La camelia
Esta
flor, que no tiene perfume, es originaria de Asia oriental, China,
Indochina, Japón y se difundió por Europa de mano de los jesuitas.
Es un
arbusto, o árbol pernnifolio de crecimiento lento,
es excepcional por su
floración en tres de las cuatro estaciones: otoño, invierno o primavera. Existen
más de 3.000 variedades diferentes,
número que se incrementa año a año.
Símbolo
de longevidad, lazo de amor,
feliz matrimonio,
fortuna, victoria y felicidad. Es una planta decorativa y vistosa, pero también
puede crecer en maceteros.
Sus flores son solitarias, aparecen en el ápice de cada rama, y son con una
corola simple o doble, y comprendiendo varios colores. Suelen medir unos 7-12
cm.
de diámetro y tienen 5 sépalos y 5 pétalos,
sus estambres son numerosos y están
unidos en la mitad o en 2/3 de su longitud.
El color de las flores va del blanco al rojo, simples, dobles o bicolores.
Sus hojas
son
persistentes, coriáceas, brevemente pecioladas, con bordes dentados ,
terminando en punta, alternas y de color verde oscuro reluciente y vivo con el
envés más pálido.
El aceite proveniente de sus semillas se deshidrata muy poco y retiene la
humedad; por esta razón, se utilizó como acondicionador del cabello y en los
tratamientos de la piel, para prevenir las asperezas. En un momento, sus
excelentes propiedades antioxidantes lo hacían ideal para cocinar.
Necesita poca sombra, pero a veces pueden exponerse a pleno sol a condición de
rociar frecuentemente las hojas y de que no falte la humedad atmosférica.
Protegerla del sol directo con tela media sombra,
para que las hojas no se amarronen y pierdan su bonito color verde,
le
gusta un ambiente húmedo.
Deberá cuidarse especialmente del
calor fuerte, a no ser que a las hojas no les
falte humedad atmosférica así como protegerla de los vientos frios y las
heladas que pueden dañar los capullos, por lo que se recomienda plantarla cerca
de una pared.
El suelo deberá ser poroso y con gran cantidad de materia orgánica y drenaje,
y
nunca se deberá plantar en suelos calcáreos.
Necesita un riego constante durante el verano y en invierno el riego será
moderado ya que bastará con rociar la planta de manera habitual, se
deberá abonar después de la floración y despunte, cuando ya se aprecia la yema
floral en el ápice de cada rama.
También es muy recomendable que cada cierto tiempo, le añadamos sulfato de
hierro, o mejor, quelatos de hierro o algún abono "ácido" especial .
Poda de Limpieza:
Eliminar ramas muertas, secas o enfermas.
Ramas que sobresalen mucho del arbusto por su exceso de vigor. No conviene dejar
madurar sus flores a frutos para que no le quite fuerzas.
Poda de Floración.
No podar a la Camelia cuando tenga capullos.
Despuntar todos los ramos inmediatamente después de la floración, en primavera,
a pulgares cortos de 2 ó 3 yemas laterales, es decir, cortando justo por encima
de la segunda o tercera yema contada desde la inserción del brote. De estas
yemas surgirán brotes que al año siguiente darán en la punta de los nuevos ramos
una flor.
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