1) Pascua judía
Las fiestas cristianas, en general, tienen sus orígenes en las fiestas judías y estas cumplen la función de edificar a lo espiritual y de crear momentos de descanso físico.
Las fiestas judías son de dos categorías: alegres y austeras. Entre las alegres está la de Pésaj o Pascua y la tradición de épocas antiguas, donde los hombres de la tierra de Israel acudían al Templo para agradecer por los frutos que habían recogido.
Y no llegaban con las manos vacías: las épocas de las cosechas eran generalmente motivo para que el campesino hiciese su peregrinación al Templo de Jerusalén, a fin de ofrecer sus frutos a lo Divino y agradecer la abundancia de su familia y su país.
Por otro lado, estas fiestas poseen dos fases, cual anverso y reverso de la misma moneda, a saber: una faz misteriosa-religiosa y otra realista-nacional. Ambas fases se hallan íntimamente unidas y resulta imposible separarlas, y dan origen a las “Fiestas Judías”.
La primavera en el hemisferio norte marcaba, para el pueblo de Israel, el comienzo de la siega de la cebada -acontecimiento de máxima importancia para un pueblo absolutamente agrícola y ganadero-; en Pésaj o Pascua -momento de la Luna Llena del mes de primavera- los peregrinos llevaban al Templo de Jerusalén los haces de cebada agradeciendo sus cosechas y esta acción la convirtió en fiesta de peregrinación.
Siguen las otras dos fiestas de la alegría que son Shavuot o fiesta de la cosecha de verano, que ofrecían el pan y el trigo, y finalmente, la fiesta de Sucot, fiesta otoñal de la vendimia, de la cosecha del olivo y de los frutales, los peregrinos llevaban al Templo ramilletes de diversas plantas.
Pésaj rememora la independencia nacional, la primera, la que ocurre con el éxodo de Egipto y se puede afirmar que es considerada la fiesta predilecta del pueblo judío.
Es una fiesta hogareña y la celebración de la misma pone en la vida de los judíos un carácter vivificante y restaurador, relacionado con la vivencia de la nueva vida consecuencia de la liberación de la esclavitud.
Con esta última definición, podemos decir que Pésaj tiene una gran potencia porque conmemora dos grandes procesos de transformación: el contenido histórico que trae la liberación del esclavo que se transforma en individuo libre y, la de carácter natural por la primavera, que transforma el suelo desnudo en un campo lleno de vida y floración.
Pésaj es una de las fechas principales del año tradicional judío. Desde semanas antes, el ánimo de todos se predispone para la festividad.
Dentro de las casas reina una actividad inusitada, una revolución en los ámbitos femeninos: todos los objetos y utensilios que serán utilizados en la fiesta están siendo preparados; también, los condimentos de la comida y los vinos especiales que la acompaña.
Es el momento de comer durante ocho días el pan sin levadura, el pan que se prepara exclusivamente con harina y agua.
La presencia de este elemento denominado “pan de la miseria” viene del momento histórico de trascendencia mundial en que, hacia medianoche, todo un pueblo, con sus mujeres, sus niños y hasta sus rebaños, conducidos por la voluntad divina encarnada en Moisés, salió tan apresuradamente del Egipto que la masa preparada para faenar el pan no tuvo tiempo de fermentar.
Simbólicamente, está el recuerdo de tiempos de opresión e induce a los judíos a no abusar del poder, a velar por el derecho del prójimo y a ayudar al necesitado.
El pan sin fermento tiene la marca de la “Justicia y de la Bondad” en la conciencia de éste pueblo. Estos sentimientos dan origen a una costumbre denominada “monedas para el trigo” y consiste en una colecta que se realiza entre los miembros de la comunidad y lo recaudado se entrega a los necesitados para la adquisición del pan y de otros elementos esenciales para la celebración de Pésaj o de la liberación del individuo.
2) Pascua Cristiana
Estamos en la Semana Santa. Para los cristianos tenemos la simbología de la muerte y la resurrección de Jesús en Cristo. Es la representación simbólica de ENTREGA del hombre común (Jesús) y el retorno de un alma que entró en contacto con lo Divino (Cristo).
Lo que hace Jesús es entregar, abrir a todos los seres humanos el chakra del corazón, DAR AMOR, para que podamos así también entrar en contacto con lo DIVINO.
Estos días son excelentes para hacer una buena meditación, para hacer una limpieza física, emocional, mental y espiritual de todas las actitudes de vida del año que paso, para poder comenzar una nuevo ciclo “limpio” o conciente de las impurezas para poder seguir limpiando y la manera de hacer tal trabajo está en el proceso de agrandar dentro de nosotros nuestra capacidad de DAR AMOR.
A título de curiosidad la fiesta de Pascua de Resurrección se celebra en toda la comunidad de la Iglesia Católica el primer domingo después de la Luna Llena que sigue inmediatamente al equinoccio de Aries.
La fecha de la Pascua determina las demás fechas como: el miércoles de ceniza que cae 45 días antes, la Ascensión 40 días después, el Pentecostés 50 días después y, Corpus Cristi 60 días después (siempre de la fecha de la Pascua).
3) Pascua vista con la simbología astrológica
Es muy interesante saber que el Pésaj (Pascua judía) está siempre relacionado con el 14 día de Nisán o la Luna Llena, dentro de la simbología astrológica, del signo de Aries.
Lo que me impresiona bien es que los rabinos estudian profundamente todos los movimientos celestes, y guardan muchos conocimientos que vienen de los babilonios, para poder hacer el cálculo de todas las demás fiestas judías que se basan en la fecha de Pésaj.
Tenían y tienen que saber los ciclos de las Lunaciones de sus 19 años y prestar atención cuando algunos días estos cálculos caen en el día sábado para cambiar, acomodar las fechas y los días de la semana, etc. Sepan que éste año todo eso marca el inicio del año.
¡Feliz Año Nuevo!
Otra cosa importante para mencionar es el hogareño ritual judío anterior a la fiesta de Pésaj, donde las amas de casa, las madres de familia tienen mucho trabajo.
Para preparar esta fiesta es primordial un trabajo de limpieza, de limpieza profunda que está simbolizada por no tener ningún elemento que contenga levadura dentro de la casa en estos ocho días de festividad.
Todo tiene que ser sacado de los armarios, limpiar los objetos y el armario por dentro; todos los utensilios de la casa van a ser lavados y dejados listos para ser usado en la fiesta y todo el año.
Astrológicamente, esta actitud de limpieza está asociada al signo de Piscis que es el signo anterior a Aries. Podemos siempre pensar que Aries “nace” de Piscis, Aries “sale” de Piscis y de este proceso de limpieza que nos trae concentración y de ella se aglutina la carga energética que da origen a Aries.
El inicio, el comienzo está dentro de Aries. Quince días atrás toda la colectividad judía limpiaban sus casas, tiraban las cosas que no sirven más, las que están rotas, la que están viejas, y arrancan el año con todo aquello que quieren tener. Nada está fuera de lugar, todo está cuidado. Es sí que se empieza el año, es así que arranca Aries.
También es interesante relacionar estas dos culturas en sus tradiciones y simbologías. El cristianismo da origen al “CORAZÓN DE CRISTO” que está asociado a la liberación del ser por medio de su propia CONCIENCIA AMOROSA, que es equivalente a la liberación del pueblo judío de la esclavitud en Egipto.
Feliz Año Nuevo y Libérense de todas las cosas innecesarias, de todas las cosas que ocupan lugar, de todo lo que no es auténticamente de Uno.
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