Tomar esta decisión es una cuestión personal en la que los padres no deben influir porque lo único que pueden lograr es complicar la situación.


Elegir
una carrera es algo muy importante que afectará el futuro de un adolescente,
por lo tanto no es tarea sencilla, esta decisión se puede tornar estresante en
algunos casos, pero no se debe influir sobre la persona porque se trata de una
cuestión personal.

Cuando
se acerca el momento de la elección es importante disipar el mito que la
carrera a estudiar debe ser algo duro y fatal. Elegir una carrera no es lo mismo que elegir el futuro de uno mismo.

Por
supuesto que está relacionado, pero pensar constantemente en esto no hace más
que agregar confusión.

Las dudas
son inevitables cuando alguien es forzado a elegir su porvenir. Nadie puede
determinar que pasará mañana aunque piense que es importante mirar hacia
adelante y tener
metas, nunca hay
certezas. A pesar de todo, para decidir una carrera lo mejor es analizar las
aspiraciones del presente primero.

Una
carrera quiere decir elegir un área en la que él se sienta confortable y capaz
de progresar, algo que llene sus necesidades y ayude al crecimiento personal.

Esto tiene que ver con el rol que quiera jugar en la sociedad. Es
importante que trate de descubrir qué es lo que disfruta antes de hacer la
elección.

Esto no siempre es fácil, pero solo haciéndolo es posible llegar al
conocimiento de lo que específicamente puede desarrollar como carrera
universitaria.

Una
vez que se ha aclarado la mente no quiere decir que se llegó al final. Está
preparado para hacer los cambios.

Lleva un tiempo adaptarse al nuevo entorno
universitario y descubrir las diferencias con la etapa anterior. A veces luego
de unos meses de cursar materias la
realidad no está de acuerdo a las expectativas.

Si esto pasa, hay que estar
listo para cambiar y elegir otra vocación para comenzar de nuevo, que es algo
totalmente aceptable. Nadie debe sentirse avergonzado o sentir como una falla si
es necesario empezar de nuevo.

Considerar
lo difícil de la
elección vocacional
es lo más importante. Esta vez tendrá más
experiencia para tomar la nueva decisión.

Aún más importante es la chance de
acercarse a la verdadera vocación. Comenzar de nuevo puede llevar un tiempo
mientras se intenta encontrar el verdadero curso de los estudios.

Los años
pueden pasar antes de que la decisión real llegue. La cuestión es no rendirse
ante las experiencias del pasado.

Luego
de analizar las implicancias sociales de elegir una carrera y la gran
responsabilidad que esto implica, hay suficiente evidencia de que aunque es un
momento decisivo en la vida personal, no debe ser forzada al punto de
transformarse en una carga.

Nadie espera que se sepa exactamente como va a ser
la vida universitaria, eso viene con la experiencia, y si no es como se
esperaba, siempre hay tiempo para cambiar.

Decidir
qué estudiar es el resultado de un proceso personal, separar lo que se disfruta
de lo que no se quiere.

Quitando las presiones familiares sobre la carrera a
seguir, para no tomar la decisión en función de lo que hará feliz a los demás.

Estas influencias no lo ayudaran cuando esté estudiando a las dos de la mañana
en algo en lo que no está realmente interesado. La elección es personal y debe
ser hecha por sí mismo porque es la única persona que lo va a vivir.