La costa vasca, forma parte de los Pirineos-Atlánticos, una de las provincias de Aquitania, hija del Sur de Francia y tierra del agua que obsequia a sus visitantes con sus lagos, sus ríos, sus torrentes de sierra y "su" Océano Atlántico. Ingredientes para la aventura, la puesta en forma, el naturismo o las más diversas disciplinas deportivas.
La mejor cura de thalasoterapia comienza en la playa, respirando a pleno pulmón el vivificante aire del océano. Será nuestra mejor "remise en forme" porque son muchos los kilómetros de recorrido por las playas de arena fina que se estiran sin interrumpción desde Hendaya hasta que nos detengamos en Biarritz que junto con Anglet,son el "paraíso" del surf.
Un largo paseo vagabundeando por la orilla de la mar con los pies descalzos que tendrá, sin duda, efectos balsámicos insuperables. Itinerario que comenzamos en Hendaya, primera estación balnearia de nuestro viaje rutero.
HENDAYA
Nos encontramos en el Club Marítimo Hendaya Txingudi, uno de los tres que existen en esta ciudad, situada en la Bahía que lleva su nombre, muy cerca de España. Preparada con abundantes protectores solares como único equipaje, tomamos un desayuno ligero antes de emprender la marcha.
El mar y la piedra definen a Hendaya, como una ciudad de contrastes. Frente a la playa y al puerto de Plaisance, una obligada pausa para la belleza. en un importante complejo hotelero y de talasoterapia con una excelente tarjeta de visita: 11.000 metros cuadrados dedicados al descanso y a una puesta en forma. Curas de adelgazamiento perfectamente combinadas con el relax y las actividades deportivas, otra forma de recuperar el bienestar perdido por la vorágine de la ciudad.
En el interior otro patrimonio cultural, Abbadia y su castillo, edificado por Viollet-le-Ducy, que fue residencia veraniega de Antoine d´Abbadie, sabio excepcional, apasionado por la astronomía y la cultura oriental. Y a unos cuantos kilómetros ,los pintorescos pueblos, Biriatou y Urrugne parecen dos estampas de un cuento, con su iglesia, el frontón y una docena de casa de piedra o encaladasen las que resaltan la contraventanas de colores.
El día amaneció con una densa bruma que impide el paso a unos tímidos rayos de sol. En la playa, la arena fría humedece nuestros pies y esto nos produce escalofrío. Caminamos despacio, el aire marino es un buen tónico para nuestro organismo en esta fresca mañana de primavera.
A lo lejos escuchamos voces juveniles. Según nos vamos acercando descubrimos a un grupo de jóvenes portando tablas de surf. Son los primeros surfistas que nos deleitarán a lo largo de nuestro recorrido, con sus piruetas en la mar algo brava a esta hora temprana del día.
Las costas y los puertos vascos disponen de unas condiciones inmejorables para los deportes náuticos como son también la vela ligera ( veleros y cartamaranes) y el windsurf. Las largas playas oceánicas constituyen un campo de evolución ideal para los aficionados al carro de vela. Son tres las estaciones costeras que poseen el label "Station voile", otorgado por la Fédération Française de Voile: la Teste de Buch, Arcachon y Hendaya.
En realidad, Aquitania es famosa por la calidad de sus olas rompientes y los numerosos deportes a lo largo de sus 250 kms. de costa. El surf francés nació en las olas de la Costa Vasca a mediados de los años 50. Aquí la pasión del surf se suele practicar durante todo el año y existen numerosas escuelas en todos los pueblos costeros, para novatos y aficionados ya avanzados.
Al principio del recorrido, en medio del río Bidasoa, vemos la Isla de los Faisanes. Antiguamente pertenecía a Hondarribia, hoy es compartida por Irún y Hendaya, y se encargan de cuidarla cada 6 meses. Tienes unos 2.000 metros cuadrados y está protegida en todo su ecosistema. En francés se la conoce como "Île de l´hôspital. Aquí se disputaron guerras y se concretaron acuerdos entre los reinos enfrentados y vecinos de Francia y España.
El más importante fue el que tuvo lugar del 4 al 7 de junio de 1660; las delegaciones francesa y española se reunieron para firmar el Tratado de Paz de los Pirineos, que se ratificó con la boda de María Teresa, hija de Felipe IV, con Luis XIV. En el centro de la isla hay un monolito con la inscripción conmemorativa. El pabellón de los españoles lo decoró Velázquez, a quien la estancia en un lugar tan húmedo le costó un resfriado que, según los historiadores, lo llevaría semanas después a la tumba.
