Cómo hacer que tu gato te obedezca

A veces, los gatos suelen obtener calificaciones peores que los perros en el casillero de “disciplina”. Sin embargo, muchas veces la culpa es nuestra por no saber educarlos

A veces, los gatos se comportan de un modo que no nos hace sentir demasiado felices. En vistas de modelar la conducta de nuestros gatos según nuestros deseos, es posible que intentemos castigarlos cuando las cosas no salen como pretendemos.

Las razones más comunes por las que castigamos a nuestros gatitos son: marcado de territorio, problemas con los desechos, y arañado de objetos.

La regla número uno para disciplinar a un gato dice que sólo se puede castigar cuando se sorprende al infractor en el acto.

Supongamos que quieres castigar a tu gato por arañar tus muebles. Después de un día duro de trabajo, llegas a casa y encuentras que el modular de tu dormitorio ha sufrido el ataque de sus uñas asesinas.

En ese momento, ya será demasiado tarde para reprenderlo y, si así lo hicieras, el castigo será completamente inefectivo porque el gato no sabrá por qué está siendo regañado.

Poner la nariz del gato en la orina es una forma segura de hacerle pensar que tú eres un loco desquiciado.

Usar cualquier método de castigo una vez acontecido el acto, sólo conseguirá confundir al gato y podría dañar la relación existente entre ambos.

La regla número dos para disciplinar a tu gato dice que nunca debes golpearlo (lo mismo se aplica para un perro, por si acaso).

Los gatos no responden bien a los golpes. En primer lugar, al golpearlo podrías lastimarlo y, por otra parte, él podría herirte también al intentar defenderse. Inmediatamente, ese gato aprenderá a temerte.

El castigo violento, por así llamarlo, es un método de antaño que hoy ya no se usa, ante la disponibilidad de nuevos y mejores métodos.

Enfrentando los problemas

Cuando hablamos de reprimenda, lo que intentamos hacer es reducir o eliminar una conducta no deseada. Conseguiremos esto permitiéndole al gato asociar una conducta en particular con algo desagradable.

Asegúrate de que el gato también piense que es desagradable. Lo primero que podemos utilizar es un rociador o una pistola de agua. Si sorprendemos al gato afilándose las uñas en el sillón, un chorro de agua bastará para hacerlo desaparecer.

Si lo descubres in fraganti en esta actitud, y lo castigas, pronto debería dejar de destrozar tu sofá. Ten en cuenta que esta técnica es efectiva siempre que el gato vea que no eres quien lo rocía o “dispara” con agua.

Si el gatito te ve, continuará con su actitud cuando tú no estés allí para reprimirlo.     

En vistas de evitar posibles conductas ofensivas, debemos darle a nuestros gatos la posibilidad de actuar como gatos. Por ejemplo, ellos necesitarán afilarse las uñas.

Castigarlos por hacerlo en áreas particulares en forma reiterada significa proveerles de otro sitio donde sí se le permita hacerlo –un trozo viejo de alfombra, un pedazo de tronco de árbol, un rascador etcétera-.

A veces, los gatos pueden ser un poco rudos con sus dueños, y esto se debe, en parte, a su naturaleza depredadora.

Asimismo, los gatos deben tener juguetes apropiados para jugar por su cuenta, por ejemplo, ratitas mecánicas que puedan cazar.

No obstante, aunque le hayas comprado mil juguetes, tú también debes jugar con tu gato a menudo.

Otro método para reducir las conductas no deseadas es ubicar ciertos olores desagradables para el gato en las áreas que quieres que el animal evite.

Los gatos no son grandes amantes del olor a cáscara de naranja, como así tampoco de algunos tipos de repelentes para mascotas. Por otra parte, puedes intentar agregando cinta adhesiva de doble faz.

A los gatos no les gusta la sensación de quedarse pegados con sus patas y evitarán estas trampas.

Latas de hojalata, copas plásticas y otros elementos ruidosos son buenos para convencer a tu gato de que ese salto a la ventana no es buena idea.

Los asuntos relacionados a los excrementos requieren que tú te pongas en lugar del animal e intentes imaginar por qué lo hace.

¿Está demasiado sucia la caja de arena? ¿Está tu gato castrado? ¿Hay varios gatos en la casa? ¿Tu gato puede ver a otro gato desde la ventana? ¿Puede tener alguna clase de infección urinaria? ¿Es esta una nueva conducta?

Es muy posible que requieras del consejo de tu veterinario para solucionar su problema en particular. 

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