La
Región Gastrointestinal
La
región gastrointestinal (GI) (el sistema digestivo) es un tubo que se extiende
desde la boca al ano. Es un sistema de órganos complejo que primero transporta
la comida desde la boca al esófago, y después hasta el estómago.
Allí, los
ácidos y las contracciones musculares fragmentan la comida en partículas lo
suficientemente pequeñas como para que los nutrientes sean absorbidos por el
intestino delgado, el cual es, a pesar de su nombre, la parte más larga de la
región gastrointestinal con unos 6,09 metros de longitud.
La
comida pasa del estómago al intestino delgado. En primer lugar entra al
duodeno, después al yeyuno y más tarde al ileon. Después, la materia residual
pasa en forma líquida al intestino grueso, que contiene el colon y el recto, y
que mide unos 1,82 metros de longitud.
La
materia residual viaja a través del colon, transformándose en heces sólidas a
medida que el agua se va absorbiendo. La primera porción del colon, que se
encuentra en el cuadrante derecho inferior del abdomen, se denomina ciego.
Desde
ahí, el intestino grueso viaja hasta el cuadrante derecho superior (llamado
colon ascendente), después atraviesa el abdomen hacia el cuadrante izquierdo
superior (el colon transverso), después baja (el colon descendente y el colon
sigmoide) al recto, que almacena las heces hasta que los músculos esfínteres
del ano se relajan, permitiendo que la materia residual salga del cuerpo.
Enfermedad
Inflamatoria Intestinal.
La
enfermedad inflamatoria de los intestinos (IBD) es un término general que
abarca los trastornos específicos de colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn.
La
colitis ulcerosa. La colitis ulcerosa es una enfermedad inflamatoria del
intestino grueso. Las úlceras se forman en el revestimiento interior, o mucosa
del colon o el recto, y a menudo provocan diarrea, pérdida de sangre y pus.
La
inflamación normalmente no es grave en el sigmoide y el recto, y suele
disminuir en las zonas superiores del colon. La enfermedad se desarrolla de
manera uniforme y consistente hasta que, en algunos casos, el colon se vuelve rígido
y se acorta.
Enfermedad
de Crohn. La enfermedad de Crohn es una inflamación que se extiende por las
capas más profundas de la pared intestinal.
Suele encontrarse en el ileon y en
la parte inferior derecha del intestino grueso (ciego), conocida como la región
ileocecal. No obstante, el trastorno puede desarrollarse en cualquier parte de
las vías gastrointestinales, incluyendo el ano, el estómago, el esófago e
incluso la boca.
También puede afectar a todo el colon o formar una serie de úlceras
contiguas en una parte del colon, o desarrollarse como un grupo múltiple de úlceras
repartidas, sorteando los tejidos sanos de entremedio.
¿QUÉ
CAUSA LA ENFERMEDAD INFLAMATORIA DEL INTESTINO?
Aunque
las causas de la inflamación del intestino aún no se conocen, los factores genéticos
desempeñan seguramente algún papel. Hasta un 25% de las personas con la
enfermedad inflamatoria intestinal tienen antecedentes familiares. El riesgo
inherente es el más elevado en el caso de las madres que sufren la enfermedad,
seguido por los hermanos.
Un padre con la enfermedad inflamatoria intestinal
supone un riesgo ínfimo para sus hijos. Aunque, los distintos genes desempeñan
un papel más o menos importante en la colitis ulcerosa y en la enfermedad de Crohn, algunos expertos creen que el mapa genético permitirá la detección de
aquellos genes responsables de ambas enfermedades, los más probables se
encuentran en los cromosomas 6, 12, y 16.
Algunos investigadores creen que la
enfermedad se desarrolla en aquellas personas con susceptibilidad genética, que
permite que un agente patógeno, como un virus o una bacteria, que desencadena
una respuesta inmunológica anómala.
Si tales organismos u otros factores dañan
el revestimiento de un intestino sano, el sistema inmunológico reduce la
inflamación y la herida gracias a los glóbulos blancos, llamados células T
supresoras . En la enfermedad inflamatoria intestinal parece que se incrementa
el número de glóbulos blancos llamados células ayudantes T, que producen
proteínas nocivas denominadas citoquinas.
Estas proteínas, en particular las
llamadas factor de necrosis tumoral, interferon gamma e interleuquina-1 beta,
causan inflamaciones y daños intestinales, los cuales atraen aún más células
T ayudantes, lo que se convierte en un círculo vicioso. Una proteína de la
superficie de las células intestinales denominada ICAM-1 también desempeña un
papel importante.
Los glóbulos blancos son activados por niveles altos de
ICAM-1 que tiene lugar en las enfermedades inflamatorias intestinales. Un
estudio de la enfermedad de Crohn sugiere que un mecanismo natural llamado
apoptosis, un proceso mediante el cual las células se autodestruyen, puede no
ser eficaz.
En el caso de la enfermedad de Crohn las células T pueden carecer
de esta propiedad y de este modo se multiplican de una manera más rápida de la
que mueren, causando una respuesta inmunológica excesiva.
Algunos
estudios indican que los organismos infecciosos, como los virus o las
micobacterias, pueden ser los responsables del desencadenamiento de procesos
inflamatorios que llevan a la enfermedad de Crohn o a la colitis ulcerosa.
Los
estudios han encontrado que los niños con enfermedades inflamatorias
intestinales tienen más posibilidades de contraer infecciones infantiles antes;
un estudio descubrió que existe un riesgo más elevado de contraer ambas
enfermedades en los niños que han tenido el sarampión y las paperas en el
mismo año.
Un estudio indica que la exposición al contagio del sarampión
durante el embarazo supone para el bebé un riesgo de desarrollar la enfermedad
de Crohn, pero un estudio complementario no encontró evidencia alguna para esta
asociación, mientras que un estudio reciente ha refutado de manera firme la
asociación entre las enfermedades inflamatorias intestinales y la vacunación
contra el sarampión, las paperas y la rubéola.
También se sospecha que el
desencadenamiento de la enfermedad de Crohn recae en la micobacteria que causa
una forma de tuberculosis, sin embargo esta sospecha es también especulativa.
Los expertos creen que los factores medioambientales, como la dieta, tienen un
papel importante, ya que la enfermedad inflamatoria tiene mayor incidencia en
los países industrializados, sin embargo los estudios discrepan entre ellos.
Un
estudio reveló que el consumo de grasa (en concreto de grasa animal) estaba
asociado con un desarrollo de la colitis ulcerosa más retardado. Un consumo
alto de azúcar (de origen no frutal) se relacionaba con ambas enfermedades
inflamatorias intestinales.
Un consumo alto de líquidos y dietas ricas en
frutas, vitamina C y magnesio se asociaba con un riesgo menor de contraer estos
trastornos, y un consumo alto de potasio y verduras se asociaba con un riesgo
menor de contraer la enfermedad de Crohn.
Fuente:
ACCUA