Un cachorro se caracteriza por estar lleno de energía y por hacer travesuras por
todos lados. Un
perro anciano lo que necesita es tranquilidad, paciencia y
atención. Lo más importante a considerar es de qué modo se presenta al nuevo
integrante de la familia.
“Lo mejor que se puede hacer es esperar a que ambos estén tranquilos ya que
un perro adulto puede sentirse incómodo con el grado de actividad del cachorro.
Si el perro que ya vive en la familia está bien educado, no tendrá problemas
para relacionarse con su nuevo amigo. Hay que estar muy pendiente sobre todo
durante el primer momento. Lo que debe reinar es el respeto”, comenta la
veterinaria española Marisa Rondó.
Cómo favorecer la convivencia entre
los dos perros
Los
celos entre animales
existen y lo mejor en estos casos es evitarlos para que
la convivencia sea lo más pacífica posible.
1.- Ambas mascotas deben disponer de un sitio donde dormir. Si éstos están
separados, mucho mejor ya que es positivo que cada uno pueda disponer de sus
cosas sin que exista la necesidad de quitárselas al otro.
2.- Lo más indicado es darles de comer a los dos a la misma hora y en platos
separados. No es conveniente que mantengan contacto visual cuando consumen el
alimento.
3.- Las rutinas del perro más antiguo no deben trastocarse. Todos los hábitos
deben permanecer intactos. “Hay que aprovechar que el cachorro no tiene
normas ni costumbres para poder adaptarlas a las del otro perro”, destaca la
profesional.
4.- Es importante que los dos animales cuenten con sus momentos de ocio juntos.
“Sacarlos a pasear o que jueguen los dos a lo mismo son maneras de
acercarlos, de que empiecen a conocerse y que nazca entre ellos el afecto”,
aconseja la especialista.
5.- Así como resulta positivo que compartan unos momentos juntos, también es
indispensable que el perro adulto tenga sus espacios privados para descansar,
sobre todo durante el día.
“Los perros ancianos descansan mucho y necesitan calma. Lo peor que se les
puede hacer es imponer la presencia de un cachorro que quiere estar todo el día
haciendo cosas y moviéndose de un lado para el otro.
Hay que proteger al perro anciano de la hiperactividad del compañero y esto
se logra disponiendo de un espacio donde durante el día, existan momentos de
relajación por separado”, revela la experta.
6.- Las peleas son normales. “Siempre y cuando sean discusiones una vez cada
tanto no habrá que preocuparse, pero si se muerden y ladran todo el tiempo,
habrá que considerar que se está ante un inconveniente y lo mejor, es que
solamente estén juntos cuando el dueño está presente. Esta medida funciona
durante los primeros meses de adaptación”, argumenta la veterinaria.
7.- Cada perro debe mantener su rol y ser respetado. “Es tarea del adulto que
sus perros puedan tener una buena relación. Cada quien tiene su carácter y
personalidad, pero con una buena educación es posible que las mascotas convivan
en un ámbito adecuado y que no se dañen entre sí”, finaliza diciendo la
profesional.
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