantar en macetas se debe tener la precaución de rociar las hojas con agua si
el ambiente es seco, y en las épocas de calor regarlas cada tres días.



Las azaleas


Estas también provienen de Asia, más específicamente de
China y Japón.


Hay dos variedades principales: la azalea de río, que es más,
y la azalea índica, que tiene una flor doble. La segunda es una planta más
chica, con mayor floración y se las vende generalmente en macetas para decorar
los interiores de las casas.


Las de río son más simples, miden entre 5 y 6 centímetros de
diámetro, y tienen un color rosa fuerte o rosa claro o blanco con pintas
oscuras. Su crecimiento se da en los meses de agosto o septiembre. Estas
plantas tienen la particularidad de cubrirse de flores.


Entre las índicas se encuentran gran variedad de colores:
blanco, rojo, lila, bordó. Estas
florecen desde marzo hasta octubre. Alcanzan los 50 centímetros de alto y otro
tanto de ancho y sus hojas son de color verde intenso.

Entre las enfermedades y plagas que pueden tener están
los gusanos minadores de las hojas, la mosca blanca, los pulgones y gorgojos.
Todos estos se pueden combatir con insecticidas adecuados.


También se pueden pudrir las raíces (por exceso de
agua).


¿Cómo cultivarlas?


·


Suelos: ácidos,
fértiles, húmedos, aireados.


·
Los estancamientos de
agua producen que las raíces se pudran.


·
Suelo ideal: una
parte de tierra negra, dos partes de turba, dos partes de pinocha bien
descompuesta, una parte de arena gruesa de río, harina de hueso y de sangre.
Todo esto debe mezclarse bien y estacionarse un tiempo.


·
Clima: templado, son
susceptibles a las heladas.


·
Orientación: norte y
nordeste, con sol a la mañana, en lugares reparados del frío.


·
Lugar ideal para
plantarlas: sombra o media sombra, debajo de árboles de tronco alto, que el
terreno esté siempre húmedo y fresco.


·
Las plantas de
interior conviene mantenerlas lejos de calefactores. Mantener la tierra húmeda,
hacer riegos frecuentes con poco agua, rociar las hojas una o dos veces por
semana y mantenerlas fuera del contacto directo con el sol. También se deben
sacar las macetas al aire libre apenas terminan de florecer, siempre que no
haya heladas.