CIBOURE
Desde la desembocadura del Bidasoa, en Hendaya, hasta Ciboure se extiende la carretera de la Corniche que sigue los recovecos de la costa, con el mar a su izquierda. Los que deseen hacer la ruta por tierra deberán tomar la N-1 hasta llegar a la frontera Irún -Hendaya. Aquí se enlaza con la D-912 y desde Ciboure la N-10 hasta Biarritz. Esta carretera pasa por núcleos como Socoa, con impresionantes vistas panorámicas al mar.
El cielo se va despejando a medida que nos acercamos a Ciboure. Por esta época es frecuente ver, en alta mar, a pequeñas embarcaciones con turistas a bordo. Otros barcos de mayor tonelaje, son contratados para realizar excursiones de largo recorrido.
El trayecto marítimo, Ciboure -St Jean de Luz -Socoa, es uno de los más atractivos. Otros paseos por barco están programados para navegar por la costa, simplemente. La temporada comienza en abril. En Ciboure se puede admirar la casa natal de Maurice Ravel y el fuerte Socoa.
El sol que adorna la mañana embellece el agua que desde la orilla tiene un color azul verdoso que invita a un buen baño. El agua es una fuente inagotable de placer, pero el agua de la mar es una auténtica cantera de beneficios terapéuticos y cosméticos.
Las estaciones balnearias que dan lugar a esta ruta, confirman la buena acogida que tienen los tratamientos de talasoterapia utilizando algas, lodos , fangos o incluso con corales y conchas procedentes del medio marino. Por no decir, otras sustancias biomarinas como el fucus, el chitosan, las olas y el salitre de la mar.
¿Por qué no comenzar ahora nuestra propia "remise en forme? El agua de mar y su salitre ayudarán a que se regenere nuestra piel y las olas ejercerán una presión sobre las partes del cuerpo más flácidas. Un poco de ejercicio acuático obligará a trabajar los músculos perezosos al tener que vencer la resistencia del agua. Nos animamos. Empiezan a bajar algunos bañistas y compartimos con ellos el primer baño relajante de la ruta.
SAN JUAN DE LUZ
Conocida también como la "Ciudad de los corsarios" San Juan de Luz -Saint Jean -de -Luz en francés, está situada magníficamente en una bahía en el Atlántico. Fue un próspero puerto pesquero en los siglos XVI y XVII y tuvo su tiempo de gloria con la boda de Luis XIV con la Infanta María Teresa, en la Iglesia de Saint- Jean Baptiste . Hoy es una importante ciudad balnearia con un centro de talasoterapia de referencia para muchos visitantes.
En realidad estamos en un país con gran tradición en terapias marinas. Repartidos a lo largo de 35 km de Costa Basca, existen cinco centros de thalassoterapia ubicados en estaciones climáticas que vamos descubriendo a medida que avanzamos por la ruta.
La de San Juan de Luz es una tentación irresistible. Por lo que abandonamos la playa y nos dirigimos a la Place Maurice Ravel, en plena zona de paseo marítimo. Este moderno Centro de termas marinas, dispone de varios espacios para tratamientos especializados para la espalda, las piernas, el cansancio y los trastornos de sueño. Además de circuito biomarino, sauna, hamman aquagym y gimnasia. Nos hacemos una "remise en forme" que completamos con un paseo por San Juan de Luz. La puesta a punto es ya perfecta.
Desde el faro hasta el dique Chevaux y aún más allá, se extiende un paseo marítimo que tiene a un lado la playa y al otro casas relativamente recientes, hoteles a media altura y algunos edificios destacados como el casino. La casa de Luis XIV donde pasó su noche de bodas con María Teresa de Austria, es una de las construcciones más antiguas de la ciudad.
Por cualquiera de las calles peatonales que parten de esta fachada marítima podemos acceder al casco antiguo. La calle Gambetta es la principal de esta zona y se respira un ambiente tranquilo y a la vez cosmopolita: las casas adornadas de flores ; las aceras llenas de gente y las tiendas de lujo se alternan con otras de comestibles y de utensilios para playa. Hay también bares, cafés y restaurantes más íntimos.
