Muchos amantes de los gatos afirman que sus mascotas felinas les hablan. Ellos creen que sus gatos pueden comunicarse vocalmente y decirles qué quieren, cómo se sienten y cómo la han pasado en las últimas horas. Pero, ¿pueden los gatos hablar? ¿Los maullidos y ronroneos que emana tu gato pueden ser descritos como palabras? Sí y no.
Por supuesto, los gatos no pueden comunicarse verbalmente como lo hacen los humanos. Los gatos, al igual que otros animales, no poseen un lenguaje desarrollado, de modo que no pueden formular preguntas, debatir o describir. Sin embargo, ellos tienen extraordinarios poderes para hacerte saber qué es lo que quieren, y lo hacen a través de sus capacidades vocales.
Dos tipos de vocabulario
El repertorio vocal de los gatos es mayor que el de la mayoría de los animales, porque varían el rango de sonido a partir de dos vocabularios distintos. En su relación con otros felinos, tu gato pasará de ser un minino defensivo o un adulto independiente. Por lo tanto, los sonidos orales para comunicarse con otros gatos variarán en ese sentido.
Con sus compañeros humanos, el gato permanece en su posición de minino dependiente, y otorgará a sus dueños el rótulo de madres. Una variedad modificada del sonido del minino es empleada para comunicar a los humanos mensajes del tipo “¡Aliméntame ahora!”, “¡Quiero tu atención!”, etcétera.
Razas más conversadoras
Es bien sabido que algunas razas de gatos son más platicadoras que otras. Pregúntale a cualquier dueño de un gato Siamés y podrán decirte que sus mascotas sostienen largas conversaciones con ellos, empleando su voz para impartir un rango extraordinario de significados.
Los gatos de pelo largo, como el Persa, tienden a usar su voz más escasamente y se los escucha entablar conversaciones con menos frecuencia.
Lenguaje corporal
Por otra parte los gatos emplean el lenguaje corporal para comunicarse tanto como su voz. Lamentablemente, los humanos no somos tan brillantes a la hora de captar esos mensajes corporales.
La cola es utilizada para comunicar aceptación, miedo, enojo, contento y también para enviar advertencias. Por su parte, las orejas, a menudo, son empleadas como señales de advertencia y enojo. Un gato con las orejas pegadas a la cabeza y apuntando hacia atrás podría estar enojado.
En cualquier caso, para el gato nada es tan efectivo como la voz a la hora de enviar un mensaje a los humanos. Es posible que no estés mirando a tu gato cuando trata de decirte algo y, en este caso, el lenguaje corporal no habrá servido de mucho.
Los gatos son caminantes silenciosos, y probablemente no los escuches al entrar a la cocina, pero sí escucharás ese ¡miau! característico, ése que quiere decir “¿Dónde está mi lata de atún favorita?”
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