Los perros no son animales sucios, y por
naturaleza tienen la tendencia a eliminar su orina y excremento en lugares
alejados de su sitio de descanso y alimentación.
No saber cómo resolver este problema, es
una de las causas más frecuentes de malos entendidos y confusiones, que llevar a
propietarios a abandonar o castigar a sus cachorros, y dañar así para siempre el
vinculo.
Lo primero que debes hacer, es limpiar
cualquier resto de orina que haya en tu casa con cepillo, jabón blanco, agua y
detergente. Nunca uses lejía ni lavandina ya que contienen cloro y amoniaco que
atrae a los perros a orinar allí.
Luego, moja una hoja de periódico con
orina e intercala con otras limpias. Decide donde será el baño de tu perro y
sitúalas allí. Debe ser un lugar de fácil acceso pero lejos de su cama. Renueva
diariamente el periódico ya que si los encuentra sucios, buscara otro periódico.
Pasadas unas 2 o 3 semanas, no será
necesario que pongan una hoja mojada en orina, ya que tu perro habrá aprendido a
relacionar el periódico con su baño.
Hasta que haya aprendido, no quites los
periódicos, aun cuando los saques a dar paseos y orine fuera. Es importante
fijar los límites y no dejarlo libre por toda la casa.
Nunca lo castigues por haber orinado
donde no debía, lo único que conseguirás es que se esconda para hacer lo mismo
pero lejos de tu presencia. Si lo encuentras in fraganti solo dile NO, y cuando
cumple, felicítalo.
Debes estar atento a las señales de que
esta por orinar. Cuando comienza a hociquear el suelo y dar vueltas hasta tomar
la postura típica, significa que debes llevarle inmediatamente el periódico y
esperar que haga.
Los momentos donde más ganas tendrá de
orinar son: al despertarse, después de comer, luego de hacer ejercicio, antes de
acostarse. Vigila estos momentos de alto riesgo.
Debes darle 3 paseos diarios, en los mismos horarios. Si no respetas esto,
seguirá orinando por toda la casa. Elógialo efusivamente cada vez que haga sus
necesidades fuera.