Hoy en día, cuando todas las
actividades familiares parecerían costar fortunas, es una muy buena idea optar
por esta activad sana y económica.
Cualquier chico que expresa un
genuino interés en cultivar un jardín, debe ser completamente incentivado. No
espere que ellos le hagan saber sus deseos de comprometerse en esta actividad:
si usted los ve observando flores, trepándose a los árboles, o sembrando el césped,
intente animarlos a continuar con sus tarea, y desarrollar otras similares.
Lo
que jamás debe hacer, es obligarlos a ayudar en el cuidado del jardín, ya que
verán este pasatiempo como un trabajo. Muéstreles que cultivar un jardín es
como arte y un juego.
Permita que utilicen su imaginación y su creatividad para
todos los cambios que puedan realizarse. Los niños aman aprender y descubrir
cosas nuevas.
Tenga en cuenta que los chicos
pierden la paciencia y la atención muy fácilmente. Por lo tanto, lo ideal es
encentrarles tareas simples, que puedan desarrollar con éxito en un corto
tiempo.
Si deciden que es hora de tomar un recreo, y jugar con un insecto por un
rato, déjelos, y verá como pronto se cansan de su “nuevo” pasatiempo y
vuelven a prestarle atención al jardín.
Los chicos parecen tener una fuente
inagotable de energía y tienen la necesidad de permanecer ocupados, pero suelen
aburrirse si siempre realizan la misma actividad, por períodos demasiado
largos. Cerciórese de tener varios proyectos distintos para ellos, de modo tal
que cuando se aburran, puedan cambiar fácilmente hacia otra tarea.
A medida que
logren realizar trabajos con éxito, comenzarán a animarse a hacer otras cosas
mas complejas, y podrán ayudarlo mucho en el cuidado del jardín. Esto les
traerá una gran autoestima, y muy posiblemente los incentive para ayudarlo otra
vez.
Las herramientas normales para
trabajar el jardín
suelen ser bastantes pesadas para que la utilicen los niños,
por lo que podrían comenzar usando sus pequeñas paletas y baldes de playa. A
medida que se vayan familiarizando con sus uso, podrán comenzar a utilizar las
mas grandes.
Hay
docenas de cosas que sus niños pueden hacer para ayudarle a cultivar un jardín.
Comience por los fundamentos de esta actividad: la tierra, es decir donde
comenzarán a cultivarse las flores y las plantas.
Poniendo manos a la
tierra
La mayoría de los chicos aman
cavar pozos y jugar en la suciedad. Cave un pequeño agujero para plantar alguna
florcita, mostrándole de que manera se hace.
Enséñele porqué los pozos
tienen un tamaño particular, y la forma de enterrar las raíces o las semillas
de la planta en ellos. Verá como rápidamente querrán tener su propia
experiencia, y comenzarán a realizar los trabajos…
El rastrillo es otra herramienta de
cultivo apta para los niños, ya que pueden utilizar sus propios
“rastrillitos” de plástico. Anímelos a rastrillar partes del jardín
mientras usted trabaja su propio proyecto.
El trabajo de ellos será muy
importante (¡Recuerde comunicárselos!), ya que pueden alisar la tierra,
espantar insectos dañinos para las plantas, y permitir que estas crezcan con
mayor espacio.
Además, es muy probable que sean
los chicos los que estén más atentos del estado del jardín, ya que los
adultos solemos tener demasiadas cosas en la cabeza como para fijarnos si alguna
pequeña planta se está muriendo, o si otra ha nacido.
Si posee un área
especial en el jardín, donde aloja a las plantas más frágiles, o donde espera
que estas broten pronto, no tenga reparos en señalarles ese espacio como fuera
de los límites (al menos temporalmente) para trabajar. Pero explíqueles bien
el porque de esta decisión, para que no se sientan frustrados por no poder
realizar la tarea, y aprendan más sobre la jardinería. Seguramente ellos lo
entenderán.