Nos dirigimos al puerto pesquero, junto al centro de la población donde fondean barcos de colores que dan ambiente marinero y festivo a una villa señorial. Los habitantes de San Juan de Luz vivieron desde la Edad Media de la pesca de la ballena, hoy se dedican a la sardina, la anchoa y el bonito.
En septiembre, la Cofradía de los "corsarios" organiza carreras de traineras, las lanchas de los cazadores de ballenas. Prometemos volver.
BIARRITZ
La tarde soleada invita a volver a la playa y continuar el recorrido que nos llevará a la siguiente villa balnearia, la imperial Biarritz. La arena ahora caliente, quema nuestros pies que refrescamos caminando por el agua durante unos kilómetros.
Los rayos solares también empiezan a dejar huella en los brazos a pesar de la alta protección para evitar quemaduras. Una gorra marinera, regalo de un ribereño de Hendaya, nos pretege el pelo y la cara. Se agradece la brisa del mar.
Para los que sigan la ruta por carretera, a seis kilómetros de San Juan de Luz, en el interior, se encuentran dos hermosos núcleos típicamente vascos dignos de visitar. Ascain y San Pée sur Nivelle , a 13 km del anterior , ambos a orillas del río Nivelle enseñan sus casas y caseríos de tejados a dos aguas, iglesia y frontón. Todo un patrimonio custumbrista.
Los aquitanos son fieles a sus tradiciones y los vasco franceses, cultivan su legendario gusto por la convivencia, invitando a todos sus visitantes a las fiestas del buen humor que alegran las más pequeñas aldeas.
La Fiesta del Euskara, en Saint-Pée-sur-Nivelle es una muestra de este sentido participativo. Se celebran a lo largo del mes de mayo. Son reuniones de las escuelas vascas en torno a las tradiciones, el folclore, los cantes y los bailes. Es otra forma de descubrir el patrimonio cultural de los Pirineos -Atlánticos.
De camino a Biarritz es más interesante ir por la N-10 que por la autopista, se pasa por Guéthary y Bidart, dos lugares de veraneo que vivieron de la pesca, con encantadores núcleos de población antiguos y preciosas vistas panorámicas.
Nosotros seguimos caminando por la orilla del mar y en este tramo del litoral encontramos restos de algas, seguramente arrastradas por la marea y que han quedado esparcidas a lo largo de la playa.
Las misteriosas algas, muchas de ellas desconocidas, suministran sustancias muy apreciadas por la industria alimentaria, los laboratorios farmacológicos y, sobre todo, los cosméticos. Las algas que ahora estamos tocando son algas muertas aunque aparentemente su tacto no nos produzca esa sensación.
Utilizadas como tratamiento en los centros de talasoterapia, en baños y fangos aplicados sobre la piel ejercen una acción sedante que mitiga el dolor y alivia la fatiga.
El sol tímidamente comienza a retirarse. Nos damos el último baño de mar, el que refrescará nuestra piel algo castigada por los rayos solares a pesar de la alta protección. Nuestra particular "remise en forme" está dando excelentes resultados pues apenas notamos cansancio. Juego en el agua con las pequeñas olas que rompen en la orilla produciendo un ruido de caracola. A lo lejos vemos a varios bañistas que disfrutan de la mar a esta hora placentera de la tarde.
No podemos estar muy lejos de Biarritz. Las atalayas que se adentran en la costa nos recuerdan que apenas unos kilómetros más y habremos llegado al paraíso del golf. Rozando el borde del acantilado, estas atalayas son las mejores plataformas del green más selecto. Campos de golf donde se disputan los más importantes campeonatos de Europa.
Biarritz lidera este deporte desde que en comenzó a practicarse en 1888. Más de un siglo de leyenda golfista. En los golfes aquitanos se celebran las más famosas competiciones internacionales, como el Grand Prix des Landes de Golf, en Hossegor, en julio; el Golf Biarritz Cup, una de las competiciones de golf amateur, en julio;el Golf Makilas Pro AM, en Biarritz, en octubre.
La brisa marina forma parte de la estética golfista al igual que las playas de la costa vasco francesa donde se producen unas olas adecuadas por su altura y velocidad para la práctica del surfing. Biarritz y su Grand Plage concentran cada año en el mes de julio a la élite más selecta del surfismo mundial.
