Para los especialistas,
la
imagen corporal es una construcción cultural, y sentirse “bella”, no es más
que eso, una sensación. Por lo tanto, los defectos o virtudes que se puedan
observar, dependen más de la autoestima de cada una que de la realidad.
Claro que esta autoestima
no depende solo de una: como todos, las mujeres vivimos inmersas en una sociedad
que constantemente nos presiona para que poseamos un cuerpo perfecto, igual que
el de un maniquí. Caso contrario, solo pareciera quedar la exclusión, que toma
la forma de soledad y encierro
Sin embargo, es
justamente la diferencia y la diversidad lo que nos distingue como seres
humanos, y una nunca es culpable de ser diferente a las pautas culturales
establecidas, que por otra parte no guardan relación con lo “natural”.
No es malo mantener un
cierto
cuidado del cuerpo, que puede incluir dietas, ejercicios, o incluso
cirugía. Pero cuando se empieza a tomar esto como forma vida, es porque la mujer
ha empezado a darle una mayor importancia al cuerpo que a sus propios
sentimientos.
Los especialistas,
afirman que el mejor medio de conseguir la armonía buscada, es estimulando el
propio disfrute. Comprobar que el placer corporal va mucho más allá que el peso
o las arrugas.
Por cierto que esto no se logra de un día para otro: muchas
veces, es necesaria una reeducación corporal, para poder sentirse mas libre.
Un primer paso, puede ser
intentar descubrir que es lo que se esconde detrás de una inhibición, es decir,
cuales son los sentimientos que pueden estar detrás de los conflictos por el
cuerpo. Para este punto, ya será necesaria la presencia de un profesional, que,
mediante una terapia, logre descubrir estas cuestiones que están a un nivel
inconsciente.
Por ejemplo, puede darse
el caso de una chica anoréxica, que en el fondo está buscando borrar sus curvas
porque le tiene miedo al sexo, o de una mujer que sufre obesidad, pero que lo
que busca en definitiva es justificar su rechazo al cuerpo para no tener
relaciones amorosas.
Un error frecuente entre
las mujeres, es intentar soluciona estos conflicto con un recambio estético,
como una cirugía, que es más rápido y parece mas tangible. Es común, sin
embargo, que luego de las intervenciones, estas mujeres vuelvan a experimentar
el síntoma de la insatisfacción, buscando otra parte del cuerpo para
justificarlo.
Claro que indagarse a una
misma, de forma profunda, no resulta gratuito. Descubrir cuales son los
conflictos no resueltos que tanto dolor nos causan, pueden resultar una tarea
dura y agotadora. Pese a esto, parece ser el único camino: caso contrario, solo
lograremos anestesiar temporalmente el síntoma, pero no erradicarlo.