El vínculo que se establece entre madre e hijo
es íntimo y muy profundo.
Dependerá mucho de la actitud de la mujer para se constituya un lazo afectivo
sano sin que se cree ansiedad ni tensiones por ambas partes.
“Es importante que el niño vaya desarrollando su personalidad sin angustia y
que por sobre todas las cosas el pequeño pueda hacer crecer su seguridad de a
poco, pero firmemente.
El sentimiento de
desapego existe tarde o temprano y hay que enfrentarlo con
paciencia y sobre todo mucho dialogo aunque el niño sea pequeño”, sostiene
la psicopedagoga española Rosa María Almanza Diez.
¿Qué hacer con
la mamitis de los niños?
Es importante que los niños y los bebés tengan la posibilidad de interactuar con
muchos
adultos para que puedan sentir el afecto de varias personas y no sentir
esa sensación de abandono que es normal durante la primera etapa de crecimiento.
“La separación de la madre es un aprendizaje. La madre de a poco debe ir
dándole pistas al pequeño. Decirle por ejemplo: “mami ya viene, va a lavar los
platos o va a cambiarse de ropa”, no importa que el hijo sea un recién nacido.
Las palabras y el dialogo son fundamentales”, comenta la profesional.
Mientras la madre se ausenta, le puede dejar al niño algún objeto que le
recuerde a ella y decirle que dentro de poco volverá junto a él. Esta conducta
lo ayudará al pequeño durante la espera y de a poco irá asumiendo los cambios y
disminuirá mucho la ansiedad.
Es primordial que la madre al regresar salude al niño, lo abrace y esté un buen
rato con él hablando de cómo ha ido el día mientras estaba sin ella.
“Si el niño llora porque extraña a la madre no hay que intentar convencerlo
de nada, sino que hay que comprenderlo y abrazarlo. Decirle que entiende lo que
está sintiendo y que todo estará muy bien”, comenta la psicopedagoga.
Si luego de la licencia por maternidad, la madre decide reincorporarse al
trabajo, es conveniente que busque una persona de mucha confianza que pueda
ocuparse muy bien del niño, cuidarlo y también entretenerlo.
“Es bastante habitual que la mujer se sienta culpable porque tiene que volver
a trabajar, pero si la decisión está tomada hay que enfrentarla con paciencia,
sacrificio y mucho amor.
Lo fundamental en todo esto es que madre e hijo puedan compartir el tiempo
del que dispongan juntos al máximo”, recomienda la psicopedagoga.
No es tiempo de reproches ni de culpas. Los niños crecen sanos en las
guarderías, en compañía de otros niños y aprenden a socializar más rápidamente
que otros pequeños que no tienen una vida social activa.
“El desapego hace sufrir, pero es una experiencia que debe atravesarse de la
mejor manera posible, sin que existan pensamientos negativos que puedan
perturbar tanto a madres como a hijos.
Con paciencia se supera y el resultado si se transita por este proceso con
amor los resultados serán el haber criado a un niño seguro e independiente”,
finaliza diciendo la experta.
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