Cultivar y mantener un bonsái no es una tarea imposible de realizar por cualquier persona, pero sí requiere de larga paciencia y dedicación. En esta nota, algunas claves para hacerlo.

Un árbol de bonsái bien
formado, es aquel que se debe poder concebir como una corriente que captura los
ojos. Para obtener este diseño de bonsái, no alcanzará con simplemente podar y
cortar el árbol, sino que además será necesario tener un plan de cuidado en
mente.

 Por eso, se necesita
tener una idea y una comprensión clara de lo que es un bonsái. Para esto, se
debería comenzar por la “Regla de las Tres Partes”. Esta regla es de una gran
ayuda para lograr la forma adecuada para su bonsái. Tome las medidas del espacio
total de la planta y su maceta, y divídalo en tres partes iguales, de forma
horizontal y vertical. Esto le dará una apropiada “división del espacio” antes
de comenzar a podarla, y le permitirá obtener los resultados deseados, es decir
un árbol en miniatura pero armónica y apropiadamente formado.

 Siempre será bueno que
tome estas medidas de frente, reverso y a ambos lados de su bonsái, antes de
comenzar los cortes, que por supuesto deberán respetar las proporciones de las
medidas previamente tomadas. También, fíjese si sus raíces se pueden conectar
con las áreas de crecimiento del árbol.

 Existen tres elementos
básicos para dar forma a un bonsái. La poda, el “pellizco” manual, y el
alambrarlo. También, se necesitará de un buen par de tijeras afiladas para la
poda, un par de pinzas cortadoras de alambre de cobre, y trinchetas.

 

La poda 

Podando un bonsái se
puede controlar su crecimiento, así como también eliminar el follaje innecesario
y las malas hierbas. Haga todos sus cortes por encima de los brotes y el centro
principal del árbol. Cuándo quite los brotes, saque todos los posibles, pero con
excepción de aquellos que se encuentren en el exterior del tronco, ya que de
esta forma se forzará al bonsái a crecer hacia arriba y hacia el exterior. No
corte sus partes bajas con demasiado distancia entre sí, ya que debilitará las
ramas. 

Las hojas del árbol deben
ser parejas con sus tallos. Tenga en cuenta también que las hojas muy largas
atraen insectos, por lo que se las deberá tener lo más cortas posible. Recuerde
mantener las ramas creciendo hacia afuera, y no mirando las unas hacia las
otras. Cada vez que se acerque a su bonsái, quite todas las ramas y hojas
disecadas. Si todavía no ha logrado la forma que desea, afine las ramas
restantes, hasta obtener el diseño buscado.


 
Si debe quitar muchas
ramas gruesas o pedazos de tronco, asegúrese de cortar las mismas tan cerca del
tronco como le sea posible. Saque fuera las maderas más pequeñas utilizando un
cincel. Si quedan huecos, proteja el área insertando algunas cortezas, ya que
las mismas no crecerán sobre estas mismas áreas por bastantes años. Si se toma
un tiempo extra para tratar estas “heridas”, las mismas serán indetectables
luego de ser “cicatrizadas”.

 

Control del crecimiento

 Es imposible podar un
bonsái todo el tiempo. Ciertamente, después de que se ha logrado la forma
deseada para el árbol, luego de la poda inicial, no se querrá (pero tampoco se
debería) hacerlo otra vez. 

Sin embargo, pinzándolo
con pequeños cortes manuales, también podrá mantener la forma lograda para su
bonsái. Se deben pinzar las hojas o ramas que crezcan en un sentido contrario al
deseado, para controlar que el nuevo crecimiento del árbol no llegue a ser tan
denso, y deba ser podado otra vez. 

Si su bonsái se ve
demasiado fino, o poco frondoso, podrá también pinzarlo manualmente para hacerlo
más denso. Esto es así por que cuándo se lo pinza en los brotes de una rama, se
permite que los mismos tengan un renovado crecimiento, lo que deriva en hojas
más firmes y consistentes, y en un bonsái con apariencia más gruesa.

 El pinzamiento también
ayuda a mejorar el follaje. Cuándo aparecen nuevos puntos de crecimiento, se los
puede pinzar con los dedos torciéndolos. Pince cualquier crecimiento que
aparezca en el tronco y las ramas. Caso contrario, estos puntos se convertirán,
ya crecidos, en lo que se denomina “chupadores”, los cuales dejan marcas cuando
se los quita. Los chupadores se pueden describir mejor como crecimientos que son
demasiado densos y pesados para un determinado tronco o rama.

 Dándole forma

 Para mucho, el
“alambrado” es el verdadero arte del bonsái. Se deben doblar y torcer las ramas
para darle una hermosa forma al bonsái. Pero esto se debe hacer solo después de
haberlo podado, pinzado, etc., y cuando las ramas principales estén a la vista,
bien crecidas.

 El alambre del cobre es
más flexible y entra en muchos tamaños. Cuanto más bajo sea el número, más
pesado será el alambre de cobre. Los tamaños más comúnmente usados son el 10,
12, 14, 16, y 18 (muy delgado). Alambre los árboles que ya han crecido
definitivamente y no volverán a hacerlo, y sólo cuando estén inactivos. Si lo
hace con árboles que renuevan todos sus brotes una o dos veces por años, o en
cualquiera que esté bajo período de crecimiento, podrá dañar al mismo árbol.

 Cuándo alambre el bonsái,
comienza con la parte más baja del árbol, y trabaje hacia arriba. Para comenzar,
empuje el alambre en la tierra, sobre la base del árbol. Una vez fijo en la
tierra, lleve el alambre desde el tronco hacia la rama principal del árbol,
dando vueltas en espiral hacia arriba. No alambre muy apretadamente, ya que
podría dañar el tronco y las ramas.

 Después que alambrarlo,
déles forma a las ramas con la mano, doblándolas suavemente en la dirección en
que quiere que crezcan. Si una rama se rompe completamente, deberá podarla; no
la deje así como si nada. A veces, una rama se puede romper, pero no
completamente. En este caso, puede volver a juntar las pequeñas partes rotas,
poniendo luego alguna cinta de enmascarar alrededor de las mismas, y con el
tiempo se pegarán.

 No mantenga el alambre en
su bonsái por más de un año. Si encuentra que el mismo es demasiado apretado
para el crecimiento del bonsái, quítelo de inmediato, ya que en el caso
contrario saldrán ranuras en el árbol que no se irán fácilmente.

 Cuándo deba quitar el
alambre, comience por las ramas más finas, y vaya sacándolo hacia abajo. Cuando
haga este trabajo, tenga cuidado de no dañar las ramas más pequeñas del mini
árbol.



 
Algunas sugerencias adicionales

 1. Regué a su bonsái dos
o tres veces por semana. Verifique todos los días su musgo, para ver si está
seco. Si es así, sumérjalo en agua desde la base del tronco.

 2. Rocíelo con un spray
con agua, además de regarlo.

 3. Los bonsái requieren
de luz moderada.

 4. Una maceta con bandeja
humedad es importante para mantener la humedad óptima.

 5. Durante la época de
crecimiento, fertilícelo cada dos o tres semanas.