La pasión surfista es llevar a la práctica toda una cultura del surf. Lo hemos comprobado a lo largo del trayecto. Escuelas de surfing adiestran cada vez a un número mayor de jóvenes entusiastas de este deporte donde la destreza y habilidad forman parte del reto : lograr un equilibrio entre la mente y el cuerpo para dominar algo tan simple como una tabla que se balancea a velocidad de vértigo sobre las olas.
Estamos cerca de Biarritz, la estación balnearia de veraneo de la realeza europea del siglo XIX. La etapa estrella de la ruta de la thalassoterapia.
Inicialmente Biarritz era un pequeño puerto pesquero de balleneros antes de ser descubierta por la emperatriz Eugenia de Montijo que se hizo construir aquí una gran mansión, el actual Hotel du Palais y puso de moda este lugar.
Estamos precisamente frente a este magnifico Hotel situado en el extremo de la Gran Playa de Biarritz. A principios de 1800, los ingleses hicieron una incursión en la zona, más tarde fue protegida por Napoleón III que mandó construir para su esposa española la "Villa Eugenia" en 1855. Este suntuoso palacio, de estilo Louis XIII, pasó a ser el clásico Hotel du Palais desde 1905, con una amplia terraza hacia el mar y el salón comedor repleto de arañas colgantes, candelabros en las mesas y enormes ventanales, propios del estilo imperial de aquellos tiempos.
La emperatriz Eugenia de Montijo pasó aquí sus vacaciones estivales, y desde aquella época la ciudad cobró fama de aristrocrático balneario, dotada de villas veraniegas, baños terapéuticos por la excelente propiedad de las aguas, y el casino Bellevue de estilo medieval, inaugurado en 1858.
Tras la decadencia imperial, Biarritz sucumbió en el tiempo hasta que llegó el auge con los modistos que la convirtieron en la ciudad de la moda: Cocó Chanel, Laurent, Poiret, Molineux y otros tenían aquí sus sucursales. Hoy es el santuario de los centros de Thalassoterapia más importantes de la costa vasco francesa.
Desde la abrupta y rocosa ribera marítima suben las estrechas calles hacia el centro, en la famosa plaza Clemençeau. Nos sentamos en una de las terrazas. Y observamos como tiendas, bares, restaurantes, cafés y hasta el casino mantienen su aspecto lujoso de otros tiempos. La villa se adapta a la indumentaria desenfadada y moderna de una población que se duplica cada verano en busca del descanso y deporte.
Alternar los cuidados del cuerpo y del espíritu con visitas culturales es parte de la filosofía del wellnnes . Optamos por regalarnos un baño relax en uno de estos santuarios de la thalasso.
Caminamos hasta la rue de Madrid donde se encuentran las instalaciones de Thermes Marins Biarritz, precursor de la thalassoterapie en la costa vasca desde 1970. Con magnificas instalaciones y una hermosa vista al mar, dispone de un personal cualificado para atender al visitante que busca reponer su salud y bienestar.
Ofrece tratamientos específicos post-parto y curas de adelgazamiento y contra el reumatismo. Espacios de agua de mar, jacuzzi, duchas cervicales, baños de burbujas, cortinas de agua, masajes y todo lo imaginable para ponerse en forma o hacer una cura relajante. En la la suite de baño lúdico disfrutamos de una auténtica "remise en forme".
Antes de abandonar Biarritz tomamos un petit train turistico, ideal para no perderse ninguna curiosidad típica de la ciudad. Un recorrrido para conocer y descubrir los parajes, la historia de la Roca de la Virgen en la costa vasca, pasando por el puerto viejo, el puerto pesquero , la plaza mayor y una corta parada en la explanada del faro.
ANGLET
El paisaje del país vasco-francés en días soleados, con sus colinas verdes salpicadas de casitas, la costa recortada y el mar azul verdoso, tiene el aire ameno de los parajes que están ahí, precisamente para disfrutarlos, para el descanso. Pero cuando los días aparecen nublados, con brumas, los prados , las rocas y los árboles, se envuelven de un aura romántica.
Hoy amaneció así y en la orilla de la playa , rumbo a Anglet , en nuestra retina guardo la imagen fotográfica de las flores adornando los jardines y esas casas típicamente vascas, dando vida y color a un ambiente costumbrista que define la alegría y la vitalidad de estas gentes.
