Los trastornos del sueño y sus consecuencias

Dormir bien es fundamental para nuestro bienestar... y el de quienes nos rodean pero, ¿cómo lograrlo?

Dormir y soñar son una parte de la vida y transcurren durante un período del que no guardamos memoria, excepto aquellos restos de nuestros sueños que emergen en nuestra conciencia.

Saber qué ocurre con nosotros durante esa parte de nuestra vida es algo que nos ayuda a valorizar el tiempo del reposo y la trascendencia que tiene ocuparnos de ella.

El insomnio es el trastorno más frecuentemente reconocido por la mayoría de la población. Sin embargo existen otros:

Rronquido, apneas, pesadillas, sonambulismo…

Muchas personas padecen alguno de estos trastornos y desconocen la importancia de su problema.

Los Trastornos del Sueño

Además del insomnio, síntoma cada día más frecuente, sobre todo en la población de las grandes ciudades, se deben evaluar y diagnosticar las siguientes alteraciones:

hipersomnia o somnolencia diurna excesiva

ronquido (a veces asociado a una interrupción respiratoria denominada apnea).

sindrome de piernas inquietas

‑ trastornos por movimientos periódicos en el sueño

sonambulismo

terrores nocturnos y pesadillas

narcolepsia (ataques de sueño, caidas bruscas, parálisis del sueño y alucinaciones hipnagógicas).

alteraciones por turnos rotatorios de trabajo

apnea del sueño del recién nacido y del niño

epilepsia del sueño

bruxismo (rechinar de dientes) del sueño

 enuresis del sueño (micción involuntaria estando dormido)

Ronquido y Apnea

Los roncadores, con o sin apnea del sueño, deben ser tratados en todos los casos.

El objeto es prevenir la hipertensión arterial y otros trastornos de gravedad, que pueden llevar en mediano o largo plazo, a accidentes vasculares cardíacos o cerebrales.

Insomnio

La dificultad para dormir puede estar asociada con causas diversas y requiere una evaluación clínica adecuada, puesto que el insomne no padece una enfermedad que se diagnostica con estudios complementarios.

Por ello, no existe un tratamiento para el insomnio sino un tratamiento para cada paciente que sufre de insomnio.

Afirmar otra cosa es crear expectativas ante una situación muy difícil para quien la padece.

El sueño de los niños

Pesadillas, terrores nocturnos o enuresis del sueño, son los problemas más frecuentes en los niños. Pero, además, hay pequeños que sufren de alteraciones respiratorias severas cuando duermen, que no les permiten descansar adecuadamente.

Ante un niño con trastornos de conducta o de aprendizaje escolar, no es descabellado preguntarle a los padres cómo duerme su hijo.

La situación más grave, la padecen los recién nacidos, prematuros o no, con frecuentes interrupciones de la respiración, sólo durante el sueño, lo cual los coloca en una situación de alto riesgo, tanto para su vida como para su normal desarrollo neurológico.

Debemos asumir que el sueño debe ser tenido en cuenta desde las primeras horas de nuestra vida.

Hay trastornos del sueño que no son percibidos por quien los padece, pero los sufren quienes están próximos a ellos, como ocurre con la mayor parte de los roncadores.

En otros casos, el trastorno lleva a situaciones de extrema angustia, como les sucede a los insomnes.

A veces, la alteración se presenta en edades muy tempranas y perturban a bebés y niños, y también a sus padres.

Hay situaciones que se relacionan con los horarios laborales y que provocan problemas en diversas esferas de la vida individual y social.

Uno de los grandes temas de estudio en la Medicina del Sueño está relacionado con las "Consecuencias de los Trastornos del Sueño"

¿Por qué?

Porque el sueño es un reparador primordial de la energía física y psíquica.

Si se altera su calidad, su continuidad o disminuye la cantidad necesaria de reposo que cada uno de nosotros requiere, se producen, en forma lenta y progresiva alteraciones en nuestra capacidad de concentración, nuestra memoria, nuestro carácter o nuestro estado de ánimo.

Muchas personas sienten somnolencia durante el día, necesidad de seguir durmiendo en el despertar matutino, torpeza o malhumor en las primeras horas del día y/o dificultad en la realización de tareas habituales.

En consecuencia pueden manifestar síntomas como pérdida de memoria, irritabilidad y disminución en los reflejos.

Los roncadores, en especial los que padecen apneas y duermen en forma muy agitada, con muchos movimientos corporales y sudoración, tienen aumentado este riesgo, tanto porque padecen de Excesiva Somnolencia Diurna como por las complicaciones que pueden padecer en su salud en un plazo que varía con la gravedad de su cuadro.

Muchos de ellos han tenido accidentes leves de tránsito (al conducir un vehículo) o en su ámbito laboral (si realizan tareas de precisión). Les resulta difícil reconocer que su somnolencia no es controlable y piensan que van a superar el adormecimiento.

Los niños con problemas respiratorios durante el sueño frecuentemente sufren problemas de conducta y aprendizaje escolar, por lo que son derivados a psicólogos y neurólogos para tratar un problema erróneamente evaluado.

En el caso de los insomnes es común encontrar trastornos de memoria, estados depresivos y somnolencia. Estos síntomas se resuelven cuando se trata adecuadamente el problema del insomnio.

Todas estas alteraciones pueden producir desestructuración de la pareja y la familia, pérdida del trabajo por reiteración de errores y alteraciones del carácter, así como graves accidentes y catástrofes.

Prestar atención a nuestro buen dormir es cuidar nuestra salud, nuestro ámbito familiar y nuestro entorno socio-laboral. De ese modo también contribuiremos a la disminución de accidentes de tránsito, laborales y hogareños.

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