Muchos negocios han comenzado en base
a un hobbie, como la fotografía, las artesanías o... el cultivo de un jardín.
Si esta última es su pasión, lo siguiente a considerar es si puede transformar
esa pasión en una actividad lucrativa.
En principio, debería contemplar a quiénes les podría vender su producción,
cuáles son las plantas más demandadas en la actualidad, si hay mercado para su
producto, qué equipos serán necesarios para la producción, cuánto le costará, y
cuáles son las regulaciones locales con respecto a ese comercio.
Para decidir qué plantar, deberá
realizar antes algunos estudios. Las revistas de jardinería son buenas para
descubrir qué busca el consumidor en la actualidad y cuáles serán las tendencias
en el futuro.
Luego, dé un vistazo a su patio. ¿Qué le gustaría cultivar? Lea revistas de
decoración para saber cuáles son las tendencias que siguen las mujeres al
decorar sus hogares.
Pregúntele a sus amigos cuáles son sus plantas favoritas, o camine por una zona
suburbana para ver qué se utiliza en las fachadas de las casas.
Las plantas más populares suelen ser las que crecen durante todo el año, ya que
aunque florecen sólo en una determinada estación, se mantienen con buen aspecto
durante los doce meses del año. De hecho, son las preferidas de los jardineros.
Pero, teniendo en cuenta que en la actualidad la mayoría de las personas son muy
concientes de la importancia de los remedios naturales para cuidar la salud,
también pueden cultivarse hierbas medicinales.
Una vez que usted tenga idea de qué
cultivar, debe pensar en sus clientes potenciales.
¿A quiénes le va a vender su producción? ¿Existe un mercado para ella?
Para comenzar, examine los calendarios de las escuelas locales. Todas tienen
días festivos y feriados, lo cual puede ser muy bueno para venderles plantas
decorativas. Lo mismo sucede con los restaurantes, durante las fechas
especiales, como en el día de la madre, y con los clubes y otras instituciones
comunitarias.
Además, estos lugares pueden estar muy interesados en adquirir cosechas
orgánicas -frescas y sin pesticidas- producidas en su jardín. Los tomates,
lechugas, pepinos y otras verduras y hortalizas orgánicas pueden tener mucha
demanda en los restaurantes naturistas, o en las personas que se inclinan por la
alimentación natural.
Si tiene la fortuna de que una de las
habitaciones de su casa dé a una esquina, podría armar un pequeño puesto en la
vereda todos los fines de semana, y poner a la venta sus plantas. Para esto,
debe comprobar que no esté violando ninguna ordenanza municipal.
Siguiente:
¿Dónde vender mis plantas?