Los jabones y sus propiedades: un jabón para cada piel

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Los jabones no son todos iguales. Sepa cuál es el más conveniente para su tipo de piel.

El
jabón,
ese producto que nos acompaña todos los días en el cuidado de
nuestra piel, higienizándola y cuidando de mejorar su apariencia, ha ido
tomando a lo largo de la historia diferentes formatos y variedades, una vez que
se ha conocido cómo actúa sobre los distintos tipos de piel y -sobre todo- que
en algunos casos puede producir irritaciones.

Informarse
sobre la acción de los jabones permite desmitificar ciertas creencias, que en algunos casos son impuestas por la moda o por la necesidad de
venta de un producto.

Lo que realmente interesa es que cumplan con sus funciones
primordiales, de limpiar la superficie cutánea, barriendo con las células
muertas y
los agentes externos que permanezcan en su superficie.

La
mayoría de los jabones se hacen con sebos de grasa animal, ya que tienen una
mayor duración y su precio es muy accesible. Sin embargo, presentan la desventaja de secar la piel y en ocasiones
producir irritaciones y molestias en la piel

Para
que no se produzcan estos inconvenientes lo importante es que el jabón no sea
muy alcalino, ni muy desengrasante, ni demasiado aromatizado (ya que puede ser
nocivo para las personas con alergias), o que tenga agregados para reducir la sequedad
de la piel.

La
ventaja en este caso la brindan los jabones neutros, que tienen un pH
similar al de la piel (entre 5 y 7). Si bien es cierto que existen distintos
tipos de pieles y que en algunas hay una mayor sequedad y otras una mayor
grasitud y que para cada una de ellas el efecto recomendado es distinto, en el
caso de los jabones neutros se minimiza la sobreexposición a estos efectos, y
sobre todo el exceso de aroma, color, consistencia o espuma que dejan de lado la
importancia primordial de sus propiedades terapéuticas en la acción diaria.

De
todas formas, se han diversificado los estilos de jabones según la característica
propia de cada piel y las necesidades que requiere. Sin embargo, sus diferentes
tamaños o estilos no implican que unos sean más higiénicos que otros. El jabón
está hecho a base de componentes como el potasio y el sodio que permiten
estimular su efecto.

Y
debemos tener en cuenta que hay ciertas creencias sobre los jabones que hay que
desmitificar, pues son más bien impuestas por la moda que un requerimiento higiénico:

  • Que
    un jabón sea más espumoso no quiere decir que sea más efectivo.

  • No
    se necesita utilizar un jabón especial para el cuidado íntimo, aunque es
    preferible utilizar jabones neutros de calidad para estas zonas tan
    sensibles

Hay
distintos tipos de jabones:

Los jabones comunes:
sólidos y espumosos, hechos por lo general con sebo grasoso y sodio o potasio.
Se indican para todo tipo de pieles  y en algunos casos pueden usarse
para lavar el cabello

Los jabones humectantes:
suelen tener aceites vegetales, otros poseen cremas humectantes en su composición,
o grasas enriquecidos con aceite de oliva, avellana y otros. Los hay
también de glicerina. Son útiles para las pieles secas o dañadas por el uso de
detergentes.

Los jabones suaves:
tienen en su composición aguas termales y son recomendados para las pieles
sensibles.

Los jabones líquidos:
que se presentan como una loción de limpieza. Su poder efectivo varía y no
todos tienen la misma eficacia.

Los jabones dermatológicos:
contienen agentes de limpieza sintéticos muy suaves, a los que se añaden
vegetales que contribuyen a cerrar los poros, aliviando las irritaciones y
frenando la aparición de acné o puntos negros.

Con estos jabones la piel no se descama. Son recomendados para pieles que
arrastran inconvenientes, ya sea de modo permanente o estacional, o ante
apariciones puntuales de irritaciones.

Los jabones de glicerina:
son neutros, no suelen humectar la piel, al contrario, en algunas ocasiones
tienden a resecarlas y se recomiendan para las pieles grasas. Por lo general, la
glicerina tiene un efecto más duradero que los jabones comunes.

Los jabones terapéuticos:
son recetados por los médicos, algunos se recomiendan para psoriasis, para
micosis cutáneas y otros para limpieza profunda de cutis.

Por
último se encuentran los jabones
utilizados por la mayoría que son aquellos aromáticos
a los que se les agrega esencias florales o frutales, no recomendables para
pieles sensibles o las personas alérgicas. También tienen un efecto relajante
en algunos casos, según la esencia floral que contengan.

Hay
jabones y jabones…

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