Anglet, con sus cuatro kilómetros y medio de costa es una estación balnearia en donde el surfing vuelve a ser el deporte estrella. Es villa de gran tradición marinera: pesca, vela, talasoterapia y alegria desbordante para vivir las tradiciones y fiestas populares.
Es la parada que necesitamos para el relax total en otro de sus santuarios de la thalasoterapia, ubicado en el Boulevard des Plages. En este complejo de hoteles integrados, el centro de thalassoterapia es utilizado con fines preventivos y terapéuticos y bajo vigilancia médica.
El clima y el agua del mar favorecen la terapia marina ya que los complejos biológicos marinos penetran por ósmosis ( a través de su membrana) hasta la capa basal del tejido conjuntivo. Las ricas sustancias que contienen las algas, los limos o los fangos marinos llegan hasta la hipodermis sin necesidad de otro mediador que sus propios iones naturales.
Este concepto de la thalassotherapia asociado a la estética podemos conocerlo con mayor detalle en el Instituto de Thalassotherapia de este magnifico complejo.
Una de las sugerencias que tiene más demanda es la combinación del Golf/ Thalassoterapie, si tenemos en cuenta que Anglet es un referente europeo para los golfistas. Circuitos y propuestas especiales para hombres y su puesta a punto antes de los entrenamientos.
Por lo que sus tratamientos especificos estan indicados para espalda y lumbares, anti-estrés y anti-tabaco además de las curas de adelgazamiento. Espacios para la belleza , hombre/mujer, dietética, baby club, y otras diversas propuestas son alternativas de ocio y salud para complementar con itinerarios turisticos y culturales por esta villa balnearia.
Anglet es también "el pulmón verde de la costa vasco francesa" con unas 250 hectáreas de bosques y pinadas, ocupa el 10 por ciento del total de su superficie. Penúltima etapa de la ruta es el recorrido perfecto para combinar el agua y la naturaleza.
La salud y la puesta en forma de toda la familia. Paseos por las pinadas y largos recorridos por las diez playas de esta costa entre la roca de Cap St Martin y el dique de entrada en el estuario de l´Adour, y la obligada visita a la Gruta de la "Chambre d´Amour". Una cavidad natural que según la leyenda, fue el escenario de la muerte trágica de dos amantes arrebatados por la mar y el viento embravecidos.
Los amantes del golf tienen también en Anglet su referente. Entre San Juan de Luz y Anglet hemos contado durante este itinerario por la costa, unos ocho campos de golf, y prácticamente todos bordeando los acantilados del litoral vasco francés.
En realidad no solo hemos descubierto a lo largo del trayecto las bondades que produce a nuestro organismo las terapias marinas sino las excelentes estaciones climáticas de esta parte de la Aquitania, sus fiestas y su gastronomía típicamente vasca.
BAYONA
Con un recorrido en los confines de las Landas y del País Vasco, en el confluente del Adour y del Niver, nos quedamos en Bayona. Esta antigua ciudad histórica de tradición portuaria es una villa medieval, a la vez vasca y gascuña, distribuida en tres barrios por el Adour y el Niver, donde abundan curiosidades arquitectónicas.
Es una estación balnearia para hacer turismo y descubrir los antepasados medievales patrimonio cultural de la ciudad. Visitamos sus tres barrios históricos : el "Viejo" o el "Gran " Bayona, al pié de la ciudadela Vauban ; el "Pequeño Bayona", un barrio medieval: "Saint Esprit" ( Espiritu Santo), la ciudad alta; la catedral Sainte -Marie, de los siglos XIII y XIV y su claustro; el Château -Vieux; viviendas sobre pilotes a lo largo del Nive; el Museo Bonnat ( bellas artes : Rubens , Greco, Inges y 3000 láminas del siglo XVI al XIX…) y arte contemporáneo en el Carré Bonnat; además del Museo Vasco, en la casa Dagourette.
Una mañana para la historia y un viaje de relax y salud es el balance que podemos hacer de esta propuesta rutera. No regresamos todavía. Nos quedamos en una Clévacance de Bayona. Con esta denominación se conocer en esta parte de los Pirineos Atlánticos a la "garantía" de tener una acogida personalizada por parte del dueño, junto con un alojamiento de calidad, bien en la misma casa, o en un edificio situado en su proximidad. Pero esta experiencia en una típica casa de arquitectura regional será nuestra próxima ruta.
Fuente: TermasWorld
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